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La vida de Daniel Orsanic estuvo vinculada con las raquetas casi desde su propio amanecer. Branko, su papá, hoy de 84 años, dejó Croacia a los 15, junto con sus padres, con destino austríaco. Por cuestiones de seguridad, tuvieron que salir del país con un apellido falso: Orlovich figuraba en las hojas del documento adulterado. Un año en Austria, luego tres en Italia, para finalmente radicarse en Buenos Aires, buscando el equilibrio que por aquellos años no hallaban en esa porción europea. Branko, jugador de pelota paleta, aprendió a jugar el tenis "de grande", pero lo hizo con semejante pasión que, con el tiempo, se convirtió en un didáctico profesor de tenis, llegó a trabajar con juveniles para la Asociación Argentina de Tenis (Batata Clerc y Alejandro Gattiker fueron alumnos suyos) y fue el gran maestro de cientos de chicos de diversos clubes porteños y bonaerenses (YPF y Banco Nación, por ejemplo), pero sobre todo en Arquitectura, en el barrio de Agronomía. Por protección, Branko no corrigió su apellido por muchos años; en el mundillo de las raquetas nacionales se lo conoce como Orlovich e incluso el propio Daniel fue anotado de esa manera en algunos torneos.
Daniel, hoy con 45 años, comenzó a jugar al tenis a los nueve, y ya de adulto encontró en el dobles una manera de destacarse entre su generación. El mayor de tres hermanos (Mariana, la segunda, está casada con Mariano Hood) cimentó su carrera en esa especialidad, llegando a ser el número 24 del mundo en 1998, ganando ocho títulos y disputando dos veces las semifinales de Roland Garros: en 1997 con Lucas Arnold Ker y en 2000 con el brasileño Jaime Oncins. Después de varias temporadas trabajando como entrenador de José Acasuso, el peruano Luis Horna, el uruguayo Pablo Cuevas y el brasileño Thomaz Bellucci, entre otros profesionales, Orsanic fue designado para un trascendente desafío: director de Desarrollo de la AAT, en reemplazo de Tito Vázquez, que ahora está enfocado en su propia academia, en Parque Sarmiento. Por las manos de Orsanic, y por las de sus colaboradores, pasará gran parte del futuro del tenis nacional, lo que representa una enorme responsabilidad en un país que se (mal) acostumbró al esplendor de la Legión y que, mientras espera la rehabilitación de Juan Martín del Potro, no atraviesa por momentos dulces.
Se harán algunos cambios, pero deberán ser graduales. Lo que percibí es que hay ansiedad por que los chicos evolucionen en categorías superiores y hay que respetar los tiempos
"Vengo del tenis profesional, de trabajar 15 o 16 años en el área de mayores. Y por eso, creo, puedo tener una mirada objetiva de lo que ocurre. Se harán algunos cambios, pero deberán ser graduales. Lo que percibí es que hay ansiedad por que los chicos evolucionen en categorías superiores y hay que respetar los tiempos, saber identificar cada etapa y aprovecharla. Hay que ponerse en el lugar de los padres, porque hacen muchos esfuerzos por sus hijos, pero es importante que la ansiedad baje", explicó Orsanic. Y allí, seguramente, tendrá que poner mayor atención en sus primeros meses en el cargo, porque no es lo mismo entrenar a adultos que ayudar en el desarrollo a niños o adolescentes. No es un impedimento, obvio. Dice estar predispuesto a escuchar experiencias, a reunirse con entrenadores, a intercambiar información; de hecho, ya viajó por el interior para observar torneos de menores.

Según Chucho Acasuso, que fue entrenado por Orsanic durante tres años entre 2004 y 2007, Daniel es estructurado, detallista, ordenado. "Con el cargo que tendrá es importante que sea así. Debe saber de tenis, pero también saber planificar. Trabajar con menores no es fácil, lleva tiempo, pero es una función que genera satisfacciones. Es un desafío estar frente a los chicos. Lo primero que tiene que hacer es lograr instalar que él será la cabeza de Desarrollo y que quiere ayudar. Tiene que ser complementario de los entrenadores de los jugadores. En este ambiente hay celos y temores, y algunos entrenadores piensan que si uno de los chicos va a entrenarse a otro lado se lo pueden robar. Y en el caso de Daniel no es así. Tiene que dar confianza a los chicos y a sus entrenadores. Está para aportar", le comentó Acasuso a canchallena.com.
Aficionado al fútbol e hincha de River, Orsanic tiene costumbres en el día a día, como hacer anotaciones de un cuadernito del que, prácticamente, no se separa. "Apunta situaciones de los entrenamientos, de los rivales, errores, virtudes. Baja al papel las ideas que surgen, como para que no queden en el aire. Es sólo un ejemplo de cómo actúa. No le gusta improvisar. Claro que en su función también tendrá importancia el presupuesto disponible", añadió Acasuso.
"Hay federaciones y escuelas tenísticas que uno admiró siempre, como la francesa o la estadounidense. Pero a mí me gusta nuestra escuela. Tenemos 50 veces menos recursos que ellos, menos infraestructura, y sin embargo no tenemos mucho que envidiar en la enseñanza. También creo que es fundamental integrar a los referentes al tenis, que les cuenten sus historias a los más chicos, sus experiencias", reconoció Orsanic, que posee un perfil bajo y, en un ambiente tan individualista, genera consensos, acción valiosa de por sí. Es más, por lo bajo algunos creen que el ex doblista puede llegar a ser uno de los candidatos a ocupar la capitanía de la Copa Davis desde la próxima temporada, cuando a Martín Jaite y Mariano Zabaleta se les terminen los tres años de contrato con la Asociación. Pero esa será otra historia y, en lo inmediato, la tarea de Orsanic es bastante compleja como para desviar la mirada y la energía en otros asuntos. El desarrollo es un área fundamental en toda federación deportiva: representa el mañana. Y, para un país que disfrutó de tantas mieles en el tenis, son palabras mayores.
Fracasamos en ese punto. Pero confiamos en que antes de fin de año tomaremos una decisión", dijo Arturo Grimaldi, presidente de la AAT, sobre la cuenta pendiente: la ausencia de un centro nacional para el desarrollo y profesionales. En 2011 hubo una fuerte posibilidad de lograr un predio en Núñez, pero finalmente no se concretó. Se buscan alternativas; el Baltc o algunos terrenos de las Fuerzas Armadas son opciones, aunque todavía nada firme.

