Tras más de 20 años de protección, el Gobierno levantó las barreras antidumping para los termos chinos
El Ministerio de Economía decidió no renovar los aranceles que regían desde 2001 y que beneficiaban a la industria local, liderada por Lumilagro
5 minutos de lectura'
Después de más de dos décadas de medidas proteccionistas, el Gobierno resolvió poner fin a las restricciones que limitaban el ingreso de termos chinos al país. A través de la Resolución 835/2025, publicada el martes en el Boletín Oficial, el Ministerio de Economía dispuso el cierre del examen por expiración de plazo de las medidas antidumping que regían sobre la importación de termos y recipientes isotérmicos -con ampolla de acero inoxidable o de vidrio, de hasta 2,5 litros- provenientes de China.
El mercado argentino de termos, ligado al consumo de mate y con ventas anuales de cerca de cuatro millones de unidades, estaba protegido desde 2001 en el caso de productos con ampolla de vidrio y desde 2004 en el de los de acero inoxidable. En 2019, esas medidas se prorrogaron por otros cinco años.
Lumilagro, la principal fabricante local -concentra alrededor del 60% del mercado, con una producción de más de 3,5 millones de unidades anuales en su planta de Tortuguitas-, solicitó la revisión de la protección ante el vencimiento del plazo. Y el análisis realizado por la Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE) confirmó que persisten márgenes de dumping elevados —85% para los termos de acero inoxidable y 70% para los de vidrio—, pero concluyó que la protección sostenida durante más de dos décadas no logró fortalecer a la industria nacional.
Según la CNCE, el sector local registró una caída importante entre 2021 y 2024 en términos de producción (-26,5%), ventas (-32%) y empleo (-31%). El informe señaló además cambios estructurales en la demanda, con una preferencia creciente por termos de acero inoxidable, así como una transformación del termo en un objeto aspiracional. Modelos premium como los de la marca Stanley —importados y con precios que oscilan entre $90.000 y $170.000— o propuestas innovadoras como el “e-termo” de Peabody, que también importa su línea y la vende por alrededor de $90.000, son ejemplos de la tendencia.
Por otro lado, la CNCE indicó que las medidas antidumping generaron que los precios de los termos en la Argentina sean más altos que en países vecinos o desarrollados. Sobre Lumilagro, dijo: “Resulta significativo que no haya podido valerse de su fuerte posicionamiento de mercado para desarrollarse o expandirse ante las oportunidades de un sector caracterizado por su dinamismo y diversificación”. Según el informe, el consumo de termos de acero creció 120%, pero la participación local subió apenas de 15% a 17%.
Por su parte, las dos empresas que dominan la venta de termos en el mercado local -Lumilagro y la firma local Grupo Mendizabal, que tiene la licencia de Stanley para el mercado argentino- apuntan contra otro factor que incidió en la caída en ventas en los últimos años: el ingreso de termos “truchos” que son importados desde China y entran de forma ilegal vía Bolivia.
En 2023, por ejemplo, Bolivia importó casi cuatro millones de unidades de termo de acero, para una población de 13 millones que no toma mate. Además, el precio fue llamativo: cada unidad ingresó a un valor de 61 centavos de dólar. “Entraron copias de Lumilagro y de Stanley y combinaciones, se armaban el combo ideal: termos del estilo de Stanley que decían Lumilagros, con ‘s’ al final”, señalaron voceros de Lumilagro a LA NACION. “Y nos mata el precio con el que entran. No podemos competir contra ese precio, y ese precio lo logran por el material con el que está hecho, que es tóxico, no está habilitado en la Argentina”, agregaron.
Desde Lumilagro aseguraron que en principio no apelarán la reciente medida del Gobierno y que ya trabajan en su adaptación al nuevo escenario. “La respetamos y la aceptamos. Nosotros ya desde hace meses estamos planificando cómo adaptarnos, y vamos a superar esta crisis como todas las que superamos desde hace 84 años. Produciremos acá lo que podamos producir, e importaremos también lo que podamos importar”, explicaron. Además, destacaron que la política antidumping “no es ideológica” y responde a reglas internacionales: “Esta medida la ratificó en la Argentina Cavallo, después los Kirchner y después Macri. No es algo ideológico, los parámetros los dispone la Organización Mundial del Comercio”.
En el caso de Stanley, este contrabando afecta a la empresa porque incluye en muchos casos falsificaciones de su marca. En tanto, la quita de las barreras antidumping no tendrá un gran impacto: el 98% de sus productos superan el valor mínimo que imponía la medida antidumping, indicaron voceros de Stanley a LA NACION. Ellos seguirán pagando la misma cantidad de aranceles que venían pagando -del 18% al 35% para sus productos-.






