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El animal que le da el nombre a la franquicia no existe. La denominación de Sunwolves , que se puede traducir como "lobos del sol", no responde a ninguna criatura del reino animal. Es simplemente una creación que pretende conjugar la mentalidad de manada del lobo con el sol naciente, símbolo de Japón. En 18 meses, el equipo de rugby tampoco existirá más.
Esta noche cruzarán sus destinos dos equipos que iniciaron su camino en el Súper Rugby desde el mismo punto de partida, pero que tomaron caminos disímiles y hoy viven realidades opuestas. Mientras que Jaguares alcanzó su esplendor y pelea mano a mano con los mejores, Sunwolves tiene sentencia de muerte: en 2021 no estará más en el certamen.
Jaguares recibe a Sunwolves hoy a las 19.10 en la cancha de Vélez por la última fecha de la etapa regular del Súper Rugby 2019 con la posibilidad de abrochar el segundo puesto en la general. Con la localía en cuartos de final asegurada (será el viernes 21), un triunfo le garantizará también una eventual semifinal en casa.
Los dos equipos fueron parte de la expansión que intentó el Súper Rugby en 2016, cuando pasó de 15 a 18 equipos (también se sumó Kings de Sudáfrica). Lo fallido del experimento se refleja, primero, en el recorte de tres equipos para 2018 y, segundo, en la reducción a 14 para 2021, como era entre 2006 y 2010, con la salida del equipo japonés al confirmarse que la Sanzaar no le renovará el contrato inicial de cinco años.

Mientras que Jaguares pasó de 4 victorias en 2016 a 7, 9 y 10 en los años siguientes, Sunwolves ganó un solo partido en la temporada debut y luego 2, 3 y 2 en ésta.
Las diferencias no son meramente de resultados, sino antes bien estructurales. En nuestro país, que tenía un nulo desarrollo profesional, el equipo fue concebido como una base para desarrollar jugadores en el más alto nivel con el fin de fortalecer el seleccionado nacional. En Japón, en cambio, desde el inicio la franquicia chocó con la poderosa liga superprofesional existente (con figuras como Dan Carter y Matt Giteau) por la contratación de jugadores y nunca pudo funcionar como un medio para desarrollar talentos, ni siquiera con los grandes entrenadores que tuvo. En el XV inicial que dispuso Tony Brown para hoy hay apenas tres japoneses nativos; el resto se reparten entre seis nacionalidades.
Es cierto que la Argentina y Japón tienen culturas y tradiciones rugbísticas muy distintas, pero no se puede soslayar el crecimiento que tuvo este deporte en la tierra del sol naciente, incluidas victorias recientes ante Italia, Gales y Sudáfrica, y el interés que despierta en los aficionados, con el Mundial 2019 como gran incentivo. De hecho, si hay algo en que Sunwolves supera a Jaguares es en asistencia de público promedio: en 2018 hubo 12.000 espectadores por partido en Tokio contra 9000 en Buenos Aires, cifra que mermó este año.
Hoy los destinos se cruzarán una vez más. El historial marca una victoria por lado (la de Jaguares fue exigida). El éxito no está garantizado. Más allá del resultado, las diferencias están a la vista.



