Tecnología que viene del mediooeste

RALSTON, Iowa.- Mientras los verdes maizales crecen con vigor junto a las no menos extensas plantaciones de soja, que se agitan a los costados de las rutas de Iowa, interrumpidos cada tanto por vistosos graneros, un grupo de empresarios argentinos, quizá los únicos que visten con corbata en este poblado de casi dos mil almas, asentado en el mediooeste norteamericano, se apresta a firmar -en representación de Hórreos de Argentina SA- un convenio de transferencia tecnológica con la West Central Cooperative, que representará una inversión de 50 millones de dólares en nuestro país.

West Central, la compañía estadounidense de mayor producción de biodiesel y derivados de la soja, factura anualmente 100 millones de dólares. Fue fundada en 1933, y posee la planta de almacenaje más grande de los Estados Unidos: 25 millones de toneladas. Actualmente, West Central procesa 750 toneladas diarias de aceite de soja y puede llegar a procesar hasta mil toneladas en 24 horas. Asimismo, la compañía norteamericana ha concretado un joint venture con Interwest, encargándose West Central de la distribución y la tecnología de los productos apoyándose en una estructura altamente sofisticada y robotizada.

Además del biodiesel, West Central Soy Center produce y comercializa Soyplus, un alimento para vacas de ordeño, y Soychlor, un suplemento de proteína y cloro para vacas lecheras próximas al parto. En poco tiempo, lanzará al mercado un quitamanchas en aerosol que remueve los graffiti junto a otra media docena de subproductos derivados de la soja.

Diversificación

Por su parte, Hórreos de Argentina, una empresa de origen familiar y de capitales nacionales fundada por Jorge Federico Simmermacher en 1986 y que constituye un grupo de empresas vinculadas con la agroproducción, comercio e industrialización de granos, explota 20.000 hectáreas propias en La Rioja, es propietaria de la mayor plantación de palmeras datileras de América del Sur (Patquía). Está abocada a la cría de ganado Brangus, posee 200 hectáreas de olivares y destina unas 4000 hectáreas para forestación de algarrobos. Asimismo, son fabricantes de alimento balanceado y comercializan semillas. En 1993, Hórreos de Argentina compró la empresa Ici SA del grupo Duperial y en septiembre último adquirió una planta en Quequén, invirtiendo un millón de pesos. Cuenta con una capacidad de acopio propia de 92.000 toneladas. El volumen de operaciones de Hórreos de Argentina en 1999 fue de casi un millón de toneladas. El grupo es dueño de una docena de plantas propias diseminadas por Córdoba, San Luis, Santa Fe, La Pampa y la provincia de Buenos Aires.

La firma de este convenio entre Hórreos y West Central sella una alianza estratégica entre dos ágiles gigantes que posibilitará la construcción de una planta productora en la Argentina que, asumen ambos, derivará en una amplia gama de negocios, cuyas alternativas de producción beneficiarán las zonas de San Luis y Santa Fe.

El biodiesel que viene

Jorge Federico Simmermacher, presidente de Hórreos de Argentina, incansable a los 74 años, y acompañado por dos de sus hijos, es optimista en un momento en que la Argentina productora está hecha un mar de lágrimas. En efecto, luego de firmar este contrato, las noticias que llegan desde la Argentina no son nada alentadoras; Chile ha frenado la compra de carne argentina y entre los productores reina el desconcierto.

"La necesidad de emplear el aceite de soja para producir biodiesel es una alternativa válida para las empresas del siglo XXI, que empleará nuevos recursos", sostiene Simmermacher, birome aún en mano. Por su parte, otro miembro de la delegación argentina, el ingeniero agrónomo Jorge Guido Ugolini, asesor del vicegobernador santafecino Muniagurria,y autor de un completo estudio sobre producción y factibilidad del biodiesel en el mercado argentino también expresó su satisfacción por el acuerdo.

"El biodiesel cuesta acá un 30% del precio del gasoil, sólo que éste se complementa en 8 partes de gasoil con 2 de biodiesel. El biodiesel está gradualmente siendo aceptado, sobre todo, por las compañías petroleras y su utilización es obligatoria en el transporte público en el Estado de Ohio. El aceite de soja con el que se procesa este combustible posee el mismo valor en etanos que la nafta. En total, West Central Cooperative procesa 3.600.000 litros de biodiesel", señaló el ingeniero Ugolini.

Douglas Stidham, vicepresidente ejecutivo de West Central, explicó: "Nos interesa la facturación, pero también la integridad y la seguridad en los negocios. Esperamos que esta oportunidad de negocios internacionales sea positiva, ya que es la única que llevaremos adelante en la Argentina y en América del Sur".

Nile Ramsbottom, vicepresidente de ventas y marketing de West Central hizo referencia al viaje que realizarán a la Argentina en septiembre próximo: "Ambas compañías tenemos una gran afinidad y sentimos que éste es el momento de hacer muy buenos negocios. Esta será una de las mejores cosechas de soja y la primera cosecha récord de maíz en los Estados Unidos, lo que me recuerda con gracia el día en que un granjero de Ralston le dijo a su hijo: "Mira bien todos esos árboles, porque algún día todo esto será maíz..."", comentó sonriente Ramsbottom.

Oportunidad

La concreción de este convenio fue, en gran parte, canalizado por medio de Juan Geracaris, director de Silver Creek Group Inc, con sede en Greenwood, Wisconsin. Geracaris es técnico agropecuario nacido en la provincia de Salta, que hace dos décadas conoció a su actual mujer(norteamericana) y administra un establecimiento rural de su famila política, es cazador de ciervos y distribuidor internacional exclusivo de Soychlor, Soyplus y Soypower.

La inversión del proyecto por desarrollar en la Argentina por Hórreos y West Central supone una inversión total de alrededor de 50 millones de dólares en la zona de San Luis y Santa Fe y se prevé que a fines de año se iniciará la primera etapa. La supervisión de la firma de este contrato estuvo a cargo de un representante del sexto banco estadounidense, que prefirió mantener su nombre en reserva hasta acceder a los resultados de los ensayos recientemente iniciados.

Por Alejandro Schang Vitón

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