Belmont Stakes. El coronavirus "infectó" al ADN de la Triple Corona de los Estados Unidos, que comienza por el final
En una temporada normal, la Triple Corona ya se hubiese desarrollado por completo en los Estados Unidos. Sin embargo, la pandemia del coronavirus alteró las programaciones de las carreras hasta el punto de modificar, incluso, el ADN de la serie. Pese a que un buen número de hipódromos siguieron en actividad, la enfermedad que no ataca a los caballos "infectó" a la mayor de las tradiciones hípicas.
El Belmont Stakes, el clásico más antiguo del continente, es cada año el paso final. Sin embargo, este sábado la prueba marcará el comienzo, dos semanas después de lo que estaba prevista su disputa en Belmont Park, uno de los escenarios de Nueva York que estuvo cerrado durante el pico de fatalidad en ese Estado y reabrió sus puertas a comienzo de este mes, sin espectadores. Los cambios llegaron hasta la alteración de su esencia: sólo en 1893 y 1894 se disputó sobre 1800 metros, la distancia que fue fijada para esta oportunidad, en lugar de los 2400 metros que la identifican desde 1926.
La cancelación de las principales preparatorias para los productos de 3 años durante marzo y abril, últimos meses en los que teóricamente se corrían cotejos con puntaje para el Kentucky Derby, y la postergación de esa prueba (para el 5 de septiembre) y el Preakness Stakes (al 3 de octubre), las dos primeras etapas de la Triple Corona, obligaron al cambio que avivó, además, algunos desencantos. La cita para la que generalmente se trabaja en la resistencia tendrá ahora una cuota de velocidad por la reducción de su recorrido.
The field for the 152 Running of the #BelmontStakes, the first jewel of this year's Triple Crown [R] pic.twitter.com/wyDkGAR7vJ&— Belmont Stakes (@BelmontStakes) June 17, 2020
Si la competencia más larga se convirtió esta vez en la más corta de la serie es porque la ola de cancelaciones no ha permitido que los potros tengan una buena preparación para afrontar el salto a una distancia que demanda una puesta a punto diferente. Hasta aquí, la de mayor metraje que han desafiado fue el Lousiana Derby (G2-1900m), en Fair Grounds, el 21 de marzo. Su vencedor, Wells Bayou, no estará aquí.
"Estoy molesto porque cambiaron la distancia. Sé por qué lo hicieron, pero hubiera preferido que lo mantuvieran al menos en una milla y cuarto, que es una distancia clásica", sostuvo Barclay Tagg, entrenador de Tiz the Law, el principal candidato entre los 10 anotados. El potrillo que cuando tenía un año y siquiera estaba bautizado fue vendido en 110.000 dólares lleva cuatro primeros puestos en cinco presentaciones, incluyendo dos grandes premios, y acumula ganancias por casi un millón de la moneda estadounidense, la cifra que tiene finalmente la bolsa de premios que se repartirá este sábado (reducida en medio millón por el cambio). La única vez que Tiz the Law fue llevado a Belmont Park logró su primer clásico, en una milla, y la última vez que compitió, el 28 de marzo en Gulfstream Park, al norte de Miami, se impuso muy fácilmente en... 1800 metros. No obstante, el preparador de 82 años siente que el recorrido no lo beneficia a su potro para buscar, paradójicamente, la carrera que le faltó ganar a Funny Cide, otro de los suyos, para consagrarse triplecoronado en 2003, tras haberse impuesto en las dos primeras instancias.
El baño de Tiz the Law
#TiztheLaw getting gorgeous with his buddies, Juan & Abraham. Grateful for the amazing team who takes such great care of the Sackatoga horses. pic.twitter.com/vgD0RQfrOm&— Sackatoga Stable LLC (@sackatogastable) June 16, 2020
Aron Wellman, fundador y presidente de Eclipse Thoroughbred Partners, es otro que estaría encantado si el Belmont Stakes se hubiera mantenido en su distancia original. Se lo confió a Bloodhorse: "Desde que Farmington Road entró al stud de Todd Pletcher cuando tenía 2 años, realmente lo consideramos un caballo para el Belmont Stakes, y con eso me refiero al Belmont Stakes que todos conocemos. Pensé que ésa sería nuestra mayor ventaja". Wellman, que comparte la propiedad con Robert LaPenta y su criador, Chrysalis Stables, admitió que "igualmente estamos ansiosos esperando esta edición en 1800 metros, sabiendo que tenemos a un potro que vendrá corriendo con tranquilidad y tratará de hacerse sentir en el final". Eso sí, Farmington Road es un ganador de una simplemente, de los más humildes del lote.
El triunfo de Tiz the Law en el Florida Derby
Lo cierto es que, apuntan desde la revista norteamericana, el trazado de Belmont Park fue uno de los factores principales para determinar el ocasional recorrido: si se hubiese elegido correr en dos kilómetros, un lote numeroso –como el que tiene tradicionalmente el Kentucky Derby (2000m), a gateras llenas– hubiera sido perjudicial para los que partieran desde afuera, con la cercanía de la curva. Finalmente, contra los pronósticos, la lista de pretendientes llegó a sólo una decena, con algunas bajas de importancia en las últimas semanas, por lesiones, como el caso de los invictos Nadal, Maxfield y Charlatán, éste último, además, en medio de un proceso para convalidar o no su último éxito, al dar positivo a un tratamiento no permitido su primer análisis.
"Creo que dadas las circunstancias, esta fue la mejor opción. Una milla y media no encajaría en muchos caballos en esta etapa. Fue la jugada correcta. ¿Quién puede saber lo que habrían decidido si hubiesen sabido que sólo habría diez caballos en la pista? Es difícil predecir algo así", reflexiono Pletcher, que tendrá en los partidores otra carta, Dr Post, que lleva dos primeros en fila en cotejos de menor rango, en tres presentaciones. Ese potrillo ha ido a remate tantas veces como ha vencido: al pie de su madre fue comprado en 200.000 dólares en 2017 y revendido un año más tarde en el doble de ese valor. Su campaña está naciendo como para conceptuar si ha sido un buen negocio.
Otros se han entusiasmado por la modificación. "Fue una obviedad que se decidan por esta distancia. En una milla y media no hubiese sido una gran carrera como la es. Y tienen en el campo al mejor potrillo del país (por Tiz the Law)", sostuvo Mark Casse, el entrenador de Tap it to Win, que soltará junto a los palos. La tarde que debió correrse el Belmont Stakes original, su zaino de la mancha en el centro de la frente venció muy fácilmente, de punta a punta y a 54/100 de récord de la pista en una condicional sobre 1700 metros. Interiormente, el cuidador de 59 años siente que los planetas se alinearon para el mejor momento de su caballo, que lleva dos primeros puestos en fila y está invicto este año, luego de un 2019 algo discreto. "Es un factor importante para mí la distancia", reconoce Casse, que intentará repetir el festejo del año pasado, cuando levantó la copa con War of Will, en 2400 metros.
El último éxito de Tap it to Win
Entre los inscriptos aparece también Jungle Runner, un hijo del padrillo argentino Candy Ride, montado por un jinete que nunca ganó un gran premio, Reylu Gutiérrez. Es al que menos posibilidades se le asigna en la escala de dividendos previos: 50 a 1. Sus dos triunfos han sido el año pasado en un hipódromo de los más humildes, Remington Park, y el aumento de exigencias lo pagó con fracasos. Igual, se animan.
"Todos los que corran en la carrera deberían sentirse muy afortunados de estar allí. Me saco el sombrero por todos en NYRA (la organización), la Asociación de Jinetes de Nueva York y todos los que trabajaron tan duro mientras estuvieron en el ojo de la tormenta durante la propagación del coronavirus. Cuando las personas trabajan en equipo y hay un buen liderazgo, pueden suceder grandes cosas", destacó Wellman, como para que nadie pierda las esperanzas antes del timbre de salida y en un contexto donde la industria norteamericana encontró soluciones (con testeos a todos los protagonistas y sin público en las tribunas) para seguir activa pese al avance de la pandemia.
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