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- Ayer, a la mañana, hubo una conferencia, una charla de ACDE, la entidad que nuclea a los dirigentes cristianos de empresas del país, y el presidente de la Nación, Alberto Fernández, emitió una frase muy clara, muy fuerte: "Hay que revisar el capitalismo".
- "Olvidaron lo mejor del capitalismo y se aferraron a lo peor, a la lógica financiera. El capitalismo debe revisar esas cosas", dijo. Es cierto que el capitalismo está en revisión, al menos algunas partes, como el socialismo a nivel internacional. Pero hay que tener cuidado con lo que está ocurriendo por estos días, porque muchas veces el dato mata el relato.
- Hubo varias frases del Presidente. Una fue que Alemania nacionalizó un laboratorio en el que se trabajaba la búsqueda de la cura de coronavirus. Lo concreto es que el Estado alemán invirtió en un 23% de una compañía que se llama CureVac, que trabaja en el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19, pero es el 23%. Y fíjese la salvedad, la diferencia respecto de la experiencia que tuvimos hace pocos días en la Argentina con Vicentin: el Estado alemán, cuando aportó estos 300 millones de euros para quedarse con el 23% de esa empresa, dijo: "Vamos a aportar seguridad financiera sin influir en ninguna de las decisiones que tome la compañía". Pequeña diferencia.
- También habló el Presidente del Estado italiano, que tuvo que invertir en Fiat para que no cayera. La verdad es que el Estado italiano no tomó absolutamente ninguna participación en la compañía italiana, que ya no es italiana ni tampoco Fiat, se llama FCA (Fiat Chrysler Automobiles) que tiene que ver con una de las grandes fusiones que se produjo a nivel internacional en el mundo automotor. Y tampoco es que el Estado italiano invirtió en ella, sino que fue un banco privado el que le dio una línea de crédito que tiene garantías a través de una agencia gubernamental para inversiones en Italia por 6300 millones de euros en crédito privado. La frase fue: "El Estado italiano tuvo que invertir en Fiat para que esta no cayera". No invirtió, lo hizo esta agencia y no tomó ninguna participación accionaria, se trata de un crédito.
- Es cierto lo que planteaba el Presidente de que en Europa hay mayor cantidad de nacionalizaciones, de inversiones por parte del Estado, citaba el caso Lufthansa. Pero lo que también es cierto, y es la gran diferencia respecto de lo que vemos cuando se utilizan estas frases en la República Argentina, es que ayudar a las empresas tiene dos connotaciones. Sean grandes o pequeñas no importa. Cuando hablamos de grandes es mala palabra y cuando hablamos de pequeñas sos el bueno en términos de construcción de un discurso. Lo que buscan es la supervivencia social o económica del sector privado como idea. No un Estado cada vez más grande, sino uno que transitoriamente invierte en esas empresas o, en algunos casos como en el del Estado francés, tiene muchas participaciones para actuar como veedor de compañías donde no hay tanta competencia.
- Nadie, o al menos la mayoría de ellos, quiere comprometerse más allá de lo necesario. Y estas participaciones estatales tienen que ver con pedidos expresos de parte de las empresas antes de que el Estado intervenga. No es que se enteran por una conferencia de prensa que una compañía va a ser intervenida para luego ser expropiada. Sino que es la empresa la que le pide ayuda al Estado de manera temporaria para que ese Estado garantice los puestos de trabajo, para que una compañía del privado tenga viabilidad cuando pase esta pandemia.
- Lufthansa pidió ayuda por el 20% del paquete accionario. Es una inversión de 9880 millones de euros, pero una inversión que tiene que ver con 20% del capital y bonos por el equivalente al 5%. En la Argentina ocurrieron dos cosas: cuando se acercó Latam para pedir que le permitan descontar el 50% de los salarios de manera temporaria, se le dijo que no. Cuando vino Aerolíneas Argentinas, de capitales estatales luego de ser nacionalizada y luego de haber sido pagados más de 325 millones de dólares al grupo español Marsans, se la autorizó para tomar esa decisión.
- El fallido intento de Vicentin nos deja en claro muchas cosas. Una es que hay que tener mucho cuidado con volver a poner a la propiedad privada en el centro de la escena. La segunda, que pasó en los últimos días y que hay que estar muy atentos, es lo que dijo Miriam Lewin respecto de un conductor de televisión, independientemente de que nos guste o no. La idea de acallar a las voces, ¿tiene que ver con preservar a la gente de tener la libertad de elegir? Si a mí no me gusta un conductor, cambio de canal. Si no me gusta un medio, cambio de lectura, pero ¿por qué otro va a tener una entidad superior a decirme qué puedo o no ver? ¿Desde qué lugar se puede plantar alguien a decirte 'mejor a este lo callo, vamos a ver a este', 'la verdad es la mía, no es la tuya'? Eso está pasando y cada vez con más fuerza y hay que estar muy, pero muy atentos a lo que está sucediendo en nuestro país.
- Hay otra iniciativa que pasó por lo bajo, pero va a tomar alto perfil en los próximos días cuando llegue al Senado, que es el proyecto de teletrabajo. Hoy, por la pandemia, 8 de cada 10 empresas están aplicando funciones de teletrabajo y se le ocurrió a un grupo del Congreso Nacional generar una regulación en el marco del pedido, entre otros, de la entidad CTA. El proyecto dice que vas a tener consentimiento para pasar a teletrabajo y que ese consentimiento el empleado lo puede revocar de un día para el otro; la jornada laboral tiene que estar por escrito y no reconoce horas extras; vas a tener derecho a una desconexión digital cuando quieras y el empleador va a tener derecho a que lo tengas; y derecho a los cuidados de menores de 13 años o a alguien con discapacidad.
- Profundicemos en cada una de las cuestiones que hay en estos debates para que no ocurra lo que pasa hoy con la prohibición de despidos, que lo que genera es que nadie tome nuevos puestos de trabajo. A veces el no querer discriminar termina discriminando, porque al momento de contratar a alguien las empresas que tienen potestad como sector privado van a decir: "A 'A' no lo contrato porque tiene todas estas salvedades y a 'B' sí porque no tiene que cuidar a nadie". Cuidado con regular de más, porque esa regulación te vuelve como un boomerang que ahora está tapado porque va bajo perfil, pero hay que estar atento porque a veces la buena noticia de corto plazo vuelve a sonar como un placebo que va a contramano del largo plazo.
- Todavía resuenan los aplausos de Adolfo Rodríguez Saá anunciando esa cesación de pagos que tan orgulloso puso al Congreso y tan vergonzante fue para el mundo. Hoy una jueza le dijo al Estado argentino que va a tener que pagar 224 millones de dólares por el aplauso que sigue generando, aún 19 años después, nuevas pérdidas para la Argentina. Lo que no entendemos y vuelve a ser recurrente en nuestro país es que los placebos de corto plazo se pagan en el largo plazo. Y eso es lo que ocurrió hoy con este nuevo juicio y todavía hay muchos juicios latentes.
- Otra de las frases que utilizó el Presidente fue la de uno de los fundadores de ACDE, Enrique Shaw, que hizo la diferencia porque en una crisis terminal, una de las tantas que vivía la economía argentina, lo que buscó fueron soluciones creativas para salvar por un lado la empresa y por otro los puestos de trabajo. En el mejor sentido de la palabra emprender, empresario. La frase fue: "Hacer un capitalismo que integre a la sociedad, no que la divida. Que distribuya el mejor ingreso entre los que invierten y los que trabajan. Tenemos que ir a un capitalismo más noble". ¿Quién puede disentir con esa frase? Absolutamente nadie. Pero ojo con parafrasear palabras de alguien en un Estado que termina siendo una fiesta de Leliqs, una fiesta financiera. No porque los gerentes de producción sean menores que los de finanzas, sino porque en el país no sabés cuánto va a ser la inflación y es difícil tener proyectos.
- El último dato: Mercado Libre alcanzó 50.000 millones de dólares de valor de empresa. ¿Cuántas son las reservas del Banco Central al día de hoy? 43.800 millones de dólares. El creador de Mercado Libre vive en Uruguay. Vuelvo a la frase de Enrique Shaw: ojalá Galperin, en este caso, como tantos otros, vuelvan a nuestro país.
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