Racing: Leonardo Sigali y su arenga motivadora ante Independiente que refleja la unión de la Academia
El defensor que supo incorporar Chacho Coudet hace más de cinco años a la mitad celeste y blanca de Avellaneda se destaca por su rendimiento y voz de mando
Racing se fue del Libertadores de América con las mismas sensaciones con las que llegó. Si el clásico de Avellaneda podía ser el escenario ideal para reencontrarse con las buenas versiones que mostró el equipo tiempo atrás, no lo aprovechó. Pero tampoco profundizó las dudas que sumó en las últimas semanas, con actuaciones flojas y resultados esquivos. Y si eso no pasó fue por las limitaciones de Independiente y porque la jerarquía de Leonardo Sigali alcanzó para disimular las falencias que mostró la Academia.
El capitán académico empezó a jugar el clásico antes que todos, con una arenga conmovedora, transmitida en vivo por la televisación del partido, una escena pocas veces vista con tanta inmediatez e intimidad. “Juntos, siempre juntos, carajo. Si hay un compañero tirado en el piso, voy y lo levanto, lo ayudo. Si voy a pelear con el árbitro, no quiero ver a uno solo, quiero ver a cuatro o cinco jugadores. Juntos. Siempre, en cada momento de la cancha, juntos. ¿Está claro?”, pidió el número 30.
El mensaje del zaguero también incluyó pedir respetar un estilo, algo que Racing no pudo imponer en los 90 minutos de juego, más allá de alguna jugada aislada. La emotividad del clásico emparejó la distancia en el presente que atraviesan ambos equipos.
En el final del partido, el surgido de Nueva Chicago volvió a ponerse en la piel de líder. Todavía en el campo de juego, marcó el horizonte del equipo en una entrevista realizada por la transmisión oficial: “Hay que volver a creer, a remarla otra vez. Venimos de dos derrotas. Duele. La gente y nosotros estamos acostumbrados a ganar. Y quiero que sigamos con esa exigencia. Para sentirse ganador hay que trabajar mucho. El respeto que nos hemos ganado lleva a que el esfuerzo sea el doble”.
Sigali, junto a Arias, son acaso los sostenes anímicos y futbolísticos de un Racing al que le cuesta reencontrarse con lo que fue y sufre por no encontrar reemplazantes a la altura de los lesionados Anibal Moreno, Johan Carbonero, Emiliano Vecchio y Leonel Miranda, más allá de que tampoco pudo suplir las ventas de Enzo Copetti y Carlos Alcaraz.
“Los clásicos siempre tienen un componente anímico importante y las cosas a veces no salen exactamente como se las planea. Me hubiese gustado que el equipo tuviera más control en los pases y que no hubiéramos perdido la cantidad de pelotas que perdimos”, fue la leve autocrítica de Gago. Suena a poco para un equipo que se había propuesto dar pelea en los tres frentes, pero que tras el primer tercio del campeonato ya parece demasiado lejos de los líderes.
Pasaron más de cinco años desde que Eduardo Coudet manejó con su auto hasta la casa de Sigali en Campana y le tocó el timbre para convencerlo de dejar el Dinamo Zagreb, de Croacia, para sumarse a Racing. Mucho no le costó al Chacho. El zaguero sabía que estaba cumpliendo el sueño de Alfredo, su papá, fanático de la Academia.
Unos 167 partidos después, Sigali es el capitán y el referente de este equipo. Es mucho más que eso: es quien sostiene la intensidad competitiva que muestra Racing en este lapso temporal, casi siempre en la parte alta de la tabla de posiciones. Lo demostró también en este clásico ante Independiente, otro de los rubros en los que se hizo fuerte en los últimos años: enfrentó seis veces al Rojo, con cuatro triunfos, un empate y solo una derrota.
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