Su curriculum incluye los nombres de Lennon, Harrison y Jimmy Page, entre otros; junto a la banda decana del progresivo se presenta este viernes en el Luna Park y el 3 de diciembre en el Gran Rex
Un día de 1969, sonó el teléfono en la casa de Alan White, de 20 años. “Soy John Lennon”, dijo el interlocutor, y lo invitó a tocar con él. White cortó, lógicamente, pensando que se trataba de una broma... pero no: el Beatle le dio la oportunidad de su vida, contratándolo para su banda y luego convocándolo para grabar Imagine y algunos singles. Siguiente paso: participar de All Things Must Pass de George Harrison. Y luego, en 1973, se consiguió un trabajo estable que aún conserva: tocar la batería en Yes, la institución del rock progresivo que vuelve a la Argentina para actuar en el Luna Park el viernes 19 de noviembre y en el Gran Rex el 3 de diciembre. En un alto de la grabación de su primer disco en diez años, y con una formación que influye a Oliver Wakeman (hijo de Rick) en los teclados y a Benoît David (ex miembro de un grupo tributo) reemplazando a Jon Anderson en la voz, la banda suena, según Alan, “tan bien como siempre”.
¿Es difícil controlar el virtuosismo cuando uno sabe que puede tocar lo que quiera?
Desde muy joven escuché música muy diversa. De chico me gustaban los Beatles, los Beach Boys y cosas así. Luego, de adolescente, me gustó la fusión, con grupos como Weather Report. Y además siempre escuché mucha música clásica. Por eso, al tener tantas influencias diferentes, no me cuesta adaptarme a lo que la música necesita desde el punto de vista del ritmo. Eso es lo que trato de tocar: lo que la canción pide.
¿Cómo es compartir sección rítmica con Chris Squire a esta altura? ¿Tocan con los ojos cerrados, no?
¡Sé lo que come para el desayuno! (risas) Chris y yo tocamos juntos por casi cuarenta años, conocemos el estilo del otro de memoria. Prácticamente puedo decirte qué va a tocar antes de que lo toque.
¿Podés elegir tu disco favorito de Yes?
Es difícil elegir uno porque tenés que considerar en qué era estábamos cuando hicimos el disco. De todas formas, realmente disfruté mucho del material que creamos para Relayer (1974), y otro llamado Talk (1994) que hicimos en la época en la que estaba [el tecladista] Trevor Rabin, porque tiene canciones con una sección rítmica excelente.
¿Algún baterista nuevo que quieras destacar?
Mike Portnoy (de Dream Theater) es un gran baterista. Pero hay varios jóvenes con estilos distintos que tocan muy bien, así que no elegiría un solo nombre. Yo crecí escuchando a bateristas de jazz fusión como Lenny White y a Ringo, por supuesto, y cada uno en su campo de acción era genial.
¿Cómo es tocar con dos Beatles a los veinte años?
Fue un gran período de mi vida. Toqué con John, y ese fue el gran salto en mi carrera. Era una excelente persona y me apadrinó en aquella época, aprendí mucho en lo musical. Mientras hacíamos las sesiones para Imagine o para “Instant Karma”, George siempre andaba por ahí, me conoció y me convocó para tocar en su disco.
¿Y por qué no prosperó XYZ, el supergrupo que armaron con Chris y Jimmy Page en los ‘80?
Las perspectivas eran geniales, sin duda. Armamos un trío, teníamos material, grabamos algunas cosas y estábamos felices con eso, pero entonces se unió Robert Plant y la música quedó un poco compleja para su estilo. Además, los managers de Yes y de Led Zeppelin se metieron y todo se desmoronó.
Por Diego Mancusi
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