Con la cancha inclinada: por qué la Argentina pierde competitividad para exportar frente al mundo
La “mochila impositiva” que cargan las exportaciones argentinas resta competitividad internacional y frena el potencial del país para atraer inversiones y generar empleo y divisas
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En la Argentina, las empresas competimos entre nosotros para que los clientes elijan nuestros productos o servicios.
Dejando por un segundo de lado la evasión, las empresas que cumplimos con las obligaciones tributarias competimos con las mismas reglas de juego: todas enfrentamos la misma carga impositiva si decidimos vender un producto, tanto si es fabricado localmente como si decidimos importar bienes o servicios para vender en el mercado argentino.
La economía informal y la evasión generan disparidades o distorsiones en la tributación y en la competitividad de las empresas que como país debemos corregir. Por un lado, debemos hacerlo con el objetivo de nivelar la cancha para todas las compañías que competimos en el mercado local, y, por el otro, para bajar la carga tributaria general. Reducir la evasión permitiría a los gobiernos bajar la carga tributaria y aun así recaudar lo mismo.
Para que la Argentina explote su potencial, sea en industria o en servicios y otros productos, necesitamos pensar en un mercado que exceda a los clientes en la Argentina: necesitamos pensar en maximizar la exportación de productos y servicios argentinos al mundo.
Otros países elijen comprarle productos y servicios a la Argentina, no sólo por ser la Argentina, si no que nos elijen cuando somos competitivos, cuando somos eficientes y cuando cumplimos nuestros compromisos. Por este motivo, es necesario prestar especial atención a la carga impositiva aplicada a las exportaciones de productos y servicios.

Al exportar desde la Argentina, los productos y servicios enfrentan una serie de impuestos distorsivos nacionales, provinciales y municipales que generan condiciones desfavorables para que otros países elijan comprarle productos y servicios a nuestro país. Se trata de impuestos como:
- Ingresos brutos
- Tasas municipales
- Impuesto al cheque
- Retenciones a las exportaciones
- Otros impuestos distorsivos
Esta condición provoca que la Argentina compita en condiciones desiguales por ser fuente de abastecimiento o desarrollo frente al resto del mundo. Es más conveniente para otros países elegir comprarle a un país diferente del nuestro por los impuestos distorsivos que nación, provincias y municipios cargan sobre las exportaciones argentinas. Si bien se ha progresado en reducir algunos impuestos distorsivos a nivel nacional, la situación persiste y desnivela la cancha a favor de otros países: es como si la selección argentina de fútbol saliera a jugar el Mundial con una mochila de plomo en la espalda.
Este problema no es directamente visible para los consumidores argentinos, sino que se ve expuesto en la capacidad que tenemos las empresas privadas de exportar al mundo, de generar inversión y empleo en el país, y de generar exportaciones e ingresos de divisas.
Los impuestos distorsivos nacionales, provinciales y municipales, no sólo van en contra de generar condiciones favorables para exportar, sino que también van en contra de generar cadenas de valor (multiplicar pymes proveedoras de empresas). Tomemos el caso del impuesto a los ingresos brutos: a mayor cantidad de eslabones en la cadena de valor de una empresa privada, más carga impositiva tiene ese producto final.
Si ponemos como ejemplo a la producción automotriz, considerando una cadena de abastecimiento de tres o más eslabones (un proveedor que compra su materia prima en la Argentina y le vende un insumo a otro proveedor, que a su vez le vende una autoparte a la terminal automotriz), la combinación del impuesto a los débitos y créditos en escala nacional, Ingresos Brutos provinciales y tasas municipales genera una carga impositiva que puede alcanzar entre 9% y 12% en el costo de ese vehículo que sale a exportarse al mundo.

Hoy, las empresas argentinas compiten contra empresas chinas, de otros países asiáticos, de México, de Brasil y del mundo por ser fuente de abastecimiento de productos y servicios… No hay muchos ejemplos de países que salgan a competir por mercados de exportación y lo hagan con una mochila de entre 9 y 12 puntos de impuestos en ese producto final, es más, la mayoría de los países compite sin impuestos para exportar.
En definitiva, si no hacemos nada, seguiremos desnivelando la cancha y haciéndole más sencilla la elección a otros países por elegir comprarle a fuentes de abastecimiento diferentes a la Argentina.
El autor es presidente de Ford Argentina y Sudamérica y director de IDEA










