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Desde aquel primer partido de Racing, un amistoso en lo que hoy es la Sociedad Rural, frente a Club Royal, con un resultado del que no hay registros fehacientes, la entidad de Avellaneda marcó muchos hitos futbolísticos, pero el orgullo infla el pecho celeste y blanco cuando se trata de hablar de los tiempos románticos del amateurismo, en los que nació la Academia como símbolo del fútbol criollo, que por primera vez dejó atrás el estilo de “los ingleses locos” para darle paso a “la nuestra”.
Racing, fundado el 25 de marzo de 1903 como heredero de los viejos Barracas al Sud y Colorados Unidos, participó del torneo de ascenso desde 1906. En 1910 consiguió el ansiado pase hacia la máxima categoría de aquella época, fiscalizada por la Argentine Football Association, tras vencer a Boca por 2 a 1 el 19 de diciembre.
El debut fue 7 de mayo de 1911, en el empate 1 a 1 ante San Isidro. Su primera temporada (se clasificó 4°) coincidió con la última del legendario Alumni, con el que se enfrentó sólo en dos ocasiones: Racing ganó por 3 a 1 el 25 de junio de 1911 y Alumni se impuso por 5 a 1 el 6 de agosto, en ambos casos en condición de locales.
Tras la división del fútbol argentino entre la Asociación (donde permaneció Racing) y la Federación, a partir de 1913, el equipo comenzó a escribir una de las páginas más importantes de su historia: hilvanó siete campeonatos consecutivos hasta 1919 inclusive, cinco de ellos en forma invicta (1914, 1915, 1916, 1918 y 1919) y con porcentajes de efectividad realmente asombrosos. Por ejemplo, en 1915 anotó nada menos que 93 tantos y le hicieron sólo cinco, mientras que el título de 1919 lo obtuvo al imponerse en los 13 cotejos. En esas siete temporadas, Racing jugó 127 partidos, ganó 109, igualó 13 y perdió únicamente cinco. Había nacido la Academia, que imponía un estilo estético y flexible sobre la rigidez inglesa representada por Alumni.
Racing fue revolucionario y su fútbol llenaba las canchas. Hubo inolvidables jugadores, como Alberto Ohaco (un polifuncional que hasta jugó de arquero), Juan y Natalio Perinetti, Pedro Ochoa (ídolo de Carlos Gardel, hincha de Racing), Olazar, Marcovecchio, Hospital, por citar sólo algunos de los futbolistas que fueron las figuras que le dieron vida a un época dorada.
La serie de éxitos se cortó en 1920, año en el que Racing lamentó muchos lesionados y fue segundo de River, pero el título volvió a Avellaneda un año más tarde y River lo escoltó. La Academia se tomó un respiro entre 1922 y 1924, cuando fue dos veces segundo y una, cuarto.
La gloria se repitió en 1925, para llegar a un total de nueve campeonatos amateurs. Racing marcó a fuego esa época, sin duda.
Desde entonces se abrió para el club una etapa vacía de alegrías, que duró 24 años. En 1931, Racing debutó en el fútbol profesional frente a Platense, en la vieja cancha, y se impuso por 5 a 1. Carlos Caratti quedó en la historia al convertir el primer tanto del equipo en la época rentada, a los 20 minutos del primer tiempo. En ese torneo, Racing terminó quinto, detrás de Boca, San Lorenzo, Estudiantes y River.
Sin embargo, Racing no dejó jamás de ser la Academia de la mano de futbolistas de la talla de Fernando Paternoster, Juan Botasso, Antonio De Mare, José Della Torre, la Bordadora Vicente Zito, el Chueco Enrique García y José Salomón, que siguieron por un camino que marcó al fútbol argentino.


