Bottini, el coach que en Buenos Aires también es guía turístico
Construyeron una buena relación pese a las diferencias culturales; 7 temporadas juntos

Dante Bottini tiene una historia muy particular. Su mejor ranking individual fue 827°, en 1997. Nacido en Coronel Pringles, hace 37 años, llegó a jugar en Futures, Challengers y Satélites. Vivió durante un largo período en Europa, pero con muchas limitaciones: dormía en una casa rodante. No toleró más esas condiciones y decidió regresar a Buenos Aires para terminar el colegio secundario. Al poco tiempo, consiguió una beca para continuar en los Estados Unidos, se recibió en Sport Management y empezó a trabajar en la academia de Nick Bollettieri, en la Florida. Allí le cambió la vida profesional. Comenzó “tirando pelotas, haciendo canasto”. Kei Nishikori se cruzó en su camino, construyeron una excelente relación pese a las diferencias culturales y de personalidad. El vínculo fue tan fuerte que ya llevan siete temporadas juntos y, pese a que Michael Chang se sumó al equipo para aportar su mirada, la función de Bottini no sufrió alteraciones.
“A principio era difícil la comunicación, sobre todo porque Kei era muy, muy tímido y no me decía qué opinaba de las cosas que hacíamos. Era muy difícil entrenarlo porque nunca tenía un feedback. Poco a poco se fue soltando, la comunicación fue mejorando, pero sigue siendo un chico introvertido, de perfil muy bajo. Es un chico muy normal”, le contó Bottini a La Nacion.
Fanático de River, está muy entusiasmado con la posibilidad de que Nishikori triunfe en la Argentina. Entiende que tiene muchos recursos para hacerlo. “Está muy bien Kei. Después del Abierto de Australia (perdió en los octavos de final frente a Roger Federer, el campeón), hemos estado entrenando muy bien en Estados Unidos –aportó el coach–. Se está sintiendo bárbaro, ojalá que tenga un buen primer partido, que siempre es difícil. Yo estoy muy contento con que haya venido a Buenos Aires, porque lo verá el público argentino, mi familia y mis amigos, algo que no es usual. Estoy un poco ansioso. Tengo muchas ganas de que le vaya bien y ojalá gane el título”.
Nishikori está en la Argentina desde el jueves por la mañana. Desde ese entonces, Bottini aprovechó, en los escasos tiempos libres, para mostrarle distintos lugares turísticos porteños a su pupilo. También seleccionaron parrillas para comer bife de chorizo. “Después de tanto tiempo viviendo juntos le he explicado un montón de cosas de nuestra sociedad –dijo Bottini–. Él está sorprendido de lo tarde que comemos. Suele cenar a las seis y media o siete de la tarde. Además, me dice ‘Ustedes comen carne, carne, carne’. A él le gusta, pero no tan seguido (sonríe)”.
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