Dividida, la UE busca su Plan Marshall para reactivarse tras el coronavirus
PARÍS.– Ante la perspectiva de padecer la peor recesión de su historia, la Unión Europea (UE) comenzará mañana a recorrer el camino más difícil: la búsqueda de acuerdo sobre un plan de reactivación común de varios centenares de miles de millones de euros para sacar al bloque del marasmo en que lo sumergió la pandemia del coronavirus .
Con ese objetivo -calificado de "Plan Marshall" por algunos-, un Consejo Europeo virtual reunirá a los 27 líderes de los países miembros. Pero, una vez más, las discusiones se anuncian difíciles. Las divergencias perduran al punto de que el presidente del Consejo, el belga Charles Michel, anunció que la reunión "no producirá conclusiones".
"Los debates durarán varias semanas. No creo en un acuerdo inmediato", admitió ayer el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire.
Nada parece aún decidido sobre ese nuevo instrumento que podría transformar la cumbre en guerra de trincheras entre los países del norte, temerosos de tener que pagar los gastos de sus socios del sur, quienes, a su vez, reclaman una mayor solidaridad.
Diferentes cifras circulan sobre el monto exacto del plan. Todas oscilan entre 700.000 millones y 1,5 billones de euros. Es decir, el 10% del PBI de la UE.
La segunda gran cuestión es cuáles serán los instrumentos idóneos para crear ese fondo. Francia se esfuerza en doblegar la oposición de los países del norte, como Alemania y Holanda, que rechazan una eventual emisión de deuda común mediante los llamados "coronabonos".
Después de los repetidos llamados en ese sentido de Italia, su más ferviente partidario, España lanzó la idea de una "deuda perpetua" a través de títulos con duración ilimitada. Es decir, sin fecha de vencimiento. Según ese proyecto, los intereses se pagarían con nuevos recursos europeos, como por ejemplo tasas ecológicas, pero sin reembolso del capital.
Según la propuesta española, ese fondo, adosado al presupuesto a largo plazo de la UE, se beneficiaría con la famosa triple A acordada por las agencias de notación a las instituciones europeas, que permite obtener dinero en los mercados a tasas muy bajas gracias a la confianza de los inversores.
Francia apoya el principio de un fondo de reactivación europeo financiado por una deuda a largo plazo, "aun cuando las modalidades deberían todavía ser discutidas", afirmó una fuente del Palacio del Elíseo. París, a su vez, propone emitir deuda común a futuro y por un periodo determinado -por ejemplo cinco años-, reembolsable en 20 años.
Lanzar empréstitos comunes a los 19 países de la zona euro permitiría a los países en dificultad -como Italia o España- beneficiarse con las bajas tasas de interés acordadas a los buenos alumnos de la disciplina presupuestaria, como Alemania u Holanda.
La idea sería que la Comisión Europea (CE) emita deuda y financie directamente las inversiones en los Estados. El dinero sería atribuido en función del impacto de la crisis:un país como Italia, mucho más severamente golpeado por la pandemia, obtendría más dinero que Holanda. Pero los Estados rembolsarían en función de lo que representa su PBI en el conjunto del PBI europeo.
Otro punto de división es la eventual utilización del próximo presupuesto de la UE -que va de 2021 a 2027- para financiar el plan de reactivación. La opción tranquiliza a los países del norte pues constituye un marco legal. No obstante, también podría suscitar otras divergencias como, por ejemplo, la prioridad que tendrían esos gastos de inversión frente a la política agrícola común (PAC). En todo caso, si bien Berlín -como La Haya-, sigue declarándose opuesto a la idea de los "coronabonos", la canciller alemana, Angela Merkel, se mostró más abierta a la utilización del presupuesto plurianual de la UE.
La dirigente alemana dio a entender que era favorable a una discusión sobre un presupuesto más importante que el previsto originalmente (1% del PBI europeo) para financiar el plan. También podría tener en cuenta la idea de una emisión de obligaciones europeas en el marco del presupuesto del bloque.
Merkel es imitada en sus preferencias por la presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen, así como por el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel.
Ultimo punto de desacuerdo: ¿Cómo gastar el dinero del plan? Francia propone invertir en industrias estratégicas, a fin de competir con Estados Unidos y China, sospechados de codiciar las joyas industriales europeas fragilizadas por la crisis. París también habla de inversiones públicas en el sector de la salud, así como medidas de ayuda a los sectores en dificultad, como el automotriz.
Sin embargo, como la crisis está lejos de terminar, es muy difícil saber cuáles serán las actividades económicas más afectadas. En sus últimas previsiones, el FMI prevé un retroceso de 7,5% de las economías europeas y de 9,1% para Italia, aunque la Oficina Parlamentaria de Balance italiana (OPB), vaticinó esta semana una reducción de la renta nacional de 15% para el primer semestre en ese país.
Por su parte, una encuesta de la agencia Reuters demuestra que la economía de la eurozona entró "en la peor recesión de su historia". El estudio predice una contracción de 3,1% del PBI en el primer trimestre y de 9,6% en el segundo. "La región debería reanudar el crecimiento a partir del tercer trimestre con una a recuperación de 5,2% del PBI en julio-septiembre y 2,9% en octubre-diciembre", señaló la agencia.
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