Caputo retoma la cruzada contra los intendentes y expone a los municipios que encarecen el costo argentino
El Ministerio de Economía publicó el portal de Transparencia Tributaria Municipal, donde se refleja la presión fiscal de los distritos de todo el país; el reclamo de las empresas
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El ministro de Economía, Luis Caputo, retomó su cruzada contra el cobro de tasas, que para los intendentes representan una vía de mayor recaudación, pero que para los consumidores implican un encarecimiento directo de los productos y servicios consumidos. En ese marco, su cartera publicó el portal de Transparencia Tributaria Municipal, una herramienta que expone las diferencias de presión fiscal entre distritos de todo el país y vuelve a poner en agenda el histórico reclamo del sector privado por “bajar el costo argentino”.
La elevada carga tributaria de la Argentina es uno de los principales cepos a la inversión, tanto para grandes compañías como para pymes y emprendedores, con responsabilidades repartidas entre la Nación, las provincias y los municipios. En un contexto de menores recursos por el ajuste fiscal y una actividad económica que se mantiene débil, muchos intendentes recurrieron al cobro de tasas sobre bienes y servicios para apuntalar sus ingresos. La más extendida es la de Seguridad e Higiene, aplicada con criterios dispares según la jurisdicción y la actividad.

Es en ese terreno donde el Ministerio de Economía puso la lupa. A partir del relevamiento oficial, que detalla bases imponibles, alícuotas, rangos máximos y mínimos, montos fijos y esquemas mixtos para distintas actividades, surgen marcadas diferencias entre municipios y un grupo de distritos que concentra los niveles más altos de presión fiscal. Los más señalados por Caputo y por las entidades empresarias, como la Unión Industrial Argentina (UIA), se concentran mayoritariamente en la provincia de Buenos Aires.
Uno de los sectores donde la presión fiscal resulta más elevada y heterogénea es el de entidades financieras, con impacto en el crédito y las transacciones bancarias. Allí, varios municipios bonaerenses aplican alícuotas que superan ampliamente el promedio provincial, combinadas además con mínimos elevados y cargos adicionales por cajeros automáticos, superficie, personal o ubicación. La Matanza y La Plata encabezan el ranking con alícuotas del 7,5% sobre la suma de las cuentas de resultado, mientras que Quilmes alcanza el 5,25%. Lanús y San Isidro, en tanto, aplican tasas del 4%, con esquemas que incluyen montos fijos y variables que elevan la carga efectiva sobre las entidades.

El comercio aparece como otro de los focos de mayor presión. En el caso de los hipermercados, Lanús se destaca como el distrito con la alícuota más alta del relevamiento, con un 6% sobre Ingresos Brutos. Le siguen Pilar, con una tasa del 4,5%, y Quilmes, que grava la actividad con un 3,74%. También se ubican en niveles elevados municipios como Lomas de Zamora, Escobar, Moreno y Bahía Blanca, muy por encima de los distritos que mantienen alícuotas cercanas al 1%.
El Municipio de Pilar, encabezado por el intendente Federico Achával, modificó la “Tasa de Protección Ambiental”, que desde el el 15 de diciembre dejó de ser de un monto fijo por módulo y pasó a calcularse sobre cada operación, con una alícuota del 2%. La medida provocó la reacción inmediata de Caputo y también de las cámaras que nuclean a los supermercados.
“No compren nada en Pilar. No avalen el accionar irresponsable de su intendente. Muy bien la ASU (Asociación de Supermercados Unidos), es lo que hay que hacer: exponerlos. Que todos sepan quién está verdaderamente a favor y quién está en contra de la gente y la industria”, escribió el ministro de Economía en su cuenta de X.
La industria muestra una presión fiscal algo más moderada en términos relativos, aunque con techos relevantes en varios municipios. Quilmes presenta alícuotas de hasta 2,1%, una de las más altas del mapa bonaerense, mientras que Moreno llega al 1,8%. Lanús, General San Martín y Morón aplican esquemas con máximos de entre 1,5% y 1,6%, en algunos casos ajustados según ingresos o zonas específicas, lo que introduce una mayor carga para las empresas de mayor escala.

En las actividades primarias, si bien las tasas son más bajas en promedio, también aparecen municipios con niveles elevados. Bahía Blanca se destaca con una alícuota máxima de 2%, mientras que General San Martín, San Miguel y Moreno alcanzan topes del 1,5%, dependiendo del volumen de ingresos del contribuyente. En estos casos, el esquema progresivo hace que la carga se incremente a medida que crece la facturación.
Un capítulo aparte es la tasa de mantenimiento vial, aplicada sobre la venta de combustibles. Mientras numerosos municipios cobran alícuotas de entre 2% y 3% por litro expendido, otros optan por montos fijos que elevan de manera significativa la carga efectiva. José C. Paz, General Rodríguez, Junín y San Fernando figuran entre los distritos con los valores más altos por unidad, muy por encima del promedio provincial y con impacto directo sobre los costos logísticos y de transporte.
El portal de Transparencia Tributaria Municipal identificó también el mismo accionar en otras provincias. En el caso de Santa Fe, se registró el cobro de tasa vial en Capitán Bermúdez, Funes, Granadero Baigorria y Rosario.
En Misiones, en lo que respecta a la tasa de Inspección, Seguridad e Higiene aplicada a la industria, se identifican cuatro municipios que calculan la alícuota sobre Ingresos Brutos, con tasas que oscilan entre el 1,2% en Puerto Iguazú y el 0,5% en Oberá y Posadas.
El presidente de la UIA, Martín Rappallini, destacó recientemente que “las tasas municipales son un capítulo importante de la carga fiscal que afecta a la producción transable y alcanza al sector formal de la economía argentina, con un impacto directo en la competitividad de los productos argentinos”.
Un relevamiento de la casa fabril sobre tasas municipales, publicado en agosto, advirtió sobre el impacto que tiene en el sector este tipo de gravámenes: las empresas industriales pagan, en promedio, 7,4 tasas municipales, y más del 80% no tiene contraprestación.
Buenos Aires, La Pampa, Jujuy, Entre Ríos y Misiones son las provincias que presentan mayor promedio de tasas por locaciones municipales. En este sentido, Rappallini dijo que “la industria no tiene rueditas”, en alusión al hecho de que una industria no puede relocalizarse debido al alza en los costos de su municipio, pero sí puede elegir dónde ubicar sus nuevas inversiones y los costos son parte de la decisión
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