China crece por encima de lo esperado pero se prepara para el shock de la guerra comercial
Los analistas consideran que los últimos indicadores positivos quedarán pronto eclipsados por el impacto de los aranceles
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PEKIN.- En medio de la creciente tensión comercial con Estados Unidos, China envió el miércoles un contundente mensaje a la administración de Donald Trump: “Dejen de amenazar y chantajear”.
“China no desea luchar, pero no tiene miedo de hacerlo”, afirmó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian. “Si Estados Unidos realmente quiere resolver esta disputa mediante el diálogo, debe abandonar la presión extrema, las amenazas y el chantaje, y sentarse a dialogar con China sobre la base de la igualdad, el respeto mutuo y el beneficio compartido”, añadió.
La advertencia del Ministerio de Relaciones Exteriores chino se produjo luego de que la Casa Blanca afirmara que la responsabilidad de iniciar una negociación para desescalar el conflicto recae sobre Pekín.
“La pelota está en la cancha de China”, declaró la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. “No tenemos que hacer un trato con ellos”, agregó, endureciendo aún más el tono diplomático.
Press Sec Leavitt makes an announcement on China - The ⚽️ is in China's court.
— Melissa Hallman (@dotconnectinga) April 15, 2025
"The president has made his position on China quite clear, although I do have an additional statement that he just shared with me in the Oval Office:
'The ball is in China's court. China needs to… pic.twitter.com/p7euuMGWEU
Desde su llegada al poder en enero, Trump impuso una serie de aranceles extraordinarios que elevaron los impuestos sobre productos chinos hasta un 145%, alegando razones como el supuesto papel del país asiático en la crisis del fentanilo y el déficit comercial bilateral. China respondió con medidas similares, elevando hasta un 125% las tarifas para productos estadounidenses. Aunque la administración estadounidense eximió de ciertos gravámenes a bienes clave como computadoras, teléfonos inteligentes y semiconductores, la disputa se mantiene latente y sin una solución cercana.
A pesar del contexto adverso, la economía china mostró signos de resiliencia en el primer trimestre de 2025, con un crecimiento interanual del 5,4% del PBI, superando las previsiones de los analistas. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), este desempeño estuvo impulsado por un aumento en las exportaciones, motivado por el adelantamiento de pedidos antes de la entrada en vigor de los nuevos aranceles estadounidenses.
Las exportaciones chinas se dispararon más de un 12% interanual en marzo y casi un 6% en términos de dólares estadounidenses durante el primer trimestre.
En ese mismo período, la producción industrial creció un 6,5%, mientras que las ventas minoristas —indicador clave del consumo interno— aumentaron un 4,6% interanual. No obstante, las autoridades advirtieron que el panorama económico global es “complejo y grave” y que será necesario aplicar políticas macroeconómicas “más proactivas y efectivas” para sostener la recuperación.
“En este momento, la imposición de aranceles elevados por parte de Estados Unidos ejercerá cierta presión sobre el comercio y la economía de nuestro país”, advirtió Sheng Laiyun, alto funcionario de la ONE, aunque aseguró que China cuenta con la capacidad y los recursos para enfrentar los desafíos externos.
“Esto no cambiará la tendencia general de la economía de China, que continuará mejorando a largo plazo”, afirmó.
A pesar del reciente optimismo, la guerra comercial impulsada por Trump amenaza con agravar la frágil recuperación económica de China. Lastrada por un consumo interno debilitado y una persistente crisis de deuda en el anteriormente pujante sector inmobiliario, la segunda economía mundial aún no logra recuperar el dinamismo que mostraba antes de la pandemia.
Los observadores externos consideran que los últimos indicadores positivos quedarán pronto eclipsados por el impacto de los aranceles. “El daño de la guerra comercial se verá en los datos macroeconómicos del próximo mes”, apuntó Zhiwei Zhang, presidente y economista jefe de la firma Pinpoint Asset Management.
Steve Innes, de la consultora SPI Asset Management, advirtió que los datos “pueden parecer una victoria en la superficie, pero no engañan a nadie”. Según el economista, gran parte del crecimiento reciente responde a una anticipación del conflicto: “hubo una explosión de actividad preventiva antes de la escalada arancelaria de Estados Unidos, además de un exceso de inventario generado por importadores que se apresuraron a adelantarse a las turbulencias”.
En respuesta a la ofensiva estadounidense, Pekín anunció este miércoles el nombramiento de Li Chenggang como nuevo responsable de las negociaciones comerciales internacionales.
Li, con amplia experiencia como representante ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), buscará impulsar un diálogo que permita contener la crisis. Mientras tanto, el presidente Xi Jinping realiza una gira por Vietnam, Camboya y Malasia en defensa del libre comercio y para fortalecer alianzas regionales.
China se encuentra lejos de aquellos años de euforia y crecimiento a dos dígitos que la catapultaron como segunda potencia económica mundial y rival directa de Estados Unidos. En 2024, Pekín anunció una serie de medidas agresivas para reactivar su economía, entre ellas la reducción de tasas de interés, el levantamiento de restricciones a la compra de inmuebles, el aumento del techo de deuda de los gobiernos locales y un mayor apoyo a los mercados financieros.
Estas iniciativas impulsaron inicialmente a las bolsas chinas, alentadas por la expectativa de un gran paquete de estímulo que, sin embargo, nunca se concretó, lo que disipó en parte el optimismo bursátil. El mes pasado, los líderes chinos se fijaron una meta de crecimiento de alrededor del 5% para 2025, y reiteraron su objetivo de convertir a la demanda interna en el principal motor del desarrollo nacional. No obstante, muchos economistas consideran que esta meta es demasiado ambiciosa, dadas las múltiples dificultades que enfrenta la economía china.
A las medidas económicas internas se suman las tensiones externas. Además de la drástica subida de aranceles por parte de Estados Unidos, Pekín adoptó otras acciones de represalia contra empresas estadounidenses. Entre ellas, suspendió la recepción de aviones del fabricante Boeing. El sector agrícola también ha sido blanco de las represalias: según confirmó la federación estadounidense de exportadores de carne, China decidió no renovar las licencias de la mayoría de los exportadores de carne vacuna desde mediados de marzo.
En la Feria de Cantón —el mayor evento comercial de China— varios exportadores denunciaron la paralización de envíos y expectativas de ventas a la baja como consecuencia directa de la guerra comercial. Zhang Haiyun, directora de ventas en el extranjero de Airdog, un fabricante de purificadores de aire con sede en Suzhou, relató que su empresa detuvo los envíos a Estados Unidos tras el anuncio de Trump. “Básicamente, no hay empresas de transporte dispuestas a aceptar pedidos porque nadie sabe qué pasará con los aranceles cuando lleguen las mercancías”, declaró.
Frente a este escenario, muchas empresas chinas están reorientando su estrategia comercial. Wallace Huang, director de exportaciones del Weking Group —productor de electrodomésticos como arroceras, freidoras de aire y hervidores eléctricos—, declaró que su empresa ha suspendido temporalmente los negocios con Estados Unidos. “No podemos depender de un solo mercado. Necesitamos diversificarnos. Cuando hay oscuridad en Occidente, el sol brilla en Oriente”, afirmó. Huang estimó que sus exportaciones a Estados Unidos cayeron entre un 5 % y un 10 % desde el primer mandato de Trump, y aseguró que ahora buscan ampliar su presencia en países en desarrollo.
Por su parte, Angel Li, ejecutiva de ventas de Great Link —una empresa logística enfocada en el mercado norteamericano—, señaló que muchos clientes están evaluando sus próximos pasos, aunque exportadores de piezas automotrices y otros equipos físicos aún no han cancelado sus envíos a Estados Unidos y Canadá. “Nadie sabe cómo cambiarán los aranceles”, advirtió.
En este contexto, el viceprimer ministro chino, He Lifeng, instó a las empresas del país a “explorar activamente mercados diversificados”, según reportó el miércoles la agencia estatal Xinhua. Durante su visita a la provincia de Guangdong con motivo de la Feria de Cantón, He también envió un mensaje a los compradores extranjeros: China —aseguró— siempre ha sido un “socio comercial digno de confianza”.
Agencias AFP, AP y Reuters
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