Recitales y shows: productores piden un tope para los valores por derechos de autor
"No pienso producir más en la Argentina con estos valores", dice Daniel Grinbank, el manager y productor que, entre otras cosas, trajo cuatro veces a los Rolling Stones al país. Después de meses de inactividad por la pandemia de Covid-19, el empresario solicita que el Gobierno, a través del Ministerio de Cultura de la Nación, organice una reunión con las sociedades de gestión para que se establezca un tope del 10% a los aranceles que cobran por derechos de autor.
"Los países más caros cobran un 10%, como Uruguay y Perú. Europa (7,85% en promedio) y los Estados Unidos (5%) están por debajo de eso y acá se cobra un 15%. Es una locura, más grave en la situación actual en que se incrementaron los costos fijos y los aforos son limitados. Para trabajar al 20% o el 25% necesito el mismo sonido, la misma pantalla, el mismo escenario, el grupo electrógeno, más los costos extra de sanidad", explicó Grinbank en diálogo con LA NACION.
"No solo es una locura el porcentual, sino que es totalmente contrario a la producción, porque la torna inviable para artistas y productores. Paraliza más la actividad, que arranca golpeada por el distanciamiento y la situación económica. Nosotros tenemos en claro que no podemos incrementar los precios de los tickets porque hay una recesión tremenda y venimos detrás de los gastos en salud, vivienda y educación", agregó.
Según el productor, que toma un estudio de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET) que integra, en la Argentina si se realiza un concierto se abona un 12% de los ingresos a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic), al que se agrega un 1% de la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI Capif) por pasar música grabada y un 2% a Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) por usar pantallas.
"Seamos lo más caros del mundo, pero no un 50% más. En total, la sumatoria no debería pasar el 10%. Apelamos a la sensatez porque si no la actividad va a una parálisis. Más actividad permite recaudar más", continuó.
En el mismo sentido que Grinbank se expresó Fernando Moya, dueño de la productora Ozono, que organizó los shows de Fuerza Bruta, Violetta y Topa, entre otros. "Tiene que haber un arancel definitivo para todas las entidades que se van sumando. AADI Capif apareció reclamando un 6% y todos piden un porcentaje sobre la recaudación. Si sumás todos los valores que se podrían reclamar a un espectáculo musical podrías estar en el 22%. Que haya un tope y se repartan los aranceles según el contenido de cada espectáculo", pidió, y dijo que para él lo que ocurrió es que se fueron superponiendo sociedades, cada una peleando por sus derechos, lo que dio como resultado una "sumatoria de valores fuera del contexto del mundo del espectáculo".
"Este es el momento para plantear una nueva relación con las sociedades y apoyar a los espectáculos para que salgan, para que se puedan hacer y sean rentables. A todos nos debería interesar que haya más espectáculos, porque eso implica más recaudación. Es lo mismo que pasa en el país: cuando hay mucha presión impositiva, hay menos inversión. El arancel es como un impuesto", completó.
Sin embargo, desde Sadaic, el gerente general, Guillermo Ocampo, dijo que no advierte que vayan a bajar las tarifas porque son "más que razonables" y no ven "necesidad de hacerlo".
"Yo no creo que la tarifa que pagan a Sadaic por usar música sea contraproducente para hacer shows. La tarifa la tenemos desde la década del 80, la hemos consolidado con acciones judiciales y se han venido haciendo, así que no ha sido un obstáculo", afirmó, y dijo que bajarla de un 12% a un 10% "no cambia la ecuación económica".
Por otro lado, Darío Rodríguez Miglio, abogado especializado en propiedad intelectual y ex asesor de Sadaic, de la AADI y de la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores), así como de productores de espectáculos, opinó que, más que una acumulación de nuevos derechos, los reivindicaciones de las nuevas entidades son viejas, pero tardaron mucho tiempo en implementarse. "Difícilmente todos los derechos concurran en el mismo acto, de manera que Argentores cobrará un 10% por una obra de teatro y Sadaic un 12% en recitales sobre los ingresos por la venta de entradas. Por fuera quedan el aporte de los sponsors y las entradas gratis que no se comercializan", detalló.
Más allá de esto, consideró que los productores y entidades deberían sentarse en una mesa a discutir medidas para pasar la crisis como lo hicieron en épocas de la hiperinflación. "Más allá de que si cobran un 12% la proporcionalidad se mantiene, los empresarios deben estar analizando el tema de la recuperación de la inversión. Por más que haya sponsors, el ciclo se alarga y quizás no la recuperan porque están condicionados por la cantidad de tickets que pueden vender. Se debería establecer un régimen transitorio de emergencia, mientras duren los protocolos y no los autoricen a llenar los lugares", concluyó.
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