Para millones de votantes, el triunfo de Trump no fue ninguna sorpresa
Los motivos que permiten explicar el triunfo de Trump son múltiples y complejos. El análisis reduccionista, con cierta cuota de condescendencia liberal ante buena parte del electorado que se mostró cansado de lo establecido y apostó por lo nuevo, cayó en desgracia. Aquí van brevemente algunos ejes explicativos de lo ocurrido:
1-Como siempre, las encuestas: los sondeos no parecen haber mostrado los niveles de error que se les endilga. Es fundamental aceptar que los mismos deben perfeccionar sus alcances metodológicos y analíticos a la hora de realizar predicciones, junto con la válida duda sobre si la ciudadanía dice la verdad al ser encuestada. Pero también se debe mejorar la lectura de los datos por parte de analistas y dirigentes. El análisis de fenómenos sociales no puede tratarse como un dilema matemático. Debemos aprender que pedirles a las encuestas un nivel de precisión quirúrgico es sobrepasar los alcances de la herramienta.
2- Es la economía, estúpido: la diversidad geográfica de Estados Unidos es evidente, así como la polarización política y social. El proceso de transformación de un país superavitario en la exportación de manufacturas a convertirse en el principal productor de servicios del mundo no es novedoso, pero sí desigual. En otras palabras, la mudanza de Detroit a Silicon Valley viene dejando muchos heridos a los que nadie escuchaba. Los olvidados del nuevo modelo quedaron huérfanos de representación por una clase dirigente incapaz de dar respuesta a sus demandas. Trump lo hizo.
3- El metro cuadrado: cada vez es más difícil encontrar en factores ideológicos o partidarios las preferencias de los votantes. Hay una cantidad considerable de estadounidenses que votó a Obama hace cuatro años y terminó eligiendo a Trump. Es la percepción de cómo se encuentra la economía personal, las perspectivas de ascenso social familiar, la seguridad en la cuadra donde vive o cuán llena está la heladera, lo que hace la diferencia. Pequeñas percepciones con alto impacto a la hora de votar. En esta dinámica sociocultural, el concepto de cambiar lo establecido adquiere un peso mayor y permite explicar por qué Iowa o Florida votaron a los republicanos.
4- Trump y los medios: en primer lugar, un desmedido aglomerado de medios abiertamente rechazando la candidatura de Trump, editoriales y redes sociales particularmente activas hicieron todo lo posible por bloquear las posibilidades del magnate republicano. Evidentemente, el rol y la supuesta influencia de los medios vuelven a ponerse en tela de juicio: relato vs. realidad, noticias vs. experiencia directa. Las percepciones sobre cómo se encuentra la situación económica personal son más fuertes que cualquier editorial.
En segundo lugar, una alta cantidad de medios cubrió la incipiente campaña de Trump desde una lógica estrictamente comercial, basados en el rating. Y Trump supo liderar, con afirmaciones extravagantes, todo el proceso eleccionario desde el punto de vista mediático. El valor del tiempo televisivo gratuito dado por diversos medios correspondería a dos 1000 millones de dólares. Analistas, periodistas y políticos pasaron por diversas etapas: sorpresa, diversión, condescendencia, preocupación y resignación. Ahora viene el momento de la adaptación.
El autor es director de Isonomía Consultores
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