Inteligencia Artificial con propósito: ética, experiencia y cercanía al cliente
Soledad Agüero, directora de Relacionamiento Digital & BI Big Data en Movistar Argentina, reflexiona sobre estas temáticas
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La inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en un pilar fundamental en la interacción entre empresas y consumidores, redefiniendo el panorama de la digitalización. Sin embargo, su implementación debe ser ética, para dar lugar a un avance tecnológico que no genere efectos negativos ni perpetúe sesgos discriminatorios.
La IA no es solo una herramienta; es un complemento humano. Lo digital tiene el potencial de resolver tareas y problemáticas, pero siempre necesita del juicio y la sensibilidad del ser humano para su correcta aplicación. Para implementar soluciones efectivas, las empresas deben comenzar su transformación desde adentro hacia afuera, promoviendo trabajo en equipo y rompiendo con estructuras jerárquicas tradicionales.
Desde la perspectiva del consumidor, es crucial establecer un compromiso firme con el uso ético de la IA. En Argentina, se están desarrollando proyectos legislativos y estudios que buscan establecer lineamientos para el uso de la inteligencia artificial, basados en la Recomendación sobre la Ética de la IA de la UNESCO y otras iniciativas internacionales. Estas regulaciones tienden a considerar aspectos clave como la protección de datos personales, garantizando que el uso de la IA respeta la privacidad; la transparencia, lo que implica que las decisiones algorítmicas sean revisables y justificables; y la equidad, evitando que se perpetúen y amplifiquen sesgos discriminatorios.
Los desafíos son significativos. Uno de los mayores riesgos es el sesgo algorítmico, ya que los modelos de IA entrenados con grandes volúmenes de datos pueden reflejar prejuicios históricos si no se gestionan adecuadamente. Por lo tanto, es imperativo diversificar las fuentes de datos y realizar auditorías periódicas de los algoritmos, asegurando decisiones justas y equitativas. Además, es fundamental minimizar los efectos de las “alucinaciones” de la IA, donde los sistemas generan respuestas incorrectas o imprecisas. Como empresas debemos contar con equipos dedicados que ajusten y corrijan los modelos constantemente para mejorar la calidad y precisión de nuestras interacciones.
La IA ha existido desde hace varios años, pero lo que resulta verdaderamente novedoso y disruptivo es la aparición de la IA generativa, capaz de crear contenido nuevo y original a partir de datos existentes. Esta tecnología tiene el potencial de replicar habilidades cognitivas humanas en las computadoras, como procesar información, aprender de la experiencia, resolver problemas y adaptarse a nuevas situaciones. En diversas industrias, la IA generativa puede transformar la creación de contenidos en los medios, personalizar campañas en marketing, optimizar diagnósticos en salud y mejorar la eficiencia operativa en fabricación. Así, su implementación no solo promete enriquecer la experiencia del cliente, sino también ofrecer oportunidades para innovar y abordar desafíos en múltiples sectores.
Los chatbots son un gran ejemplo de cómo la IA ha transformado la interacción con los consumidores, ofreciendo soporte instantáneo y ejecutando transacciones complejas las 24 horas del día. Aprendiendo de interacciones previas, estos asistentes no solo responden preguntas, sino que guían a los usuarios a través del proceso de compra de manera eficiente. Esto no solo optimiza la atención al cliente, sino que también incrementa las conversiones de venta.
La IA generativa está complementando otras tecnologías que ya se utilizaban. A través de la creación de imágenes y videos, se ha mejorado no solo la producción de contenido, sino también la interpretación y gestión de información visual. Por ejemplo, al recibir una foto del módem de un cliente, nuestros algoritmos pueden interpretar las luces del dispositivo para detectar fallas y ofrecer soluciones inmediatas. De igual manera, la inteligencia artificial es utilizada para interpretar comprobantes de pago, reconociendo automáticamente datos clave que reducen el margen de error humano
Para preparar a la industria en la integración de la IA en la vida cotidiana, debemos garantizar que la transición sea fluida y accesible para todos. Esto implica desarrollar productos intuitivos, así como una colaboración eficaz entre empresas, el sector gubernamental y las instituciones educativas. Las empresas debemos invertir en la formación continua de nuestros equipos, asegurando que estén capacitados para gestionar de manera ética y responsable el impacto de la IA. Además, debemos colaborar con otras organizaciones para crear marcos regulatorios que protejan los derechos de los usuarios y prevengan el uso indebido de esta tecnología.
Para concluir, la inteligencia artificial está cada vez más presente en nuestras vidas, tanto en el ámbito laboral como en el personal. Su integración no solo ofrece beneficios significativos, sino que también plantea desafíos que debemos enfrentar con responsabilidad y ética. La modernización de los procesos y la constante actualización de los modelos de negocio son fundamentales para garantizar empresas sostenibles y en crecimiento, al mismo tiempo que aseguramos que la tecnología contribuya en el bienestar de las personas.
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