Sergio Sánchez Martínez contra Los tramposos

El atleta español Sergio Sánchez Martínez, subcampeón mundial de 3.000 metros bajo techo, me llamó enojado por mi nota Los Tramposos, sobre el doping en el deporte, dos semanas atrás. Defendió sus métodos de entrenamiento. Me dijo que la prensa no suele tratarlo bien porque no es madrileño y que discutió hasta con el secretario del Deporte de su país, enojado porque nacionalizan africanos en busca de medallas. Me dijo que jamás dio positivo y que no quería ser comparado con otros que sí lo hicieron, aunque entendía las sospechas. Le propuse que me diera su versión. Aquí está, casi tal cual la envió a mi correo electrónico:

Existen varios tipos de deportistas. Los que llegado un momento en su carrera, ya avanzada, se estancan y consideran oportuno recurrir a sustancias dopantes para seguir mejorando. Esto puede ocurrirle a un deportista mediocre que podría hacerlo por necesidades económicas. Pero también al mismísimo mito del deporte. Tiene necesidad de seguir agradando al aficionado y aún habiendo batido todos los registros, puede sentir que su cuerpo no da más. Aunque al segundo le sacase un mundo, puede caer en el error del doping para seguir sintiendo ese sentimiento tan goloso para un deportista que es el ser el centro de atención.

El siguiente tipo de deportistas entre los que sin ninguna duda me incluyo es el que más pausadamente aún viendo pasar por su frente productos dopantes, y viendo cómo algunos de sus compañeros han pegado mejorías incomprensibles han mantenido la calma. Es muy frecuente escuchar entre tus compañeros frases como "Este de que va, el año pasado le sacaba yo media vuelta y ahora me gana facilmente. Que se piensa que nos chupamos el dedo o qué". Esa frase la he escuchado en miles de ocasiones. Aún sabiendo que hay compañeros que lo hacen, e incluso pudiendo llegar a verlo… aún viendo como cumples 20 y 21 años y tus ingresos económicos no son los mismos que los de esas personas ante las cuales sin ninguna duda te consideras superior fisicamente, decido mantener la calma. Cuando un deportista acaba su edad sub23 da el salto a la categoría Senior. Y ahí es donde literalmente te comen. Yo di el salto en la prueba de los 1500 metros. Fui 6º en el campeonato de España en el año olímpico. Anoté 3.39 en los 1500 en múltiples ocasiones, y por supuesto que se te acercaba gente ofreciéndote ese camino equivocado.

Es muy fácil entrar a un despacho médico con 5000 euros en la mano y decir literalmente que "ha llegado el momento de alcanzar mi cumbre. Utiliza todo lo que tengas que utilizar, aquí tienes mis venas. Pero hazme un campeón". Ese hubiese sido un camino. Pero mi futuro sido muy corto. Con los grandes avances de la ciencia, no podría seguir utilizando esos productos y no sería capaz de bajar esos 3.39 que había conseguido de forma natural.

Mi cabeza fue fría, aún pasando auténticas calamidades económicas, pues mis padres en septiembre de 2004 durante los Juegos Olímpicos se separaron por un problema de malos tratos y me quedé literalmente viviendo en la calle. Seguí confiando en entrenar. En competir en carreras populares para ganar unos 600 euros por semana y sumar 2.500 al mes que me harían subsistir. Así aguanté 2 años. Los entendidos me decían que era una lástima, por que yo tenía mucha calidad y así me desgastaba.

En marzo de 2007, mi padre me da un impulso económico que fue mi salvación. Me dijo literalmente estas palabras: "Sergio durante 4 meses te voy a dar yo todo el dinero para comprar comida, vestir y pagar la casa. Pero quiero que dejes de competir y te centres en entrenar para llegar a los campeonatos de España que en julio". Le hice caso y fui segundo. Pasé a ganar anualmente unos 50.000 euros, a vivir por mí mismo y devolverle ese dinero a mi padre. Llego al atletismo de élite Senior. Recibo varias ofertas de médicos que no me inspiraban mucha confianza. Cuando un médico se te acerca y antes de empezar a tratarte te realiza esta serie de preguntas: "¿Has consumido anabolizantes? ¿Has consumido Epo? ¿Has consumido hormona de crecimiento? ¿Has consumido IGF?". Si a todo le respondes que no, puede acontecer dos cosas: 1) No cree que hayas llegado a ese nivel sin consumir nada, y decide no tratarte. 2). El propio médico se percata de que eres un diamante en bruto, y te dice.. ."Chabal, tienes un margen de mejora espectacular con estas cosas que te voy a dar vas a estallar". Ahí tienes que tener la cabeza fría y mirar atrás. Ver la progresión de tus tres últimos años sin recurrir a eso. En conocí a mi actual médico. Al entrar en su despacho sentí una gran diferencia. No me habló de productos dopantes. Me escuchó y me preguntó qué había utilizado hasta ahora. Le respondí: vitaminas orales, productos de herboristería, alguna vez vitamina B12 intramuscular etc..

Me habló de un sistema de trabajo que me pareció francamente espectacular. Y por supuesto el acertado.

Me dijo que las temporadas se planifican desde el último día que acabas la temporada anterior. Empezar a entrenar sin ningún tipo de aporte vitamínico. Un entrenamiento acorde y aguantar así alrededor de un mes y medio. A medida que avanza la temporada comenzar a tomar vitaminas orales y más recuperantes. El cuerpo, me explicó, se mueve por estímulos. Lo que a un atleta dopado le puede hacer una dosis de doping, a mí –me dijo- me lo hace una inyección de hierro, o de Vitamina B12. Entrenamos en deficit y cuando le damos lo suficiente para que el cuerpo esté más descansado y pueda aceptar ritmos más altos entonces llegan los grandes estados de forma. La diferencia con respecto a los métodos dopantes es muy simple.

Con el doping puedes pegar un salto de calidad. Pero esos métodos que hoy utilizas y pueden ser indetectables dentro de 1 o 2 años se van a detectar, y no podrás seguir utilizándolos, por lo tanto te tendrás que ir a algo nuevo. Aparte, tu cuerpo se hace enfermo y ya no reaccionará de igual forma por lo que necesitarás más dosis para que tu cuerpo reaccione. Y tienes más chances de que te pillen. ¿Cuántos deportistas se vuelven enfermos y llega un momento en que se tienen que dopar hasta para ir a por el pan? Pero gracias a Dios esos deportistas tienen una vida atlética muy corta. En cuanto la ley se iguala con la trampa ellos desaparecen. Sergio Sánchez Martínez.

Por Ezequiel Fernández Moores

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