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Philippe Coutinho, Radamel Falcao García, Arturo Vidal, Gonzalo Montiel y Germán Pezzella... y ahora Neymar. Motivados por compartir sus últimas muestras de talento o deleitar a sus fans de primera hora, los astros sudamericanos están regresando a casa. Pero el retorno de los hijos pródigos trasciende los llamados del corazón, puesto que suele representar también un impulso deportivo y financiero para competiciones que han perdido protagonismo frente al Viejo Continente.
‘Ney’, de 33 años, es la más reciente y pomposa muestra de una tendencia que se ha fortalecido en los últimos años a causa de la necesidad de suplir las ventas precoces de los jóvenes talentos a Europa y la pérdida de espacio de las envejecidas estrellas en los campeonatos de élite. Pese a las distintas dificultades de la región, los equipos sudamericanos los atraen con ofertas salariales nada deleznables, a veces respaldadas por patrocinadores, y con promesas de reconectarse con poblaciones que los idolatran.
“Los clubes necesitan de estas grandísimas figuras para recabar el sentimiento del hincha”, dice a la AFP Nicolás Samper, autor del libro “El sueño del Tigre”, sobre el fichaje de Falcao, de 38 años, con el Millonarios de Colombia en junio.
Neymar ha catalogado de “rescate futbolístico” su reencuentro con el Santos de Brasil, el equipo que lo formó y en el que actuó entre 2009 y 2013, cuando partió al Barcelona. Al volver, no ha escondido su anhelo de sentirse querido tras su decepcionante paso por Arabia Saudita, donde las lesiones no le dieron tregua. “Vine en busca de mi felicidad, que es jugar al fútbol”, dijo el viernes durante su presentación.
Pero el goleador histórico de Brasil también quiere retomar nivel con miras al Mundial de 2026. Firmó un contrato de seis meses en la temporada que el Peixe, de finanzas agrietadas, regresa a la primera división brasileña, la más poderosa de Sudamérica. La prensa local asegura que el ‘10′ espera recuperar ritmo para intentar volver a Europa.
El rendimiento deportivo de Neymar está por verse, pero no hay dudas sobre el impacto de su llegada. En una semana, el Santos ganó más de 21.000 nuevos socios y 1,7 millones de nuevos seguidores en redes sociales en enero, según la firma IBOPE Repucom.
El boom hizo recordar la “Suarezmanía” que causó el arribo en 2023 de Luis Suárez al Gremio de Porto Alegre, tres meses después de que el uruguayo se consagrara campeón de liga con el Nacional de Montevideo, donde se forjó. La presencia del Pistolero, que luego partió al Inter Miami de Lionel Messi, rompió varios récords, incluyendo ventas en las tiendas oficiales y de número de socios. Gremio fue subcampeón y él, elegido el mejor jugador del Brasileirao.
También hubo fiesta económica cuando Millonarios de Colombia fichó a Falcao García, quien soñaba con defender el equipo del que es hincha. Como Neymar y Suárez, el ‘Tigre’ es el mayor anotador de su selección. Los hinchas agotaron los planes de abono y el arribo dejó casi trece millones de dólares en el comercio de Bogotá, según la alcaldía, aunque el fútbol del ‘9′ está en deuda. “Los dirigentes saben que a partir de grandes figuras también es más sencillo conseguir patrocinios y alianzas”, afirma Samper.
El propósito de Neymar de sentirse arropado y recuperar su forma difiere de las razones que, desde 2021, varias figuras esgrimieron para volver a Sudamérica: retirarse en su país o en las escuadras que los formaron o que apoyan. Estos han sido los casos de brasileños como David Luiz, Fernandinho, Coutinho, Thiago Silva, Marcelo (quien anunció su retiro este jueves) y Danilo, capitán de la selección brasileña.
“Vas a cumplir tu sueño y el mío al vestir esa camiseta”, escribió el padre de Danilo, José Luiz, en una emotiva carta a su hijo, de 33 años, luego de que la semana pasada firmara con el Flamengo, del que ambos son hinchas. Pero también ha sido la situación de colombianos como Adrián Ramos, Carlos Bacca y David Ospina, así como del uruguayo Sebastián Coates, los chilenos Arturo Vidal y Gary Medel y los campeones del mundo argentinos Gonzalo Montiel y Germán Pezzella, flamantes refuerzos de River.
Algunos europeos treintañeros, incluso, han querido experimentar la desbordante pasión de las hinchadas sudamericanas, como los españoles Iker Muniain y Ander Herrera en San Lorenzo y Boca, respectivamente.
“Ellos no necesitan ser héroes eternos”, escribió Tostao, campeón del mundo con Pelé en 1970, en el diario Folha de Sao Paulo. “La gloria es pasajera, necesitan vivir con armonía, voluntad y placer”.