Tecnología: Entrenar a LeBron James mientras duerme
El último grito de la tecnología aplicada al deporte es Whoop, una pulsera que puede recolectar 100 datos por segundo y que mide el ritmo cardíaco, la temperatura corporal, las sensaciones de la piel y hasta el mínimo movimiento de quien la usa. La NBA transformó ese grito en alarido al descubrir que Matthew Dellavedova, base de Cleveland Cavaliers, la utilizó durante 15 partidos en marzo y le ordenó al jugador que no la usara más. El valor especial que tiene Whoop es que es un dispositivo 24/7 y registra el nivel de recuperación de los deportistas también cuando duermen. Las reglas no dicen nada sobre el uso de los llamados wearables (tecnología que llevamos encima) durante los partidos. Pero en este caso parece que no todo lo que no está prohibido, está permitido. El temor latente es que los datos sean los nuevos esteroides.
Otra sospecha bastante fundada es que probablemente Dellavedova haya sido sacrificado (a pesar de no recibir sanción alguna) para proteger a LeBron James que también utiliza esta pulsera para su "monitoreo" sin pausa . LeBron lleva el dispositivo hasta en un comercial de la automotriz Kia lanzado esta temporada. Whoop es una creación de una startup de Boston fundada en 2012 por Will Ahmed, un egresado de Harvard, pero el entrenador personal de LeBron James es uno de los asesores del proyecto. Tener bajo estudio a LeBron James las 24 horas del día ofrece ventajas interesantes.
Ya hay bibliografía al respecto. Entre septiembre de 2015 y enero de 2016, un total de 119 jugadores de básquet de la NCAA fueron registrados con esta pulsera. Se cambiaron algunas pautas de comportamiento para que tuvieran lo que se denomina un "descanso higiénico": les agregaron 42 minutos más de sueño y les disminuyeron el consumo de cafeína y alcohol por las noches. También les redujeron en un 20 por ciento el uso de tablets y smartphones en el momento previo a dormirse. El resultado fue demoledor: las lesiones disminuyeron en un 60 por ciento durante ese período. Los análisis son personales, pero bien ecualizados pueden ser capitalizados en conjunto por un plantel.
Según cálculos de la industria en 2015 se vendieron más de 70 millones de wearables en todo el mundo. La mayoría de ellos son relojes inteligentes y pulseras atractivas bajo la marca de Apple, Samsung y Google. El poder de Whoop no pasa por su estética. No es un gadget para lucir. Se la promociona como un arma secreta capaz de medir la capacidad del cuerpo para recuperarse y que los técnicos puedan planificar mejor los entrenamientos, personales y colectivos.
Ahmed no se anduvo con chiquitas cuando ideó el proyecto. Uno de sus inversores iniciales fue Nicholas Negroponte, fundador del mítico MIT Media Lab. El diseño de la interfase para la lectura de datos en pantallas se lo encargó al estudio del alemán Martin Oberhaeüser con antecedentes creativos para Audi, Pepsi, BMW y Airbnb. Actualizados están.
Según informes de ESPN ya hubo contactos entre la NBA y Will Ahmed para que la tecnología de las pulseras Whoop puedan ser permitidas durante los partidos. Estos secretos no duran mucho en las ligas profesionales y su uso se extendió a equipos. Por el momento la NBA, la NFL y la NHL no permiten el uso de los wearables.
De todos modos Cleveland sigue con el uso invisible de la pulsera mágica. Viene de barrera a Detroit y aguarda la definición de la serie entre Atlanta y Boston para enfrentarlos en las semifinales del Oeste. Quien gane ya sabe que tendrá que enfrentar a LeBron James. Y también saben que LeBron los espera y se entrena hasta cuando duerme.
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