Según un informe del Distrito 6 de Santa Fe de la Sociedad Rural Argentina, en lo que va del ciclo 2024/2025 la Nación le retuvo a los productores locales más de US$1430 millones, aún con la disminución transitoria del tributo; desde julio, con el regreso del esquema pleno, el monto se incrementará a US$1790 millones
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Mientras el calendario avanza hacia el 30 de junio, fecha en que vencerá la rebaja temporal de los Derechos de Exportación (DEX) para la soja y sus subproductos, entre otros granos, el Distrito 6 de Santa Fe de la Sociedad Rural Argentina (SRA) difundió un informe que pone el foco en el impacto concreto del tributo sobre la producción agrícola de la provincia.
Según el relevamiento, que lleva el nombre de “Retenciones: un impuesto extra, injusto y perjudicial para Santa Fe”, aún con el esquema reducido, en lo que va del ciclo 2024/2025 la Nación le retuvo al agro santafesino más de US$1430 millones en concepto de DEX.
“Desde julio ese número se incrementa aún más: serán US$1790 millones solo por exportar lo que producimos”, indica el trabajo. Y advierte que, más allá del monto, “lo más grave no es solo el número, sino la lógica del sistema”.
El documento define a las retenciones como “un impuesto adicional y discriminatorio que afecta solo al sector agroexportador”, y recuerda que los productores ya tributan los mismos impuestos que el resto de las actividades económicas: IVA, Ganancias, Ingresos Brutos, tasas provinciales y municipales, además de cargas laborales y patronales. “A ese esquema fiscal ya exigente, se le suma un tributo que castiga el éxito exportador y desalienta la inversión”, sostiene el informe.

El distrito santafesino de la SRA también plantea una pregunta clave: ¿qué pasaría si ese dinero quedara en manos del productor en lugar de ir a las arcas nacionales? Su respuesta es clara: “Se reinvierte en tecnología, se compra maquinaria, se contrata más personal, se consume en el mercado interno, se mejora la productividad y la competitividad, se dinamizan las economías regionales”.
En esa línea el trabajo remarca: “Gana toda la cadena: campo, industria, comercio, servicios. Ganamos todos”. Y contrapone ese efecto virtuoso con lo que ocurre cuando los recursos quedan centralizados: “En vez de financiar un Estado centralizado y burocrático, ese dinero podría ser combustible para el desarrollo local”.
De concretarse el retorno a la alícuota del 33% desde el 1º de julio, como todo parece indicar, la provincia de Santa Fe perdería, en lo inmediato, otros US$361 millones adicionales, según calcula el informe. Para dimensionar ese número, la entidad lo tradujo a bienes concretos.
“Eso podría haberse transformado en 768.000 toneladas de fertilizantes, 17.000 vehículos Fiat Cronos, 5500 departamentos, 2 millones de gomas de auto, 39 millones de kilos de asado o 6,5 millones de vacunas antigripal humanas”, detallan.
La crítica de fondo es hacia la estructura impositiva nacional: “Las retenciones no son un instrumento de equidad, son una traba al crecimiento. En manos del productor, cada peso se multiplica. En manos del Estado central, se licúa en gasto improductivo”.
Vale recordar que la rebaja temporal del 33% al 26% en soja y del 12% al 9,5% en maíz, trigo y cebada, fue implementada a fines de enero pasado como parte de un paquete de medidas para incentivar la liquidación de divisas y el ingreso de dólares. Si bien la medida tuvo un fuerte efecto en la comercialización —especialmente en soja, que registró en junio uno de los volúmenes mensuales más altos de los últimos años, en el Gobierno ya dejaron trascender que el beneficio no se extendería para la oleaginosa.
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