Guerra de bandas: la violencia del narcotráfico opaca las joyas del turismo en México
Los enfrentamientos entre las bandas de drogas son cada vez más frecuentes en un rico mercado por la afluencia de visitantes
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CIUDAD DE MÉXICO.- “¿Están grabando una película?”, pregunta detrás de una cinta el turista canadiense Lukas Smith al ver a un equipo forense custodiado por militares en Tulum, una de las joyas del Caribe mexicano.
Pero ni los soldados ni los peritos son actores. Reconstruyen la escena del crimen de la alemana Jennifer Henzold, de 35 años, y la india Anjali Ryot, de 25, ocurrido la noche del 25 de octubre en este balneario frecuentado por celebridades como Leonardo Dicaprio.
Ambas quedaron atrapadas en un enfrentamiento a tiros entre presuntos vendedores de drogas en un restaurante.
Una escena similar se registró el jueves en la playa de un hotel de lujo en las afueras de Cancún, vecino de Tulum, donde dos supuestos narcos al menudeo fueron abatidos por miembros de una banda rival.
Ryot y Henzold eran viajeras consumadas, e incluso la joven india se había dado a conocer en redes sociales por la difusión de contenidos sobre sus periplos por el mundo. Otros dos turistas alemanes y un holandés resultaron heridos.

Este caso puso sobre el tapete la crisis de seguridad que afrontan Tulum y otros famosos balnearios mexicanos, como Cancún y Acapulco, por las guerras entre traficantes y las extorsiones a comerciantes. La balacera del jueves en Cancún desató el pánico entre los huéspedes del hotel, hasta donde llegaron militares y un helicóptero de la Marina.
Tras el crimen de las turistas europeas en Tulum, el Ejército y la Guardia Nacional intensificaron sus patrullajes en calles y playas, donde se ve a uniformados en cuatrimotos con fusiles, cascos y chalecos antibalas.
Seducción
“Tulum está blindado”, sostiene Marciano Dzul, alcalde de esta población de 46.000 habitantes.
El desacostumbrado despliegue asombra a algunos viajeros, que llegan a este punto de la Riviera Maya seducidos por el azul intenso del mar y la arena blanca de la costa. Solo Tulum recibe a unos cuatro millones de visitantes al año, incluidas estrellas del cine y la música como Demi Moore o Jared Leto.
La violencia “tiene mucho que ver con el narcotráfico, con los excesos que vienen a partir de las fiestas”, dice David Ortiz, presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum. Se refiere a los festivales de música electrónica que se popularizaron durante la pandemia, con la participación de reconocidos DJ. Reunieron a 5000 asistentes por evento en fiestas masivas que generaron un importante mercado de venta de drogas.
El gremio hotelero está disconforme con esos eventos, porque transformaron el concepto “hippie-chic” de este destino turístico -donde se asentaba una ciudad maya cuyos restos se erigen al borde del mar- a uno de oferta masiva con los excesos como atractivo.
Tras el doble homicidio, las reservaciones cayeron un 20%, señala Ortiz, un golpe demoledor para una industria que aún se recupera del impacto del Covid-19. El gobierno alemán, por ejemplo, lanzó una advertencia de viaje a sus ciudadanos que visitan la Riviera Maya. En enero de 2017, tres extranjeros y dos mexicanos murieron durante una balacera en un festival de música electrónica en la vecina Playa del Carmen.
Crimen organizado
México vive una espiral de violencia que deja unos 300.000 muertos desde 2006, cuando el gobierno lanzó una ofensiva militar antidrogas que no ha logrado doblegar a los cárteles. Algunos turistas, como la española Luisa Fernanda Jiménez, de 24 años, no parecen muy preocupados, aunque reconoce que debe tomar “precauciones”. “¡Vine a Tulum a vibrar alto! ¡No quiero saber de nada!”, exclama su compañera de viaje, Natalia López, de 27 años.
Oscar Montes de Oca, fiscal general del estado de Quintana Roo, donde están Tulum y Cancún, atribuye la violencia a la venta de drogas y el “cobro de piso”, cuota que el crimen organizado exige a comerciantes para dejarlos operar.

A pesar de la violencia, los turistas “en su gran mayoría tienen experiencias memorables”, señala por su parte Eugenio Barbacha, director municipal de Turismo. El turismo representa un 8,5% del PBI de México y es el principal sector económico del sudeste del país.
La perla del Pacífico
Otros imanes turísticos como Acapulco enfrentan desde hace años graves problemas de seguridad por el narcotráfico. En las últimas semanas murieron baleados en esa ciudad un turista, un periodista y un chofer de colectivo.

En un episodio que quedó registrado en video, el 29 septiembre desconocidos incendiaron la popular discoteca Baby’O, que en sus mejores años vio desfilar a artistas como Rod Stewart, Bono, Elizabeth Taylor, el astro del básquet Michael Jordan y el mexicano Luis Miguel.
“Yo no sé si no aman a Acapulco. Amar a Acapulco es cuidarnos todos, buscar cómo reactivamos la economía”, dijo la alcaldesa local, Abelina López, preocupada por el impacto de la violencia en el turismo.
Agencia AFP
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