Coronavirus: se derrumba el turismo en Italia y se espera un 55% menos de visitantes
ROMA.- No hace falta ver las proyecciones. Con solo dar una vuelta por el Coliseo, la Fontana di Trevi o cualquiera de las maravillosas plazas de Roma, como la Piazza Navona, di Spagna o San Pedro, en el Vaticano, se palpa el desastre.
Pese a que Italia fue el primer país que reabrió sus fronteras con los países de la Unión Europea (UE), Suiza y Mónaco, el 3 de junio pasado, todavía es reconocido como "territorio Covid-19". Los turistas se cuentan con los dedos de una mano no sólo en la capital, sino también en Venecia, Florencia, Nápoles y demás lugares que viven del turismo extranjero, que representa el 13% del PBI de Italia. Un PBI que, según los últimos cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), tendrá una contracción del 12,8%, una de las peores de la UE, junto a España.
"Turismo, desierto Italia", tituló hoy su portada el diario La Repubblica, que se hizo eco de una situación alarmante. "Turísticamente hablando, Italia es un país aún aislado del mundo", destacó el periódico y advirtió que, según estimaciones del ENIT -la agencia nacional del turismo-, el Covid-19 provocará en 2020 un derrumbe de visitantes del 55% y un "agujero" de 23.000 millones de euros.
Los 64 millones de visitantes que tuvo Italia el año pasado hoy son un recuerdo lejano. Aunque en las últimas semanas algunas familias de alemanes llegaron a las playas del nordeste, volvieron a verse algunos -muy pocos- visitantes en Roma y también aparecieron reservas desde Austria, el pronóstico es negro. "Desde China y Estados Unidos no hay ni siquiera la sombra de futuras reservas y muchos hoteles de lujo decidieron no reabrir porque no les conviene", aseguró Bernabó Bocca, presidente de Federalberghi.
El ENIT calculó que la compra de pasajes aéreos hacia Italia cayó en un 91% y reportó una baja del 81% de las presencia de extranjeros en los hoteles sin contar la desaparición de los cruceros, que funcionaron como focos del brote epidémico. En ciudades representativas del arte como Roma, Florencia y Venecia, los trabajadores del sector lloran sobre todo la ausencia de los turistas norteamericanos, considerados el primer mercado, junto a los chinos.
En una entrevista con corresponsales extranjeros Carlo Bonomi, presidente de Confindustria -la UIA italiana-, no ocultó su preocupación por los tiempos difíciles que enfrenta a nivel económico Italia y admitió que el turismo es uno de los sectores más azotados. "Perderemos 180.000 millones de euros de PBI, de los cuales 110.000 millones relacionados con actividades conectadas con el turismo", graficó para dimensionar el impacto.
Según Federturismo, corren riesgo de cierre definitivo el 30% de las empresas vinculadas con el rubro, algo que tendría dramáticas repercusiones en la ocupación. "Los daños que el lockdown produjo son devastadores, pero es hora de proyectar el relanzamiento de un sector que produce el 13% del PBI y el 15% de la fuerza de trabajo", dijo Lino Enrico Stoppani, presidente de Confocommercio. Este asociación de comerciantes calculó, junto a Federturismo, que la cuarentena determinó la ausencia de 30 millones de turistas, poniendo en riesgo el empleo de un millón de personas.
Fiel reflejo de la debacle en Roma, donde hay unos 1200 hoteles, sólo el 25% reabrió. Entre los que no lo hicieron, se encuentra el legendario y céntrico hotel Plaza de la vía del Corso, que solían frecuentan Federico Fellini y Luchino Visconti, y cuyo salones estilo liberty fueron parte del set de "Ocean’s 12", con Brad Pitt y George Clooney.
"La situación es dramática: sólo el 25% de las estructuras hoteleras reabrió porque los costos son demasiado altos y sin clientela no se pueden sostener los gastos de gestión y de personal", dijo Giuseppe Roscioli, de Federalberghi. "La clientela a la que ahora nos dirigimos es sobre todo italiana, pero los números son mínimos. Sin ayuda estatal esto va a terminar mal", agregó.
En este marco, muchos dueños de hoteles familiares –que son la mayoría en Italia- que siguen cerrados, revelaron que recibieron llamados de grandes cadenas internacionales hoteleras que están interesadas en comprar. "Te llaman, preguntan cómo andan las cosas y después te hacen la propuesta: si no podés volver a abrir, nosotros compramos", contó el dueño de un hotel del centro histórico, preocupado, además, por la aparición de "buitres" extranjeros.
La esperanza de la mayoría es atraer ahora a los turistas alemanes, franceses e ingleses con una buena comunicación, que destaque justamente la oportunidad única de visitar lugares maravillosos, normalmente repletos, con tranquilidad y sin estar colmados de turistas. Todos son conscientes de que el turismo autárquico, es decir, formado sólo por los italianos no será suficiente para salvar la temporada. "Si las cosas van bien, los hoteles italianos cerrarán con una caída de 50%, si van mal, con una del 75%", dijo Bocca, que pronosticó que para que el sector resucite y vuelvan los extranjeros, habrá esperar hasta el 2021. Siempre y cuando la pandemia lo permita.