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El primer cheque que recibió Tiger Woods fue de 2544 dólares. Ese fue su premio por haber finalizado en el puesto 60° en el Greater Milwaukee Open, que se jugó en septiembre de 1996.
A los 20 años, el californiano daba sus primeros pasos en el golf profesional y ya todos lo señalaban como el jugador del futuro, pero quizá nadie se imaginaba que su brillante carrera deportiva rompería con incontables registros de triunfos y ganancias en premios.
Hoy, los números de Tiger siguen sorprendiendo; más bien, causan escalofríos: con 100 millones de dólares es el deportista mejor pago del mundo en 2003 -incluyendo premios deportivos y contratos de merchandising-, según la estimación de la agencia alemana de informaciones deportivas SID.
Al igual que el año último, el golfista es seguido por el séxtuple campeón mundial de Fórmula 1, el alemán Michael Schumacher, que en los últimos doce meses alimentó sus arcas con US$ 62 millones (45 millones corresponden a su contrato con Ferrari y el resto lo genera su propio merchandising). Un escalón más abajo se ubica David Beckham, volante de Real Madrid, con 35,2 millones. Y la primera mujer en el ránking es la tenista Serena Williams, en la octava posición al igual que en 2002.
El centenar de billetes verdes que alcanzó Tiger este año no está relacionado con la obtención de algún certamen de Grand Slam, ya que no obtuvo ninguno esta temporada. Tampoco con sus cinco victorias y sus dos segundos puestos entre sus 18 participaciones en el año en el PGA Tour, que le reportaron un total de 6.673.413 dólares.
En realidad, ocupa una vez más la vanguardia de atletas millonarios por los innumerables contratos que tiene vigentes, muchos de los cuales ya llevan entre tres y cuatro años de duración.
Su principal sponsor es Nike, que le deja en sus cuentas 18 millones de dólares anuales. Cuando la empresa de la pipa decidió contratarlo, el CEO Philip Knight señaló: "Cada vez que aparece un deportista de esta envergadura, nosotros decidimos adoptarlo". Knight pronosticó en su momento que "Tiger cambiaría la forma en que la gente consideraría al golf". Sin dudas que acertó.
Los vínculos anuales del astro se reparten en los más diversos rubros. Actualmente, además de Nike, cuenta entre sus contratos top a Accenture (8 millones), American Express (6 millones), Buick (6 millones), Disney (5 millones), Titleist (4 millones), PGA Tour (3 millones) y Tag Heuer (2 millones). Luego, tiene acuerdos inferiores a los dos millones de dólares, que comprenden desde el videojuego de Electronic Arts, hasta el centro médico TLC Laser Eye Center, que adquirió su imagen luego de tenerlo como cliente, tras una cirugía en los ojos para no jugar con lentes de contacto.
Además de su archicomprobada calidad golfística sobre los campos de los Estados Unidos (es el líder de ganancias histórico en el PGA Tour, con 39.777.265 dólares), la durabilidad y la importancia de los contratos que posee Tiger se explica por su vida útil como jugador, que podría extenderse, como mínimo, por 30 años más si se considera su futuro paso al circuito de veteranos.
Es decir que por más que no haya disfrutado de su temporada más brillante, como ocurrió en este caso, Woods puede flotar tranquilamente en lo más alto de la lista de ganancias sólo sobre la base de convenios.
Los deportistas argentinos están a años luz de los montos de Woods. Podría citarse a Gabriel Batistuta, que por su primera temporada en la liga de Qatar recibirá 5,5 millones de dólares, sin contar otros arreglos. O al tenista Guillermo Coria, con 1.971.162 dólares únicamente por los ingresos en el ATP Tour en esta temporada. En verdad, todo resulta lejano en comparación con Tiger.

