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Sería histórico, un récord. Llegar a los 16 años a la final del máximo torneo del mundo es una posibilidad que tiene esta tarde Adolfo “Poroto” Cambiaso, el polista que hace apenas cinco días cambió de edad. En 1980, Benjamín Araya terminó siendo campeón de Palermo a los 17, en su primera intervención, pero en caso de clasificarse el hijo de Adolfito se anticipará un año en el mérito de avanzar al partido decisivo del Campeonato Argentino Abierto. Superaría incluso a su padre, un devorador de récords, que jugó su primera final del torneo a los 19 (1994) y resultó subcampeón –sin final mediante, en un formato por puntos– a los 17 (1992).
El logro de Poroto Cambiaso puede darse hoy, pero ciertamente es dificilísimo, poco factible. Su equipo, La Dolfina-Brava, debe imponerse a un rival 8 goles superior en handicap y ser favorecido por un resultado anterior, que sería también muy sorpresivo. Puesta en nombres, la situación es la siguiente: La Dolfina-Brava, que sigue presentándose con el suplente Tomás Panelo (6) en lugar del lesionado titular Rodrigo Ribeiro de Andrade (8), suma 31 de valorización y tiene que superar desde las 16.30 en la cancha 1 a RS Murus Sanctus, que estará entero con sus 39, y además recibir una ayuda previa de Alegría, que con sus 28 se enfrentará a partir de las 14 en la cancha 2 con La Natividad, de 36. Ambos cruces serán transmitidos por la plataforma Star+ en internet.
Es cierto que en este Abierto de Palermo tan imprevisible en resultados todo puede pasar, pero las chances de que se concrete esa combinación son muy pocas. De todos modos, si no se diere uno de los dos resultados que necesita, el del partido que no jugará, pero sí el triunfo propio, La Dolfina-Brava mantendrá chances. Le hará falta que en el última fecha de esta zona, la B, Murus Sanctus, aunque ya marginado de la carrera por la copa, derrote este domingo a La Natividad.
Eso quiere decir que el propio Murus Sanctus, uno de los dos conjuntos más fuertes de la temporada en cuanto a valorización, puede quedar esta misma tarde sin posibilidades de ser campeón. Le ocurrirá en caso de perder, por cualquier resultado, sin depender de terceros tanteadores y por más que está invicto en sus dos actuaciones en el Abierto (es el único de los 10 cuartetos del campeonato que no perdió). Así de simple. Pero tiene, además del regreso de su delantero Facundo Sola (estaba ausente por dolor en un codo), un incentivo: puede asegurarse este mismo miércoles un lugar, ganando después de una caída de La Natividad en el turno inicial.
Tampoco el cuadro de los Castagnola tiene margen: independientemente de lo que acontezca en el segundo turno, caer hoy implicaría despedirse del trofeo, a pesar de tener un partido más por afrontar. Es decir, todo conjunto que pierda esta tarde ya no tendrá chances de definir el Argentino Abierto. La Natividad está un poco más complicado: aun ganando, no tiene forma de asegurarse este miércoles un lugar en la final. Sí o sí deberá triunfar contra Murus Sanctus el fin de semana.
Entre todas las posibilidades, la más factible es que La Natividad y Murus Sanctus ganen hoy y terminen definiendo mano a mano el primer puesto de la zona y el cupo en la definición del certamen, en la que del otro lado estará La Dolfina, La Ensenada o, muy poco probablemente, Ellerstina. Los tres lo determinarán este sábado.
Vale un repaso al mecanismo de desempate en los grupos: a igualdad de cantidad de triunfos, deciden los resultados entre los equipos empatados, sean dos (mano a mano) o tres (tres tanteadores en consideración). En el grupo B ya no puede haber una triple paridad, pero aún quedan tres clubes en pie en busca de la copa.
Los enfrentamientos de este miércoles plantean cuatro posibles escenarios de definición de la zona. A continuación, un vistazo a las posiciones, los resultados que cuentan para desempates y las chances futuras según lo que pase esta tarde.