La concentración de la araña
Una de las principales "kriptonitas" de la productividad es la dificultad que muchos encontramos al intentar concentrarnos. Distintas interrupciones o imprevistos, estar preocupados y las múltiples mediaciones digitales, nos envuelven como una ola violenta que nos arrastra y desordena los días. Es una ola que nos aleja de orilla, que se hace profunda y donde perdemos el equilibrio de la autonomía en el uso de nuestro tiempo.
Desde este espacio ya vimos cómo el descanso, el ejercicio, la meditación y técnicas como Pomodoro o Smart nos ayudan a entrenar el foco. Pero no son suficientes, al menos para mí no lo son. Sigo buscando alternativas que me ayuden a cultivar esta habilidad que considero cada vez más importante: estar presente, plenamente presente y enfocada en lo que hago. Estoy practicando tres nuevas técnicas que me han valido algunas victorias así que aquí van. La primera es conocida como la técnica de la araña.
¿Qué sucede cuando hacés sonar un diapasón vibrante junto a una telaraña o tocás su tela con una cuchara? La araña se acerca a investigar de dónde viene el ruido o el movimiento porque adivina peligro. Pero, ¿qué sucede si se sostiene repetidamente un diapasón que vibra junto a la guarida o se toca varias veces su entramado? Después de un tiempo, la araña pierde interés y sigue en la suya. No se detiene ante cada interrupción nueva. Sabe qué esperar, así que lo ignora. La propuesta es que nos comportemos como la araña y que armemos un plan para ignorar las distracciones antes de que ellas aparezcan.
Mientras estás sentado frente a tu espacio de trabajo, tomate cinco minutos para censar cuáles son las distracciones que pueden aparecer y armá un contexto que las minimice y decidí de ante mano cómo vas a reaccionar ante ellas. ¿Te tientan las redes? Poné el teléfono en modo avión 20 minutos. ¿Pueden tocar el timbre? Desconectalo o pedí ayuda para atenderlo. ¿Los hijos necesitan ayuda con la escuela? Intentá pequeños acuerdos y turnos para estar para ellos. ¿Día cargadísimo? Dale aire con breaks programados de diez minutos. ¿Surge una urgencia que atender? Tenete separados bloques en blanco en la agenda para imponderables.
Otra regla simple y efectiva es la de los "Cinco minutos más". Cuando la distracción se apodera de mi tiempo, apenas intento entrar a una red social o ponerme a ordenar o descansar me lo digo a mí misma. "Cinco minutos más, Martu" y sigo hasta cumplirlos, escribir cinco renglones más, contestar cinco mails más. Y así le voy robando al pantano de las distracciones tiempo que juega a mi favor.
En línea con esta técnica, también intenté la de "la palabra clave", una palabra que gatille el no abandonar mi tarea. Si estoy escribiendo un artículo sobre innovación y me tienta irme a Twitter repito la palabra: innovación, innovación, innovación. Le ayudo a mi mente a volver un poco más a esto antes de irnos a pasear el empalagoso paraíso de la pérdida de tiempo.
Para los que les guste usar apps en busca de mayor concentración, les recuerdo dos previamente recomendadas aquí que son Forest, en la que crecen árboles por cada período de tiempo que lográs concentrarte y Brain Focus, que es un timer con tiempo de trabajo y descanso. Y sumo nuevas: Brain.fm, es una biblioteca de música diseñada para mejorar la calidad de la concentración. La app promete que notás la diferencia dentro de la primera media hora, aunque con 15 minutos me alcanzó para sentir un "flow" en lo que estaba haciendo. Cuando de música para concentrarse se trata, siempre conviene que sea música sin letra y desconocida par vos. Con tecnología de inteligencia artificial, Brain.fm también tiene música para ayudar a la relajación y el sueño, además de par concentrarse.
Otra que también usa IA para medir patrones de productividad y sugerir mejoras como si fuera tu asistente personal es Dewo, que sirve para desactivar notificaciones y crear las condiciones para un enfoque prolongado. Por ejemplo, puede activar automáticamente el modo "No molestar" en todos sus dispositivos de una vez, reprogramar reuniones y crear bloques sin interrupciones.
Mientras escribo, escucho que abren y cierran puertas en la casa, alguien pregunta por la comida, el perro ladra a alguien que pasa por la calle, el vecino tiró la cadena de su baño que retumba en mi estudio de trabajo, siento la modorra que me pide un break. Todos distractores que esperaba que aparezcan, y aquí sigo diciéndome "cinco minutos más", antes de entregarme por un rato al descanso y al ocio, otros dos buenos amigos de la concentración.ß
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