"Princesa de hielo", la estrella en ascenso de la ultraderecha israelí
TEL AVIV.- Ayelet Shaked apareció hace pocos años en la escena política de Israel como una curiosidad: una joven secular de un exclusivo barrio del norte de Tel Aviv, con un discurso nacionalista y ultraconservador que hacen que el primer ministro Benjamin Netanyahuparezca un moderado.
"Es mucho más atractiva y elegante que las caricaturas de los derechistas enloquecidos con sus espesas barbas, sus gorras y Uzis colgando de sus hombros", ilustró una columna del diario progresista Haaretz, de 2016.
En 2015, Shaked, fue nombrada por Netanyahu ministra de Justicia y, desde entonces, se convirtió en una estrella política en ascenso. En Israel es admirada por algunos por sus ideas patrióticas, mientras otros la ven como una xenófoba que amenaza a la democracia.
Ingeniera electrónica, de 42 años, esta política considera que un estado palestino sería una catástrofe absoluta para Israel; busca reforzar el poder legislativo en detrimento del judicial y es una firme defensora de los intereses de los más de 500.000 colonos judíos asentados en Cisjordania.
Por su belleza y su personalidad fría y calculadora –su mejor amiga la describe como un robot- se ganó el apodo de "Princesa de hielo".
"Dicen que soy muy calculadora y no muy sensible, que muchas cosas que le molestan a una persona normal, a mí no me afectan", explicó Shaked en una entrevista con The New York Times en 2015. "Creo que dejarte influenciar por tus emociones te distrae de tu trabajo", agregó.
Incluso sus detractores más feroces admiten que es la jugadora más importante en la arena política de Israel y que si se presenta en las elecciones, que se celebrarán en abril de 2019, podría derrotar a Netanyahu. "Está preparada para ser la política israelí más exitosa desde Golda Meir, y podría esforzarse por convertirse en la segunda primera ministra del país", escribió Haaretz el año pasado.
Se había especulado con que podría suceder al primer ministro, golpeado por varios casos de corrupción, aunque ayer Shaked dijo que "el próximo primer ministro será Netanyahu" y que estaba dispuesta trabajar junto a él.
Sin embargo, el meteórico ascenso de Shaked quizás pueda empañarse. La semana pasada, la oposición la acusó de crear un "ambiente tóxico" en el sistema legal, después de que se supo que el jefe de la Asociación de Abogados de Israel, Efi Nave, supuestamente ayudó a nombrar a una jueza a cambio de favores sexuales, y trató de promover a otro juez a cambio de tener sexo con la esposa del juez. Nave fue arrestado y la ministra, que rechazó las acusaciones, tuvo que dar su testimonio.
En estos años, Shaked no dejó indiferente a la opinión pública. Incluso a líderes internacionales. El entonces primer ministro y hoy presidente turco, Recep Tayyip Erdogan , la comparó con Adolf Hitler en 2014, luego de que ella publicara un post antipalestino en Facebook. Un año antes, difundió un artículo del periodista de derecha Uri Elitzur que describía al pueblo palestino como "el enemigo".
Su ascenso en la política
Shaked contó en The New York Times que su despertar político fue a los ocho años, cuando vio un debate por televisión de Yitzhak Shamir, el exprimer ministro símbolo de la derecha israelí.
De chica fue un miembro activo de los Boy Scouts y se destacó en matemática. Su postura de derecha la cimentó cuando terminó el colegio y realizó el servicio militar. Como instructora en la Brigada Golani se acercó a los colonos religiosos-sionistas que hoy forman el núcleo de sus votantes.
Después de terminar su servicio militar, estudió ingeniería electrónica y ciencias informáticas. Durante cinco años trabajó para el gigante industrial Texas Instruments. Luego se casó con Ofir Shaked, un expiloto de combate de la fuerza aérea de Israel, con quien tiene dos hijos: Shira y Ori.
En 2006, decidió convertir su ideología en su profesión y se conectó con Netanyahu -que en ese entonces era opositor- convirtiéndose en su jefe de oficina. Allí ayudó a contratar a Naftali Bennett, su futuro socio político. Dos años después los aliados abandonaron a Netanyahu y en 2012 cuando Bennet se convirtió en líder de la Casa Judía, un partido nacionalista religioso, Shaked lo acompañó.
Desde 2013 se desempeñó como miembro del del Knesset (Parlamento). En las elecciones de 2015, a pesar de el partido Casa Judío obtuvo el 7% de los votos, Netanyahu tuvo que darles el Ministerio de Educación a Bennett y la cartera de Justicia a Shaked para poder formar una coalición del gobierno.
Ese fue el comienzo de su popularidad. En diciembre del año pasado, Shaked y su inseparable Bennett anunciaron la creación de su nuevo partido "Nueva Derecha", que en resumen es de "derecha, sin peros" –de acuerdo con Bennett- y se "opone al estado palestino".
En varias entrevistas, Shaked explicó que la gente que le teme es porque teme un cambio. "Los gobiernos que estuvieron en el poder antes de que Naftali Bennett y yo entráramos en política, eran gobiernos de derecha que seguían las políticas de la izquierda. No intentaron cambiar el ADN de los diversos sistemas [el sistema de justicia, los medios de comunicación, la academia]. Definitivamente me puse el objetivo de cambiar estos sistemas desde dentro, y creo que lo he logrado. Podría ser que esto sea lo que asusta a la gente, porque estas elites mantuvieron su posición durante muchos años y luego, de repente, aquí viene el cambio", dijo sobre su postura política.
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