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Después de todo lo que pasó, que este sábado comience el Tri-Nations que incluye a los Pumas como protagonistas parece una utopía hecha realidad. Pandemia, restricciones para entrenarse, contagios, chicanas políticas, deserciones, pérdidas millonarias. Hoy, todo eso quedó atrás. Sólo importa el juego.
El duelo entre Australia y Nueva Zelanda en el ANZ Stadium de Sydney, de mañana a las 5.45 de la madrugada argentina, iniciará el Tri-Nations, certamen que suple al Rugby Championship ante la deserción de Sudáfrica y que tiene a los Pumas como terceros en discordia.
El seleccionado argentino hará su presentación recién el 14 de noviembre, contra All Blacks en la 3ª fecha. En procura de llegar en la mejor condición posible, para la madrugada tenía previsto su primer partido en más de un año: un amistoso con el combinado Rugby Australia Selection en Sydney, por afrontar sólo con los jugadores que comenzaron la preparación en la Argentina, ya que los 13 que se sumaron más tarde desde Europa siguen entrenándose aislados, cumpliendo una estricta cuarentena. Empezar es un motivo de alegría en medio de tanta incertidumbre.
Este es el equipo de @lospumas para enfrentar esta madrugada a Rugby Australia Selection. Seguí el partido en vivo en nuestra #app Mundo UAR. Descargala gratis en https://t.co/RGC7L2Zyjj. #VamosArgentinapic.twitter.com/dETN65D3sG&— Los Pumas (@lospumas) October 30, 2020
La pandemia obligó a postergar la fecha del certamen y a modificar la modalidad de juego. La última herida fue la baja de Sudáfrica, que obligó a reemplazar el ya tradicional Rugby Championship por el antiguo Tri-Nations, con los Pumas en lugar de los Springboks. El número de partidos se redujo de 12 a seis. Ya no serán cruces de ida y vuelta, con una semana de descanso entre un viaje y otro, sino que se jugará todo encapsulado en un país, Australia, en seis sábados sucesivos, sin pausa, sin posibilidad de reemplazar lesionados, con estadios habilitados al 50% de su capacidad. Haber llegado a eso, así y todo, no es poco.
Sin la presencia del campeón del mundo, los All Blacks son amplios candidatos a recuperar el cetro del Sur, que ganaron en seis de los ocho últimos años, desde que la Argentina está involucrada con los gigantes del hemisferio. Lo demostraron sus jugadores en un espléndido Super Rugby Aotearoa y lo ratificaron en el segundo de los partidos por la Bledisloe Cup, dos semanas atrás. No perdieron muchas piezas después del Mundial (Kieran Read y Conrad Smith, las más salientes) y ya aparecieron varias figuras nuevas (Caleb Clarke, Hoskins Sotutu). Ian Foster suplió como entrenador a Steve Hansen, en un signo de continuidad antes que de ruptura.
Australia aparece un escalón por debajo (quedaron claras las diferencias con el Super Rugby AU), pero parece haberse acercado. Consiguió un gran empate en el primer encuentro por la Bledisloe en Wellington y tiene la ventaja ser ser local. El neozelandés Dave Rennie asumió la conducción y sí imprimió un cambio profundo, en juego y en nombres. El plantel está plagado de jóvenes. La elección del debutante Noah Lolesio (20 años) como apertura para mañana es una muestra.
Los Pumas, que ya de por sí están un escalón debajo, tienen la complejidad adicional de llegar casi sin rodaje. Y los que sí vieron acción, los europeos, se incorporarán al resto del plantel recién una semana antes del debut. Para Ledesma, el único de los cuatro entrenadores del sur que se mantienen en el cargo, ésta es una oportunidad de sanar las heridas de Japón y comenzar a construir para Francia 2023. Esperar resultados sería una utopía. Jugar, ya no. Es un montón.