Una difícil rehabilitación: "Tuve que aprender a respirar de nuevo"
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PARÍS.- "Tuve que aprender a respirar de nuevo", explicó Paulo Alves, quien sobrevivió al coronavirus después de haber ingresado en terapia intensiva en un hospital parisino. El tiempo que permaneció bajo asistencia respiratoria le dejó algunas secuelas y por eso se enfrentó a una larga rehabilitación.
Cuando los pacientes ingresan en cuidados intensivos son considerado graves, con una insuficiencia respiratoria severa que se desencadena cuando el virus ataca los pulmones. Estos pacientes necesitan asistencia respiratoria mediante intubación.
Por la pandemia, un récord de 7000 personas ingresaron en cuidados intensivos desde que se desató la enfermedad en Francia, uno de los países más golpeados por la enfermedad. Los pacientes son sedados y a menudo se les provoca una parálisis muscular, explica el medico anestesista Stéphane Petit Maire. Los enfermos en estado más grave son colocados bocabajo durante varias horas para facilitar la oxigenación. También pueden sufrir "afecciones renales, cardíacas, neurológicas y hepáticas", agrega.
El período de cuidado intensivo de los pacientes de Covid-19 puede extenderse "entre dos y tres semanas, incluso más", indica Helene Prigent, neumonóloga del hospital Raymond-Poincaré de Garches, cerca de París. "El riesgo, que no es específico del Covid-19, es perder mucha masa muscular, sufrir complicaciones musculares y neurológicas", sostiene Prigent, coordinadora de la unidad de readaptación pos respiración asistida de ese hospital.
Virus: pour les malades sortis de réa, le long chemin de la rééducation #AFP TV5MONDE https://t.co/YZNaMhg54a&— Veronique Dupont (@verodupont) April 14, 2020
Además una intubación prolongada provoca problemas de deglución y respiratorios. Después de permanecer semanas tumbado, hay que "acostumbrar de nuevo al cuerpo" del paciente "a cambiar de posición", ya que el organismo "olvidó algunos mecanismos que permiten al cuerpo regular la presión arterial", detalla.
Paulo Alves sufrió los efectos de la enfermedad. La primera vez que intentó levantarse, después de haber estado intubado y en coma artificial en el hospital Bichat de París, sus piernas no le respondían. "Sentí cómo me desplomaba", recuerda.
Para retomar sus movimientos, Alves, que sufría sobrepeso, "hizo muchos ejercicios para recuperar masa muscular", pero también "un gran trabajo de respiración, sobre todo con una bicicleta estática".
Los pacientes que salen de cuidados intensivos se encuentran demasiado débiles para regresar en seguida a casa. Por eso, se trasladan a las unidades de readaptación pos respiración asistida o a centros de rehabilitación. "Las sesiones se realizan en la habitación", explica la fisioterapeuta Anaïs Legendre, de la clínica Bourget en Seine-Saint-Denis, al norte de París. "La mayoría de pacientes todavía están con mascarilla de oxígeno y con el virus, un día están bien, al día siguiente no, va fluctuando".
"Trato de hacerles andar, que se desplacen hasta el baño, hacer ejercicios de refuerzo muscular". Con estos pacientes, mayores en su mayoría, "vamos poco a poco, puesto que están muy cansados". "Nos ocupamos de los problemas médicos, de no agravarlos, pero esto limita lo que podemos hacer" respecto a una reeducación habitual, cuenta el médico en jefe de la clínica, Emmanuel Chevrillon.
Además de la enfermedad, la soledad en habitación individual puede tener un impacto psicológico. "Vivo momentos de soledad enormes. Mis familiares no pueden venir. Las enfermeras no pueden permanecer en la habitación", se lamenta Alves.
Incluso curadas, estas personas corren el riesgo de sufrir "secuelas neurocognitivas, tipo estrés postraumático, ansiedad y depresión", señala Stéphane Petit Maire. Algunos podrían sufrir "secuelas respiratorias, con dificultades en reposo o durante el esfuerzo, e incluso necesitar mantener una oxigenación a domicilio", insiste..
Ya a la hora de volver a casa, la fisioterapeuta les recomienda a permanecer activos: "Lavar los platos, hacer la cama, pasar la aspiradora", ya que permanecer en cama podría acarrear "grandes secuelas". "Echaríamos a perder todo el enorme trabajo en cuidados intensivos si no nos hiciéramos cargo del paciente a posteriori", concluye Bertrand Guidet, jefe del servicio de medicina intensiva en el hospital Saint-Antoine de París.
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