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VALENCIA (DPA).- Ganó Wimbledon, y eso, en el tenis, supera a muchos logros. Pero Conchita Martínez cumplirá hoy 34 años ya como ex tenista, tras anunciar ayer su retiro, consciente de que nunca pudo quitarse la sombra de Arantxa Sánchez, protagonista en los años más brillantes del tenis español.
Martínez nunca fue Martínez ni María Concepción. Era Conchita. Se impuso a todas las tenistas de una generación brillante en la que convivían las grandes de los ?70 -Navratilova y Evert- y los ?80 -Graf, Seles, Sabatini y Arantxa, otra que nunca necesitó usar su apellido-.
Arantxa llevaba dos años en el circuito cuando, en 1988, hizo su aparición Conchita. Pocas veces dos personalidades y juegos tan opuestos se complementaron tan bien. Juntas le dieron a España cinco títulos de la Fed Cup y dos medallas olímpicas, una de bronce y otra plata, en dobles. Y juntas se ubicaron, entre 1994 y 1995, entre las tres mejores jugadoras del mundo, sólo superadas por Graf y, sólo en ocasiones, Seles.
Arantxa fue número 1 del mundo, y Conchita llegó hasta el dos. Pero Conchita ganó Wimbledon en 1994 y muchos cambiarían ese título por los tres Roland Garros que atesora Arantxa. Le cortó a Navratilova el camino a su décimo festejo en el All England. Batió a la mejor jugadora de todos los tiempos en la final.
Aquellos días mostraron a Conchita en su esplendor. Una derecha con top spin profunda e implacable que corría sobre la hierba londinense como pocas. Un revés sólido y pleno de talento para desarmar a sus rivales cada vez que subían a la red. Un servicio que no fallaba para tomar la iniciativa. Una volea que no utilizaba con mucha frecuencia, pero en la que se advertía su categoría de gran doblista.
Conchita nunca pareció muy feliz en el circuito. Aficionada a los vinos, amante de las motocicletas, el tenis no era una obsesión. Sus mejores amigas eran doblistas, como la argentina Patricia Tarabini, compañera de juego y entrenadora durante largos períodos. Nacida en Monzón, un pueblo entre la meseta central y las estribaciones de los Pirineos, terminó en nueve temporadas entre las diez mejores del mundo.
En el nuevo milenio, su talento se fue apagando ante la potencia, pero le alcanzó para un título más, en Pattaya, el año último. Una persistente lesión en el talón complicaba su juego hace años. "No es una decisión fácil, pero la tomé con el corazón y la cabeza, y estoy contenta", dijo en la conferencia de prensa realizada en el Abierto de la Comunidad Valenciana, de varones.
"Estoy orgullosa de lo que conseguí. Fueron muchos años de sacrificio, con momentos muy duros, pero quedan los que me llenaron como tenista y como persona", concluyó Conchita. Aunque tal vez juegue algunos dobles, hoy, a los 34 años, Conchita Martínez ya no caminará como jugadora de tenis.
18 temporadas participó del circuito profesional femenino de tenis, desde 1988
2a fue su mejor ubicación en el ranking mundial, que alcanzó en octubre de 1995
33 títulos logró. En Grand Slams, uno: Wimbledon ´94 y dos finales (R. Garros 2000 y Australia ?98)
5 títulos obtuvo en la Fed Cup, y dos medallas de plata (1992 y 2004) en los Juegos Olímpicos



