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Poner un ladrillo sin tener que sacar otro. Así se eleva el piso de rendimiento. Así se construyen los sueños. Desde hace tres años, los Pumas se han habituado a romper barreras. Ya no sorprende tanto el hecho de que sigan quebrando marcas como que todavía queden marcas por quebrar. El éxito 29-23 del sábado ante los All Blacks acarrea su valor histórico nada despreciable: es la primera vez que vencen a la mayor potencia del mundo en la Argentina. Pero tanto o más relevante que ese dato es que se trate del cuarto triunfo en cinco años ante los hombres de negro.
Lo que durante décadas parecía una utopía, hoy es algo de máxima exigencia pero factible. Así, la ilusión de ser protagonistas del Rugby Championship y pelear por el título hasta el final, como ocurrió el año pasado, vuelve a ser una realidad, potenciada por la paridad que insinúan los demás resultados: disputadas dos fechas, todos tienen un triunfo y una caída.
Tuvieron que pasar 49 años y 18 partidos para que los Pumas pudieran sacarse el estigma que representaban los All Blacks. Hubo mayoría de derrotas amplias, pero también cuatro veces en que estuvieron a centímetros de romper esa pared, entre ellas el empate 21-21 de 1985. Lo ocurrido en la cancha de Vélez ante 37.000 espectadores que colmaron el estadio y le dieron un marco único al Test Match, poniéndole todavía más calor a toda la pasión que emanaba el equipo desde adentro de la cancha, fue también un premio para la gente. Es un efecto contagio: cuando los Pumas logran transmitir esa energía y logran que los hinchas se identifiquen con su manera de jugar, el aliento que baja de las tribunas los potencia todavía más.
Los All Blacks eran la última potencia que estaba invicta en la Argentina. Se puede afirmar que a los Pumas sólo les queda un hito por superar: vencer a Irlanda como visitante. Este año, no obstante, sí lograron quebrar la maldición de Dublín cuando derrotaron a los British & Irish Lions en Lansdowne Road, una epopeya que valió doble.
Desde que Michael Cheika asumió en 2022, con Felipe Contepomi como asistente y sucesor tras el Mundial de Francia, los Pumas consiguieron la primera victoria ante los All Blacks en Nueva Zelanda y la primera en la Argentina, la mayor cantidad de puntos que recibieron los All Blacks en toda su historia como locales (38), la mayor cantidad de puntos en contra sufridos por Australia (67), el mayor número de triunfos en un Rugby Championship (3). Ante Escocia, ganaron por primera vez en 17 años una serie en casa y superaron a Inglaterra luego de diez derrotas consecutivas (y por segunda vez en Twickenham).
Hay un dato que grafica mejor que ninguno el standard que han alcanzado los Pumas en los últimos cinco años. Desde 2020, sólo dos equipos han superado a los All Blacks cuatro o más veces. Con el éxito del sábado los Pumas se metieron en una lista que sólo comparten con los campeones del mundo, los Springboks, que los vencieron seis veces. Francia e Irlanda lo hicieron en tres oportunidades. Australia lo hizo una vez para completar la lista de los cinco que pudieron con la máxima potencia del rugby en esta década. Inglaterra apenas puede jactarse de un empate.
El inicio es prácticamente idéntico al de 2024, con una victoria y una derrota ante los All Blacks, lo que los vuelve a posicionar en situación de ser uno de los animadores del Rugby Championship. Un año atrás llegaron a la última fecha en Nelspruit mano a mano con los Springboks con posibilidades de levantar la copa por primera vez. La diferencia, más allá de que se haya invertido el orden de los factores, es que ahora los Pumas enfrentan el resto de los cuatro partidos en el exterior.
El plantel tendrá descanso esta semana hasta el viernes, día en que iniciará un largo periplo. Primero para jugar dos partidos en Australia, el primero en Townsville, North Queensland (el sábado 6 de septiembre) y el segundo siete días más tarde en el flamante Allianz Stadium de Sydney. Permanecerá allí un par de días más antes de viajar a Durban, donde se medirá con los Springboks, el sábado 27. Para la última fecha, la UAR no pudo rechazar una cuantiosa oferta para jugar la revancha ante los campeones en Twickenham y ceder la localía. Será una gira de cinco semanas que así como es desgastante es de las que ofrecen la oportunidad de amalgamar al grupo y profundizar y asimilar el plan de juego.
Para el siguiente partido, al menos, los Pumas no contarán Tomás Albornoz, que sufrió una luxación en el dedo meñique de la mano izquierda y debió ser operado. Una baja sensible, ya que venía siendo uno de los mejores del equipo, incluso se había erigido como uno de los 10 más destacados del mundo. El sábado, en 67 minutos, Santiago Carreras jugó uno de sus mejores partidos como apertura. No sólo por sus 13 puntos con el pie y su 100% de efectividad como porque condujo con acierto, tomando la decisión correcta (pasarla, patear o hacer la personal) en cada oportunidad. También es una buena ocasión para empezar a darle rodaje a Gerónimo Prisciantelli, una apuesta de Contepomi desde fines de 2024 que todavía no pudo sumar minutos con la celeste y blanca.
Contepomi debe resolver también cómo reemplazar a Nahuel Tetaz Chaparro, el pilar izquierdo suplente en los primeros dos partidos, quien se retiró de la mejor forma el sábado. Se espera el regreso de Thomas Gallo, el dueño de la 1. Boris Wenger, nuevo jugador de Harlequins, que debutó ante Lions y no volvió a jugar, es la alternativa. El scrum evolucionó con el correr de los partidos. Más allá de dos penales seguidos al final del primer tiempo en Córdoba, no resultó problemático. En la medida que sigan minimizando los momentos de pérdida de control que los lleva a cometer infracciones innecesarias (el sábado ocurrió al promediar el primer tiempo y costó dos tries), los Pumas dependerán más de sí mismos. Cuando logran inercia con los forwards tienen variantes y osadía para desequilibrar desde cualquier sector de la cancha.
A win a piece! 🤯
— TheRugbyChampionship (@SanzarTRC) August 24, 2025
How's your team looking after the second round of competition? 👀#TheRugbyChampionship pic.twitter.com/aXA5RQ9liE
El triunfo de los Wallabies ante los Springboks en el estreno del certamen abrió el juego para todos. La victoria de los Pumas en Vélez profundizó la paridad. Todos tienen un triunfo y una derrota. Los All Blacks sumaron dos puntos bonus y sacaron una pequeña luz, con un punto más que Australia y dos más que argentinos y sudafricanos, pero no es indicativo de nada. Cualquiera que haga una predicción sobre quién será el campeón a esta altura estará pecando de osado.
Por lo pronto, los Pumas deben enfocarse en Australia. En la gira de los Lions demostraron ser un equipo sólido, algo que había insinuado a fines de 2024 tras el desastroso Mundial de Francia. El triunfo ante el campeón del mundo en el estreno, y aun la derrota del sábado, evidenció además ser un equipo con ambición. Los argentinos no son menos. Serán dos batallas. Para que los jugadores vuelvan a dejar todo como este sábado inolvidable en Vélez. Para que los argentinos sigan disfrutando de los Pumas.




