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Cada visita de Colón al estadio Monumental tuvo como epílogo la tristeza por la derrota o el empate. Nunca una victoria. Y ayer cuando todo hacía suponer que ese maleficio llegaría a su fin, River se aferró a la voluntad para dar vuelta una desventaja de 2 a 0 y se quedó con la igualdad en dos, aunque ya no es el líder y quedó a un par de puntos de San Lorenzo.
El entusiasmo que se generó después del triunfo por 2 a 1 frente a Central, en Rosario, con las destacadas actuaciones de Aimar y Saviola no estuvo reflejado en las tribunas millonarias. La lluvia y el frío surgieron como los peores enemigos de los hinchas, quienes, como anticipando que esa gélida noche se apoderaría poco después de sus corazones futbolísticos, se quedaron en casa. Pero se equivocaron.
Poco duraron las ganas que contagió River desde el comienzo, porque a los 25 minutos, en la primera visita de los santafecinos al arco de Bonano, Colón bajó la temperatura en Núñez y la subió en Santa Fe. Enría, después de una excelente acción individual y colectiva con Biaggio y Marini, puso en ventaja a su equipo.
Sorpresa sin respuestas en el Monumental. River había hecho el desgaste para abrazarse al festejo en medio de un campo de juego pesado, pero fue el equipo de Miguel Angel Russo el que rió primero, después de que el inteligente planteo de contraataque marcara la primera diferencia.
Es que Colón no le tuvo respeto a River y lo esperó en tres cuartos de cancha, porque desde el principio entendió que si se paraba cerca del área de Leo Díaz, River tendría muchos espacios para generar el juego en la mitad del campo. Con una vertiginosa presión del rival, a River le costó controlar la pelota; encima, cada vez que desniveló Aimar, el volante de Río Cuarto fue víctima de los golpes de los rivales.
Entonces, el tiro libre surgía como la mejor opción para abrir el marcador y en uno de ellos, Aimar estrelló la pelota en el palo izquierdo de Díaz. Después, como ya se dijo, llegó el gol de Colón. Pese a la sorpresa, River insistió, aunque esta vez con más voluntad que fútbol, porque su rival no varió el esquema y siguió mordiendo en todos los sectores. Un remate de Yepes que sacó en la línea Marini y un disparo de Saviola que se estrelló en el travesaño cerca dejaron a River de marcharse a los vestuarios con el empate. Pero no fue así. Y tuvo que esperar al segundo tiempo para festejar, pero antes de eso sufrió como en aquellas tardes no tan lejanas.
El segundo gol de Colón -lo marcó Gorostidi tras un contraataque letal a los 12 minutos- sembró desconsuelo e incertidumbre, pero la reacción de River no esperó y dos minutos después Saviola descontó con un cabezazo tras un centro de Aimar.
La rápida recuperación de River le permitió olvidarse del golpe del segundo gol y le inyectó el impulso justo para buscar el empate.
El equipo de Ramón Díaz estaba de pie y con más amor propio que fútbol recurrió a los centros para alcanzar el equilibrio que llegó con esos tanto zapatazos de Astrada que terminan en la tribuna y que anoche se clavó en uno de los ángulos de Díaz. El Jefe hacía justicia en su casa.
Después, el empuje de River no alcanzó para cambiar la historia, pese a que Colón ya había modificado su esquema y vivía en su propia área.
La igualdad no fue festejada por la gente de River. Leonardo Astrada, autor de uno de los dos goles del equipo de Ramón Díaz, dio su punto de vista:"Buscábamos el triunfo, pero apenas se nos dio el empate. La cancha estaba muy pesada y ello nos complicó. Igual seguimos en carrera en la lucha por el título. En el gol, me tuve fe y le pegué fuerte". Javier Saviola, que anotó el otro tanto, dijo:"No pudimos desarrollar nuestro juego por la cancha y por el rival, que fue muy duro".



