Maltrato, burlas y una rara enfermedad: la dura vida de la mujer más alta del mundo
Tiene 24 años y mide 215,16 centímetros; ya había sido reconocida en su adolescencia y, desde entonces, utiliza su fama para inspirar a otros
LA NACION
Guinness World Records es una publicación a nivel mundial que busca reconocer los logros más espectaculares, curiosos y sorprendentes. En esta oportunidad, una ciudadana de Turquía fue coronada oficialmente como la mujer más alta del mundo.
Con sus 215,16 centímetros, Rumeysa Gelgi espera que su nueva fama inspire a otras personas a aceptarse a sí mismas. La altura de esta joven de 24 años es el resultado de una rara enfermedad genética llamada síndrome de Weaver, que provoca un crecimiento óseo acelerado.
Ya en 2014, Rumeysa había sido proclamada como la adolescente más alta del mundo y había utilizado su reconocimiento para defender a otras personas con trastornos inusuales, porque desde pequeña sufrió maltrato, burlas y acoso. “Ser tan alta me hizo vivir algunas situaciones horribles y extrañas”, dijo en esa oportunidad.

Sin embargo, también reveló que cada uno de los obstáculos que soportó a lo largo de su vida la llevaron a transformarse en la persona que es en la actualidad. Por esta razón, ofreció un consejo para todas aquellas personas que sufren de cualquier tipo de abuso. “Cada desventaja puede convertirse en una oportunidad, así que tienen que aceptarse tal cual son y ser conscientes del potencial que tienen y dar lo mejor de cada uno”, manifestó en el video publicado en el canal de YouTube de los récord Guinness.
Para poder desplazarse, Rumeysa utiliza una silla de ruedas, y en ocasiones logra caminar gracias a la ayuda de un andador. “Mi familia y la gente que me rodea me apoyan mucho y están muy emocionados y felices y, por supuesto, están muy orgullosos de mí por haber conseguido este título”, manifestó.

Además, contó las ventajas de que su nombre figure como un récord mundial. “Cuando me encuentro por primera vez con gente que no conozco, suelo recibir comentarios amables y de apoyo. Hasta algunas personas son lo suficientemente amables como para preguntarme antes de sacarse una foto conmigo”, indicó la mujer.
Pero también existe una parte negativa. “Sin embargo, a veces recibo miradas de desprecio y preguntas extrañas de la gente. Aunque creo que es bastante normal porque mi altura y mi condición hacen que las personas se sientan intrigadas”, dijo.
Por su parte, Craig Glenday, editor de Guinness World Records, recibió con orgullo a la mujer turca. “Es un honor dar la bienvenida a Rumeysa de nuevo al libro de récords. Su espíritu indomable y su orgullo por destacar entre la multitud son una inspiración para muchas personas. La categoría de la mujer viva más alta no cambia de manos muy a menudo, así que estoy encantado de compartir esta noticia con todo el mundo”, expresó.
El hombre vivo más alto del mundo, Sultan Kösen, también es de Turquía y mide 251 centímetros. Glenday aseguró que el hecho de que tanto el hombre como la mujer que ostentan el récord sean del mismo país es “un acontecimiento sumamente extraordinario”.

El récord anterior de la mujer viva más alta del mundo estaba en poder de la china Yao Defen, quien tenía una altura de 233,3 centímetros antes de su muerte ocurrida en 2012. La mujer más alta de la historia fue Zeng Jinlian, también de China, que medía 246,3 centímetros al momento de su deceso en febrero de 1982.
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