Pitana y su equipo arbitral tuvieron un cierre ideal del Mundial
Hace apenas un mes hablaba de dos equipos que representaban a nuestro país en la Copa del Mundo. A uno de ellos las cosas no le fueron del todo bien: el equipo de fútbol dejó la competencia en octavos de final, y esta situación –aparte de su buen rendimiento en la etapa inicial de la Copa–, le abrió el camino de la final al segundo equipo, el arbitral. Néstor Pitana, los asistentes Hernán Maidana y Juan Pablo Belatti y Mauro Vigliano (como árbitro integrante del VAR) fueron premiados debido a sus actuaciones para dirigir la final entre Francia y Croacia. Y sin dudas fue algo merecido. Seguramente, apenas fueron designados habrán empezado a trabajar el partido, a prepararlo en función de los datos que les ofrecían ambos equipos. Conozco la profesionalidad de este equipo arbitral y sé que no dejan nada librado al azar.
Pitana dirigió el encuentro como lo venía haciendo hasta ahora. El primer tercio del partido conduciéndolo al límite de lo disciplinario. Y a partir de ahí empezó a ajustar y a amonestar en forma acertada por juego temerario, cuando entendió que podía haber riesgo sobre el físico del adversario. Tuvo en el primer tiempo una decisión trascendente en colaboración con el VAR: penal por mano de Perisic. Él no la observó en primera instancia, pero seguramente el VAR comenzó a revisar la jugada y le indicó que demore la reanudación. Ganado ese tiempo, luego lo convocó al centro del campo para que evaluara y tomara la decisión viendo el monitor. Evidentemente no era fácil, demoró un poco más para tener certeza y luego sancionó el penal. La jugada, nacida de una pelota parada: el balón supera al delantero y sorprende a un defensor con mano ampliada, la consideración de mano natural o antinatural es la que tuvo en cuenta para determinar la sanción (a mi criterio) acertada.
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A partir de esta decisión, por algunos instantes, el juego se enrareció pero no afectó la conducción del partido. El segundo tiempo fue más veloz, tuvo un ida y vuelta constante, y en eso colaboró Pitana: ¿cómo? Valorando y diferenciando una fricción de una falta y, de esta forma, haciendo el encuentro dinámico. El cierre del partido fue sin ningún tipo de inconvenientes, con un gran desplazamiento físico debido a los espacios que se producían producto del resultado, lo que mostró su óptima preparación.
Quizás entendió el aplauso del jugador croata hacia él (producto de una sanción de una falta) más de impotencia ante el resultado, que de una falta de respeto. En otra circunstancia, debería haberlo amonestarlo.
Fue un cierre ideal para nuestro equipo arbitral: son experimentados, lo demostraron. Se notó su capacidad para este tipo de torneos. Pitana y Belatti, dos mundiales, Maidana completando su tercer mundial. Párrafo aparte para Maidana, uno de los mejores asistentes y cerrando su campaña arbitral con una final. Desde acá solo me queda felicitarlos por la labor cumplida y agradecerles que dejaran a nuestro arbitraje en el podio.
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