Ricardo Merlo: "Hay diputados que buscan atrasar los comicios para acceder a una pensión"

ROMA.-Ricardo Merlo, ítalo-argentino que desde 2006 representa a los sudamericanos en el Parlamento italiano, hoy "subirá" al Palacio del Quirinale para participar de las consultas que comenzó anteayer el presidente Sergio Mattarella con el fin de resolver el rompecabezas de la crisis política que sacude a la península.

"Vamos a ir a decirle al presidente que Italia necesita un gobierno institucional que tenga como objetivo hacer la ley electoral. Una vez hecho esto hay que darle la palabra al pueblo e ir a votar lo más rápido posible", adelantó Merlo, que está al frente del Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior (MAIE), partido que en las elecciones de febrero de 2013 sumó a otros dos ítalo-argentinos en el Parlamento: el diputado Mario Borghese y el senador Claudio Zin. Nacido en Mataderos hace 53 años, en una entrevista realizada con LA NACION, Merlo describió como de "partido de fúbtol" el clima que vive el mundo político italiano. Y lamentó la existencia de muchos legisladores que quieren demorar las elecciones hasta 2018 sólo para poder consolidar su derecho a una pensión.

-¿El MAIE está con la oposición, que reclama ir a elecciones ya?

- Una cosa es gritar «Al voto, Al voto» como hace la Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas (M5E) en lo que yo considero un populismo infantil. Lo que queremos nosotros es un gobierno que pueda darle forma a una ley electoral, que se puede hacer en dos, tres meses, y después hacer la votación. Esta legislatura nació para hacer la reforma, pero no se pudo, por lo que no tiene sentido seguir la legislatura actual con un gobierno que no tiene la fuerza política y menos, legitimidad para gobernar.

-¿Qué candidato de los que se habla para encabezar una nuevo gobierno apoyaría el MAIE?

-El más indicado para nosotros es el presidente del Senado, Pietro Grasso, aunque puede haber también otra personas. Lo importante es que el objetivo sea hacer una nueva ley electoral y luego ir a los comicios.

-Hay un clima político de gran división... ¿Cómo lo ve usted?

-Es un clima partido de fútbol, como fue el referéndum, donde la gente no tenía la menor idea de qué era lo que estaba votando y terminó eligiendo según la camiseta. Renzi se equivocó mucho en personalizar el referéndum, que se desvirtuó totalmente. En el exterior ganó el sí con el 65% y en América latina con el 72%. Algunos dicen que en el exterior se votó con la cabeza y en Italia con la panza.

-¿Por qué el MAIE apoyó la reforma constitucional?

-Aunque creíamos que no era la mejor alternativa, el MAIE apoyó el sí porque la reforma que había propuesto Renzi, de quien fuimos oposición en toda la legislatura, le iba a dar gobernabilidad al país. Al tener mayoría en una sola de las cámaras y la eliminación del bicameralismo perfecto el gobierno iba a poder tomar decisiones. Además, en Italia iba a pasar algo que nunca sucedió: cuando termina una elección el que gana gobierna, una cosa muy rara acá...

-Hay quienes consideran que la derrota de Renzi, después del Brexit y Trump, fue otra victoria del populismo. ¿Usted qué piensa sobre esto?

-Creo que la crisis económica y la cuestión migratoria son problemas objetivos, y sobre todo la desocupación y la disconformidad con toda la clase política. Eso hace que nazcan estos movimientos que no son antisistema sino populismos rídiculos e infantiles, como la Liga Norte y el M5E. Yo creo que si algún día tienen la responsabilidad de gobernar, todos veremos cómo se convierten en otra cosa.

-¿Es cierto que hay legisladores que no quieren ir a elecciones porque en realidad desean consolidar su derecho a obtener una pensión?

-Un 60% de los diputados están en su primera legislatura y para poder tener derecho a la pensión deben llegar al 14 de septiembre. Entonces varios no piensan en el país y la crisis que atraviesa Italia que necesita un gobierno fuerte y legítimo, sino en ellos. Buscan atrasar los comicios para acceder a una pensión.

-¿Cuál es la prioridad del MAIE?

-Lo que queremos es hacer una buena elección para aumentar nuestra influencia y que haya un gobierno que finalmente haga una política seria para los italianos en el exterior. Sobre todo, queremos que se resuelvan problemas concretos como el desastroso funcionamiento de los consulados, la asistencia social y que se aumenten los fondos de la lengua y la cultura italiana, que es una inversión que se traduce en turismo y en gente que viene a Italia. Desde hace diez años se están cortando fondos, por eso estuvimos en la oposición con Berlusconi y con Renzi, que no caben dudas de que han hecho políticas negativas para los italianos en el exterior.