¿Por qué a los argentinos les cuesta tanto ganar el Latinoamericano?

RIO DE JANEIRO.–Desde que fue instaurado, en 1981, el Latinoamericano se ha convertido en un gran premio casi inaccesible para los representantes argentinos. La carrera itinerante que anualmente reúne caballos de las principales hípicas de América del Sur fue ganada apenas cuatro veces por ejemplares nominados por los hipódromos de San Isidro, Palermo y La Plata. Muy poco en 31 capítulos, de los cuales 10 fueron de local. Sobre todo para un país que es potencia en la cría en la región.

Los fríos números estadísticos agregan que sólo una de las victorias fue conseguida en condición de visitante. Se cumple por estos días una década del triunfo de Latency en Maroñas, cuando la prueba se corrió en el principal escenario uruguayo por primera vez desde su reapertura. Y este sábado, el desafío será en Gàvea, en Río de Janeiro, donde los brasileños tratarán de mantenerse invictos en su territorio y llegar a la decena de festejos en la Copa Libertadores del turf .

¿Por qué a los argentinos les cuesta tanto ganar el Latinoamericano? Es la pregunta que no tiene respuesta lógica, pero sí opiniones variadas. "La historia dice que nuestro turf es muy fuerte, pero tal vez no tenemos los mejores caballos, como creemos", analiza Dany Etchechoury, que ganó la prueba en 2005 con Don Incauto, en San Isidro, y ahora presentará a Don Inc. "En una época se vendían al exterior casi todos los buenos y terminaban corriendo los que quedaban, pero ya hace 3 o 4 años que el comercio está parado", agrega el entrenador. Además, puntualiza: "En Perú y en Chile, cuando se corre sobre arena no se adaptan los nuestros. Se hunden. No es que no ganamos, sino que fracasamos. Es imposible. Son canchas bravísimas y, en cambio, ellos viajan a la Argentina y siempre dan pelea".

Esta vez, los problemas en los viajes no aparecen entre las excusas, porque la llegada a Río se hizo dentro de los parámetros normales. No obstante, los traslados han limitado el rendimiento en muchas ocasiones. Su hermano Juan Carlos trajo ahora a Harlan’s Blue. "Viajar en los Estados Unidos, por ejemplo, es más fácil, más práctico. Están más cancheros con los controles sanitarios", compara. Y hurga en lo competitivo. "El caballo bueno, el que era diferente, emigraba antes de llegar a esta carrera. Como ahora con Hi Happy, que ganó el Pellegrini y sus dueños tenían planes de llevarlo a Dubai. Creo que viajamos con buenos caballos, pero muchas veces no son los mejores. O que pueden haber crecido los demás países y no hay tanta diferencia como creemos", sostiene Carly, que además considera que "sólo en los últimos años empezó a haber chances de preparar para las distancias largas, con el incentivo que generó San Isidro". Se refiere a la programación de competencias para fondistas, que ha crecido notablemente en los últimos años en el hipódromo del Jockey Club y ahora es poco probable que se anule ese tipo de cotejos.

Los representantes argentinos serán montados por jinetes que conocen al detalle la pista de Gàvea; Jorge Ricardo, Altair Domingos y José Da Silva corrieron allí antes de radicarse en la Argentina

La distancia oficial es de 2000 metros, pero ha tenido sus matices. Según el escenario en el que se corre y la cantidad de participantes confirmados, en algunos casos se ha llevado a 2100 metros (en La Plata y Palermo) o 2200 (en la primera vez que se desarrolló en Monterrico). La pista varía entre césped y arena, según cuál es la principal del hipódromo que es la sede, en el caso de los que cuentan con ambos tipos de canchas.

Desde el relanzamiento de la carrera, en 2004, tras cuatro temporadas fuera del calendario, ciertas condiciones cambiaron, incluido el hecho de que ya no es necesario que cada participante haya nacido en el país al que representa. Sólo basta haber corrido en el hipódromo que lo nomina o en el que clasifica, según decisiones individuales de cada entidad asociada. Por ello, el argentino Good Report le dio a Uruguay su único éxito en el historial en 2007, y el estadounidense Lideris le permitió conservar el invicto de local a los peruanos en 2014, en Monterrico.