CUBA acaricia un sueño después de 43 años

Salta CUBA, salta. Goza. Saltan Bautista Güemes y Juan Cruz González. Chocan hombro con hombro. Festejan. Como cada vez que arman una jugada. Como cada vez que se encuentran en la cancha. Como hicieron apenas comenzado el partido. El fullback juntó las marcas y asistió al apertura. Try de Universitario, el primero de los tres con los que barrió a Newman, que no anotó ninguno, por 27 a 15 en la segunda semifinal del URBA Top 14 .

Salta CUBA, salta. Es de calidad el impulso que toma el altisonante éxito en la Catedral. Porque le era esquivo en este tipo de instancias a todo o nada. Porque estará, por primera vez en su casi centenaria vida, en la final que depara el torneo. Allí aguarda Hindú, el vigente campeón. Y porque tendrá, además, y después de 43 años, la posibilidad de volver a coronarse.

Sin embargo, también sufre CUBA. Sin merecerlo. Su victoria no admite objeciones. Su dominio fue abrumador. Su iniciativa, vital para encauzar el rumbo. Y su sencillez para resolver francas situaciones, maximizando cada error contrario, letal. Pero ciertos deslices le valieron terminar el encuentro con un jugador menos y darle el último tiro de gracia a un desconocido rival. Ni eso le salió al Bordó. Vencido, dominado y luego de que a Bollini le anularon una conquista tras una enésima falla de manejo, cedió.

Al margen de cualquier pretensión estética, ambos advirtieron la implicancia de lo que estaba en juego y dejaron de lado el buen rugby que se prometía. De similares armas con las que lastimarse (el maul, por caso), el desarrollo sólo se entonó de a ratos por el desgaste y porque los dos equipos tacklearon a mansalva. En un primer tiempo parejo, Newman reposó en la efectividad de Gutiérrez Taboada (malogró un envío para poner a los suyos adelante) y Universitario respondió con la anotación de Piña para llevar el marcador parcial a 14-6.

Sin animarse a mucho más e intercambiando penales, la segunda etapa esperó la acción que decidiera al ganador. Promediando el período, entre la astucia de Rodrigo Ávalos para recuperar una pelota y patearla al fondo, y la fe de Matías Moroni (llevaba casi dos meses sin jugar debido a una lesión en una rodilla) para correrla, tomarla, amagar y zambullirse en el in-goal, la suerte se echó y el desquite del playoff 2012 se consumó.

CUBA arranca una página en blanco. Enfrente estará el defensor del título, el que llegó a siete definiciones, el que no perdió las anteriores seis y al que sólo derrotó una vez en la última década (23-15, el año pasado). Ayer torció una parte de la historia. El sábado podrá reescribirla por completo. Luego del esfuerzo, ya recarga energías para conseguir el objetivo supremo.

"Tenemos un hambre de gloria impresionante"

Podía advertirse la emoción en las palabras de los jugadores de CUBA. Lucas Piña, el capitán, era uno de los más conmovidos: "Se vendrá la primera final para mí, para todos los jugadores y la camada, para todos los que en CUBA tienen menos de 43 años". En cada protagonista del club hay un deseo de reescribir la historia, ya que el último campeonato de los de Villa de Mayo fue en 1970.

Ayer, tanto la gente de CUBA como la de Newman fueron artífices de una jornada con mucho color en La Catedral, en una tarde que prometía lluvia, pero regaló un clima agradable. "La fiesta del rugby se vive en CUBA y hoy se notó en la hinchada", continuó el tercera línea. "La gente estuvo impecable, como siempre. Hablamos sobre lo que pasó con Felipe (Contepomi) la semana pasada en el partido frente a Belgrano Athletic y acordamos que la hinchada de CUBA lo recibiera de la mejor manera, porque es un gran jugador."

Acerca del balance del partido, Piña analizó: "Salió todo redondo, con lo que habíamos planeado durante la semana. Me dijeron que los de afuera se divirtieron; nosotros lo hicimos adentro, aunque también sufrimos. Consideramos que tenemos un equipo de los más ásperos a la hora del contacto. Vamos para adelante siempre y nunca nos guardamos nada". Finalmente, Piña reconoció: "Tenemos un equipo con 43 años atragantados, con ganas de salir campeones y un hambre de gloria impresionante. Queremos salir campeones".

En la vereda contraria, Matías Mihura, de 27 años, admitió: "CUBA no tiene fisuras y se equivocó menos que nosotros. Newman hace muchos años que está haciendo las cosas bien y debemos seguir por este camino. Ellos pegaron en los momentos justos. En el primer tiempo sólo durante cinco minutos jugamos como queríamos, luego entramos en un desorden que sólo le sirvió a CUBA". El segunda línea de Benavídez contó acerca de las dificultades que tiene para lograr un equilibrio entre Newman y el resto de sus actividades: "No puedo estar al ciento por ciento; siempre estoy llegando tarde y dejando cosas de lado para dedicarme a mi carrera de medicina, el trabajo y el futuro casamiento. Pero lo disfruté un montón, fue un año espectacular y el equipo respondió bárbaro".