Murió Giorgio Armani, el icónico diseñador de moda italiano, a los 91 años
“Falleció en paz, rodeado de sus seres queridos”, según un comunicado de la compañía que dirigía; en julio había estado internado por una infección pulmonar y había prometido su regreso para la Semana de la Moda de Milán a fin de mes
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ROMA.- Adiós a “re Giorgio”. Murió este jueves, a los 91 años, el reconocido estilista y diseñador de moda Giorgio Armani.
“Con profundo pesar, el grupo Armani anuncia el fallecimiento de su creador, fundador e incansable impulsor. El Señor Armani, como siempre lo llamaban con respeto y admiración sus empleados y colaboradores, falleció en paz, rodeado de sus seres queridos. Incansable, trabajó hasta sus últimos días”, indicó un comunicado de su imperio.
El velatorio estará abierto desde el sábado hasta el domingo, de 9 a 18, en Milán, en Via Bergognona 59, en el Teatro Armani, de acuerdo a la voluntad del creador de una marca icónica no sólo de ropa, sino también de accesorios, perfumes y hasta muebles. El funeral, en principio, va a ser privado.
El lunes, además, habrá un día de luto ciudadano en Milán.
Lo acompañaron hasta el final, a su lado, su familia y su pareja de los últimos veinte años, Leo dell’Orco, informó el Corriere della Sera, que destacó que la noticia del fallecimiento sorprendió a todos.
Hace unos días, de hecho, desde su empresa un comunicado había anunciado que Armani había decidido comprar “La Capannina”, legendaria discoteca de la localidad balnearia “vip” de Forte dei Marmi, algo que había definido un gesto “afectivo, un retorno a los orígenes”: en la década de 1960, justamente en ese local sobre el mar había conocido a Sergio Galeotti, quien se convirtió después un compañero de vida y de trabajo.
Lo cierto es que, semanas atrás, antes de cumplir los 91 años -el 11 de julio pasado-, había tenido que internarse por una infección pulmonar, que lo obligó luego a quedarse en su casa de via Borgonuovo, de Milán y a perderse el desfile de su colección de junio, un hecho muy raro.
“Pero estoy bien”, había aclarado el gran creador, que pasó luego semanas muy serenas, marcadas por decenas y decenas de mensajes de felicitaciones por su cumpleaños y por su amado trabajo: diseñar vestidos, trajes.
Tanto es así que tras cumplir los 91 había informado en un comunicado que estaría de vuelta en septiembre. “En las últimas semanas he sentido fuertemente el abrazo de quienes pensaban en mí”, había escrito Armani en una carta abierta publicada por varios periódicos italianos, en la que mencionaba a familiares, compañeros, empleados, la prensa y personas en las redes sociales.
“Hoy, en mi 91º cumpleaños, quiero agradecerles a todos la cercanía que me han demostrado. No ha sido fácil para mí no escuchar sus aplausos en vivo. Gracias de todo corazón y nos veremos de nuevo en septiembre”, había adelantado, aludiendo a la Semana de la Moda que se celebrará en Milán del 23 al 29 de este mes, en la que será el gran ausente.
Sucesión
A la vez director creativo y presidente ejecutivo de la empresa que fundó, en unas declaraciones realizadas al Financial Times hace pocos días, Armani, único accionista de la empresa, había adelantado que veía su sucesión como un traspaso gradual a sus colaboradores más cercanos y a su familia.
“Mis planes de sucesión consisten en una transición gradual de las responsabilidades, que siempre he manejado, a las personas más cercanas a mí (...) como Leo Dell’Orco, los miembros de mi familia y todo el equipo de trabajo”, dijo al suplemento How To Spend It de FT. Pantaleo (Leo) Dell’Orco es jefe de diseño masculino y mano derecha de Armani.
“Me gustaría que la sucesión fuera orgánica y no un momento de ruptura”, añadió Armani, uno de las figuras más conocidas del mundo de la moda, que creó su empresa con su difunto compañero y socio, Sergio Galeotti, en 1975 y que generó unos ingresos de 2300 millones de euros (US$2690 millones) en 2024.
Armani había pasado un verano tranquilo, en su casa de Forte dei Marmi, junto a su familia. Hace unos días había tenido un imprevisto malestar estomacal, que luego había mejorado, tanto es así que había vuelto a comer y a hacer llamados para mantenerse informado. Por eso nadie temía que eso pudiera hacer prever lo peor.
Seguramente sintiendo que estaba llegando el final, Armani utilizó las redes sociales para despedirse: “El legado que espero dejar es de compromiso, respeto y cuidado por las personas y la realidad. Ahí es donde todo empieza”, fue el mensaje que difundió su cuenta de Instagram tras la triste noticia.
Su historia
“Re Giorgio”, como lo habían bautizado los medios, nació el 11 de julio de 1934 en la ciudad de Piacenza, en el norte de Italia. Menor de tres hermanos, fue “el más malcriado” por la madre, María, que le transmitió toda la clase y el gusto sofisticado en el estilo, recordó Paola Pollo, experta de moda del Corriere della Sera.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, Armani se mudó a Milán, donde terminó el secundario y, más tarde, comenzó a “ocuparse de cuerpos”, y decidió estudiar medicina, algo que puede parecer algo muy lejano al mundo de la moda, aunque tampoco tanto pensando en la anatomía, “que le hizo comprender mucho mejor que los demás qué habría sido perfecto para vestir cuerpos, aquellos ‘reales’, tal como solía destacar".
En 1953, después de cursar tres años de universidad, su verdadera pasión le hizo cambiar de rumbo. Tras un período haciendo el servicio militar, años más tarde, en 1957, comenzó a trabajar en el emblemático grupo de grandes tiendas de la Rinascente. Su hermana Rosanna, modelo, ya había entrado en el mundo de la moda. Y él, Giorgio, comenzó a ocuparse de la preparación de las vidrieras. Lo hacía de modo tan distinto y sofisticado que, pasando por allí y viendo esa labor, ese joven alto y apuesto le llamó la atención a Nino Cerruti, otra icónica figura de la moda italiana, que lo llamó a trabajar con él. Entonces Armani tenía 30 años y las cartas ya estaban echadas.
Era 1964 Cerruti le pidió que diseñara una colección y ese fue el comienzo de una carrera meteórica. En ese mismo período conoció a Sergio Galeotti, joven y determinado como él, con quien en 1975 fundó la empresa que se convirtió en su reino, la Giorgio Armani.
Su primera gran intuición fue crear el término “estilista”: “yo no soy ni un costurero ni un sastre, sino que me siento alguien que crea un estilo, un estilista”, dijo. Y así fue.
En este marco, el éxito no tardó en alcanzarlo, sobre todo tras haber comprendido que los hombres y las mujeres “ya no eran los de antes”, por lo que sus trajes, vestidos y demás, tenían que cambiar, ser menos pesados. Fue así que transformó los sacos y alivianó los pantalones de los hombres y los vestidos de las mujeres, que pensaba sentadas en un escritorio o corriendo a tomar un taxi.
Fue así que en 1980, un director de Hollywood, Paul Schrader, le propuso diseñar la ropa para su “American Gigolo”. “Vino a Milán con John Travolta y acepté”, relató Armani con humor, revelando que el papel principal no estaba previsto inicialmente para Richard Gere.
Llegó así su consagración en Estados Unidos, que le valió en 1982, tan sólo siete años después de la fundación de su marca, la portada de la revista Time. “La portada puede satisfacer mi vanidad, pero es la atención que han prestado a mi trabajo lo que me proporciona un gran placer profesional. Comprendieron —sin la presunción que suelen usar quienes hablan de moda— el valor de un compromiso que no consiste en diseñar unos pocos modelos, sino en intentar continuamente adaptar una forma de vestir y de vivir, vivir, vivir, una idea a la posibilidad de reproducción industrial”, comentó, “analíticamente”.
Pero hubo mucho más. La creatividad, el empuje, los sueños, jamás se detuvieron. Y, a través de los años, Armani comenzó a ser mucho más que ropa, sino también el Emporio Armani, perfumes, anteojos, accesorios, hoteles, muebles, eventos, muestras, libros, alta moda, residencias de lujo, palacios, barcos…
Un imperio siempre centrado en su visión: una moda coherente y programática, nunca estancada y, sobre todo, nunca “ridícula”, un término que detestaba. “El estilo”, decía, “es elegancia, no extravagancia. Lo importante no es llamar la atención, sino ser recordado”, recordó Pollo.
Como cualquier ser humano, también tuvo momentos oscuros, como la muerte de Sergio Galeotti, en agosto de 1985. Pero siguió adelante y logró “llenar ese gran vacío” con más trabajo. La leyenda metropolitana indica que siempre era el primero en llegar y el último en irse, apagando la luz.
Pese a la lluvia de ofertas que fue recibiendo para vender su imperio, a partir de la década del noventa e incluso el año pasado, siempre resistió. “La empresa lleva el nombre de su creador, y esto genera un vínculo muy fuerte que perdura tras la venta de la marca. Y el propio mercado exige la presencia de la persona creativa y la identifica con la creatividad, el control y la atención constante”, solía explicar Armani, que siempre fue adulado e idolatrado en Italia, donde su muerte causó gran pesar y reacciones en todos los ámbitos de la vida pública.
Condolencias
El presidente, Sergio Mattarella, expresó sus condolencias por el fallecimiento de un “maestro del estilo y la moda, y símbolo del genio italiano en todo el mundo”.
“Con una personalidad reservada, con una creatividad inagotable, a lo largo de su dilatada carrera redefinió los estándares de elegancia y lujo a nivel internacional. Su sofisticada simplicidad, su dedicación a la calidad y su atención al detalle han inspirado e influenciado a generaciones de diseñadores”, indicó el mandatario.
Como se esperaba, también expresó su pésame la primera ministra Giorgia Meloni, que definió al estilista “un ícono, un trabajador incansable, un símbolo de la Italia mejor”, que “con su elegancia, sobriedad y creatividad ha sabido darle lustro a la moda italiana e inspirar al mundo entero”. Meloni, que desde que se convirtió en la primera mujer en llegar al poder en Italia, hace casi tres años, viste Armani, se despidió, finalmente, con un simple “gracias por todo”.
Ci lascia a 91 anni Giorgio Armani. Con la sua eleganza, sobrietà e creatività ha saputo dare lustro alla moda italiana e ispirare il mondo intero. Un’icona, un lavoratore instancabile, un simbolo dell’Italia migliore. Grazie di tutto. pic.twitter.com/Rwyu4mXW54
— Giorgia Meloni (@GiorgiaMeloni) September 4, 2025
En medio de centenares de mensajes de pésame de famosos del mundo del espectáculo, el deporte, la cultura y la política, a quienes también vistió, la cantante Laura Pausini en su Instagram, donde subió una foto junto al gran Giorgio, escribió: “Fue un honor conocer a un Rey. Lo que me enseñaste y regalaste es un valor adjunto inestimable en este desorden. Buen viaje querido Giorgio. Con infinito amor. Laura”.
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