Las figuras atraen, pero a la vez exponen la realidad argentina
La luz de Nadal, Ferrer y Tsonga expone el contexto local: el último título en Buenos Aires fue de Nalbandian en 2008
Es una invitación estelar. No hace falta ser un fanático del tenis para tomar nota del acontecimiento, que lanza hoy su primer pelotazo con la clasificación y el sorteo del cuadro de colección. Verano, Palermo y Nadal, Ferrer y Tsonga, entre otros fuera de serie, con una red en el medio, se trata de un show único. El Argentina Open, que se vestirá de drives, reveses y voleas en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, cobija a un exceso de figuras para un noble ATP 250.
Rafael Nadal, un león sobre la arcilla, aún de capa caída, es uno de los mejores valores de la historia y hoy ocupa el puesto N° 5 del ranking. Lo siguen cracks de otra dimensión: David Ferrer (6°), Jo-Wilfried Tsonga (9°), John Isner (12°), jóvenes promesas como Dominic Thiem y Jack Sock y el talentoso e irreverente Fabio Fognini. El deporte es único: cualquier suceso puede ocurrir. Sin embargo, si se pesara en la balanza de la lógica, no hay misterio posible: el ganador debe estar entre uno de ellos.
El contexto expone, en el juego de las diferencias, a los créditos locales. No se trata de añorar aquellos buenos tiempos en los que la Legión desafiaba la lógica mundial, pero la moneda cayó del lado de la desesperanza: ni disfrazando la realidad se puede transformar el escenario. El último título de uno de los nuestros fue en 2008, cuando David Nalbandian superó a José Acasuso (otro argentino), por 3-6, 7-6 y 6-4. Siete españoles, desde esa tarde, se consagraron en años sucesivos: Tommy Robredo, Juan Carlos Ferrero, Nicolás Almagro, David Ferrer (en tres años seguidos) y Rafael Nadal, que se presentó un año atrás con más interrogantes físicos y anímicos que hoy, aunque en el final arrasó a Pico Mónaco, un amigo de la vida, por 6-4 y 6-1.
Mónaco cumplirá 32 años en marzo próximo y volverá en este torneo, recuperado de una seria lesión de muñeca. Pico, en el tiempo en blanco de los campeones argentinos, llegó también al encuentro decisivo en 2009. Volver, sentirse arropado por el público, revivir viejas sensaciones, son su principal misión. No hay espacio para la ilusión de los días finales. Situación que le ocurre a sus colegas, como Leonardo Mayer (el mejor, en el puesto 37°), Federico Delbonis y Guido Pella y algún aventurero que alcance la meta de largada de la qualy.
Los cuatro principales favoritos (Nadal, Ferrer, Tsonga e Isner) no jugarán la primera rueda, por lo que se presentarán entre el miércoles y el jueves, en la segunda instancia. Lo que provoca mayor tensión: los argentinos deberán remarla. En realidad, como ocurre desde hace un buen tiempo, sólo que en casa la nostalgia lo abarca todo. Y con la frescura del polvo de ladrillo, hasta tiempo atrás, un territorio (casi) exclusivo de argentinos y españoles. "Será un ATP muy difícil. Va a ser complicado por las figuras que hay", asume Mayer, el líder de un elenco que hoy corre desde atrás.
ar/
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