Barrio "coreano"

Cafés de telenovela

Entre Once y Palermo Viejo, así es la fisonomía del nuevo barrio coreano de Flores, entre Rivadavia, Nazca, Gaona y Emilio Lamarca. Hasta hace poco lo único que se multiplicaba por ahí eran las tiendas mayoristas de ropa de mujer, pero ahora también abundan los cafés monos, más monos que en Recoleta, con caireles, muebles de estilo, café espumoso, curiosidades coreanas, waffles y buenos precios.

Todos los días, ¡desde las 6!, el público también es una mezcla curiosa: desde chicos cancheros de aspecto coreano y acento porteño hasta señoras del interior con valijotas llenas de ropa comprada al por mayor.

"La moda viene de Corea, donde debe de haber más cafés que personas. Además de las supercadenas hay una tendencia del café como lugar de prestigio. Son todos remononos y se popularizaron con la telenovela coreana Coffee Prince, que hizo como ¡booooom!", cuenta Karen Kim, diseñadora argentina y excelente cicerone de las costumbres de su comunidad. Y sigue: "En Seúl, estos cafés se concentran en Gangnam (una especie de Recoleta) y Apgujeong (como la zona de la avenida Alvear)".

En Flores, en tanto, esperan Coffee Prince (Morón 3311, con mozos como Christian Lee, que podrían haber salido tranquilamente de la telenovela); The Story (Campana 541, con limonada blanca y espesa, un piano vertical para que toque el que quiera y todas las ganas de Ok Park, la dueña, de sumar un centro cultural); Yog berry (Campana 545, yogur helado y minimalismo pop); Club León (con un patio trasero para quedarse toda la tarde probando su panadería exótica y postres coreanos como el patbingsu).

La gira se completa con Dew Coffee (Campana 585), Dew Blanc (Campana 628, el café más monono de todos) y Deli Street (con ricos frapuchinos y una hipnótica pared al fondo, con venecitas espejadas y un plasma con noticieros internacionales). Es como irse de viaje.

Por Silvana Moreno

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