Cómo es apoyar a Casper Ruud... a contramano de todo el Argentina Open

Son una clara minoría, pero son una minoría ruidosa, que busca hacerse notar cada vez que tiene la oportunidad, y no han faltado a ninguna cita. Flamean la bandera noruega, cantan el nombre de Casper Ruud, se ganan miradas desaprobatorias y hasta algunos silbidos del resto del Court Central Guillermo Vilas.

El número 8 del ranking ATP se midió con dos argentinos, Federico Coria y Federico Delbonis, a lo largo del Argentina Open, y definió el torneo contra un tercero, el campeón defensor Diego Schwartzman. Mientras tanto, los hermanos Fabio y Franco Gubbins, su primo Osvaldo González y Juan Cesana fueron siempre los visitantes, pero nunca han dejado de apoyar incondicionalmente al de Oslo.

“Mi hermano Franco ha estado en la gira hace dos años”, cuenta Fabio Gubbins, chileno, que vive hace más de 40 años en Noruega. “Para mí y para mi primo es la primera vez y es fantástico”. Los Gubbins llevan siguiendo la campaña de Ruud hace dos años, y gracias a su aliento incansable han podido conocer tanto al tenista como a su familia, al punto que ocuparon su palco durante todo el certamen.

“Me han llegado notificaciones en Facebook de él agradeciendo a la gente que llega desde Noruega”, agrega Franco. “Pudimos ver al embajador y nos agradece el apoyo que le brindamos”.

Los vínculos que unen a Cesana con Ruud son más complejos. De padre argentina y madre noruega, y repartiendo su vida entre Buenos Aires y Los Ángeles, reconoce la desventaja que tiene el campeón de la edición de 2020, pero valora que haya podido salir adelante: “Es difícil, Casper tiene todo en contra, pero ha demostrado con su juego que el público no lo afecta. Ya sabemos que el tenis es muy mental, y Casper está muy concentrado”.

Ruud, por su parte, también ha sabido reconocer este apoyo. “Cada día hablamos con él y su staff técnico, y nos dicen que para él es muy importante sentir nuestro apoyo y aguante”, apunta Fabio. “Venir hasta acá desde tan lejos, desde el hemisferio norte, es todo un contraste, y él siente el aguante, siente que nosotros estamos acá apoyándolo”.

A pesar de que cada vez que aparecen el estadio expresa su (lógico) rechazo, los simpatizantes de Ruud cuentan que no han sentido hostilidad de parte de los argentinos. “En general nos tratan bien, hay respeto. Ven que nosotros somos 2 o 3, pero tenemos mucho aguante”, reconoce Fabio. “Es una experiencia muy linda. La gente nos trata de maravilla, nos atiende muy bien, nos preguntan, nos hablan inglés. Hay una muy buena onda, con antagonismo pero muy buena onda”, continúa. “El trato ha sido muy respetuoso. No hay problema con la bandera noruega ni con hinchar por él”, añade Cesana.

Esto no ha impedido que se genere algún que otro ida y vuelta, como recuerda Fabio Gubbins: “El otro día yo grité algo para Casper y todo le estadio me silbó. Pero como yo soy un experto en estas situaciones grité ‘¡Aguante el Peque!’, y todo el público aplaudió”.

En términos de sus predicciones para el encuentro, los Gubbins manifiestan que el número 8 del mundo debería quedarse con el título, tal como lo hizo hace dos años: “Vemos a Casper muy fuerte, en muy buena forma, con la potencia al 100%. Estamos confiados en que pueda llevarse el mate”, asevera Fabio respecto del formato del premio que ya consiguió hace un par de años.

Cesana tiene aún más confianza en él: “Yo creo que se consagra en dos sets, además porque Diego también viene cansado por lo que es jugar dos partidos en un solo día”, evalúa sobre el Peque. “Lo que yo quiero resaltar es al público argentino, es muy pasional y alienta mucho a sus jugadores. Pero yo no creo que esto sea algo que afecte a Casper, está listo para este partido y va a ganar fácilmente la final”.

Franco Gubbins, por su parte, considera que Schwartzman puede darle pelea, aunque comparte la opinión de su hermano: “No hay que descalificar al Peque, es un gran luchador. Va a ser un lindo partido”.

La profecía eventualmente se cumplió: Ruud se sobrepuso a un comienzo difícil y venció a Schwartzman por 5-7, 6-2 y 6-3 para volver a quedarse con el Argentina Open, y en la conferencia de prensa posterior admitió las dificultades de jugar con todo un estadio deseando que pierda, pero que también lo usa para motivarse: “Es difícil tener el público en contra. Cuando uno viene a Sudamérica se da cuenta que el público es muy pasional acá, a la gente le gusta mucho el deporte y está bien que sea así. A mí no me afectó demasiado, dejé que mi tenis hable por mí”. Sin duda, escuchar al menos unas pocas voces a favor en todos sus encuentros habrá sido fundamental para recuperar su corona.