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El 18 de marzo de 1999, en Montevideo, mientras el Sub 17 participaba del Sudamericano, una noticia llegaba desde Buenos Aires y revolucionaba a los chicos de ese seleccionado: Nicolás Medina había sido convocado por Marcelo Bielsa. La citación era para un amistoso frente a Holanda, que se jugó el 31 de ese mes en Amsterdam (concluyó 1 a 1). Nicolás estaba sorprendido y sin poder creerlo. Hugo Tocalli (técnico de ese equipo) lo dejó salir unos minutos a la puerta del hotel Ermitage para que atendiera a la prensa.
En aquel momento se mencionaba que Bielsa ya lo conocía a Medina de los distintos entrenamientos en el predio de Ezeiza, cuando usaba juveniles para completar el equipo o para armar partidos. Más allá de sus indicaciones a los jugadores con más experiencia, Bielsa le hablaba mucho a Medina, porque le parecía un gran proyecto. "Sí, fue algo muy lindo. Yo no lo podía creer. Me puso muy contento tener la posibilidad de entrenarme con los grandes. Fue una experiencia increíble. Bielsa es un técnico muy capaz y lo está demostrando", dijo el ex jugador de Argentinos recientemente transferido a Sunderland, de Inglaterra.
-¿Qué cosas vas a extrañar más cuando te mudes a Inglaterra?
-Creo que mis padres podrán viajar seguido, lo mismo que mis hermanos. Pero con mis amigos se va a cortar un poco la relación. Creo que una de las cosas que más voy a extrañar será la esquina de Guaminí , en Lugano. Ahí es donde paramos desde que teníamos 7 años. Existe una amistad muy de barrio y siento que por un tiempo es algo que perderé. Ya me resigné. Como falta poco para la despedida, los pibes van a todos los partidos del Sub 20 y también me visitan en Ezeiza cuando José (por Pekerman) nos da permiso.
-¿Antes de emigrar al fútbol europeo preferías jugar en algún club grande de la Argentina?
-Ir a jugar a Europa es el sueño de cualquier jugador y a mí se me dio joven. Estoy con muchas ganas de ir y de jugar un buen campeonato. Para lo otro ya habrá tiempo.
-En Sunderland vas a tener un compañero (por Julio Arca) de este Sub 20.
-Siempre hablamos con Julio. Creo que él puede ser un sostén muy importante cuando me instale allá. Me dijo que el fútbol es distinto al de acá, allá es más rápido, con muchos centros. Voy a tratar de acostumbrarme lo más rápido posible para tener un buen desempeño.
-En el Sudamericano Sub 17 de 1999, en Montevideo, no pudieron lograr la clasificación. ¿Este Mundial Sub 20 es como una revancha?
-Sí, porque en aquel Sudamericano no pudimos clasificarnos y es una espina que tengo clavada. Por eso, conseguir el título con el Sub 20 será un desquite personal.
-¿Cómo lo ves al equipo? Muchos coinciden en que están bien perfilados para ser campeones.
-Estamos bien. En cada partido se vio una evolución en el equipo. En uno se destaca los delanteros; en otro el medio campo muestra un funcionamiento solvente.
-¿Qué recuerdos tenés de los mundiales que el Sub 20 de la Argentina ganó en 1995 (Qatar) y en 1997 (Malasia)?
-En el del 95 me escapé de la escuela para ver la final frente a Brasil. Con dos compañeros nos rateamos por una de las puertas de atrás que tiene el Comercial N° 12, de Lugano. Cuando mi vieja se enteró, me corrió por toda la casa. Ya en el del 97 me entrenaba con los Sub 17, soñaba con un milagro y pensaba que me podían llamar. Además, en Malasia, salió campeón un compañero de Parque: Esteban Cambiasso.
-¿Para quién será el agradecimiento eterno por haberte insertado en el fútbol?
-Sin dudas, Ramón Maddoni. El me hizo un jugador completo y me llevó a Argentinos.


