A 15 años de su muerte, Rodrigo Bueno sigue vivo en sus canciones

Rodrigo Alejandro Bueno murió en el pico de su carrera y en el momento en el que el cuarteto estaba llegando al máximo de popularidad. Los jóvenes se teñían el pelo como él y "Lo mejor del amor" sonaba en todas las discos nocturnas. La Mona Jiménez había abierto el camino y el Potro se había convertido en ícono. Corría el año 2000, todavía no había pasado el corralito y habíamos superado la crisis del Y2K. En mayo, había cumplido 27 años y venía de show en show, llenando todos los Luna Park en los que se presentaba (13 en ese mismo año). Sus canciones más populares -cuasi himnos- eran: "Amor clasificado", "La mano de Dios" (tema para homenajear a Diego Maradona y que El Diez ha cantado en su honor) y "Soy cordobés".

Un mes después de alcanzar la edad del rock - esa con la que murieron figuras como Janis Joplin, Jim Morrison y Amy Winehouse (años después)-, Rodrigo volvía de tocar en el boliche Escándalo de City Bell, La Plata, a la madrugada, cuando sufrió un accidente en Berazategui. Él manejaba el auto y el hijo de Alberto Olmedo, Fernando, también moriría con él. Pasaron 15 años de ese trágico suceso que sigue sin esclarecerse. Las cámaras enfocaban un cuerpo que había salido eyectado del auto, no llevaba cinturón de seguridad. No era el primero que moría así, Gilda había corrido una suerte parecida. Y como con ella, los fans levantaron un altar en el lugar del choque y los convirtieron en una suerte de santos.

Rodrigo había arrancado su carrera a los 12 años en la banda Manto Negro. Primero hizo rock y después se volcó al cuarteto. Desde la composición logró recrear todos sus fantasmas: el desamor, los excesos, el amor por el fútbol. El cordobés vivió transgrediendo las reglas, entregado a sus fans a los que hipnotizaba con su natural carisma. Su amor por el cuarteto lo hizo despegar y modificarlo. Fue la Mona Jiménez quien lo puso por primera vez en un escenario cuando tenía dos años, en el programa Fiesta del Cuarteto. Después fue él, el cuartetero de pelo multicolor, quien convirtió el género en otra cosa.

Cinco temas para recordarlo