Cinco motivos para ver Voley

Se estrena Voley, una comedia argentina, escrita y dirigida por un Martín Piroyansky, que también la protagoniza. Dos actores, cuatro actrices, ninguno de más de 30 años. Y -sorpresa- es muy recomendable. Por estas razones (y seguramente otras).

1. En primer lugar, Piroyansky parece haber visto comedias estadounidenses de las últimas décadas y haber procesado bien las influencias. Un gran chiste escatológico, que nos manda directamente a Tonto y retonto de los Farrelly con Jim Carrey y Jeff Daniels y Mi novia Polly de John Hamburg con Ben Stiller y Jennifer Aniston. Y que además tiene suspenso. Inodoro sometido a demasiada acción y bañera como escondite usados para narrar y hacer reír.

2. Voley es, además, una película muy consciente del lenguaje. Los personajes viven y mueren por la boca. Hablan, dialogan, pontifican, discuten, también se hablan encima con mucha gracia. Nico (Piroyansky) es un caso singular de neurosis sexual-romántico-cómica. Sin personajes que no se definan por cómo hablan es imposible hacer comedia dialogada. Y aquí hay diálogos escritos con trabajo y con gracia (Excursiones de Ezequiel Acuña también era una película dialogada, escrita, con chistes verbales).

3. Más allá de algunos planos demasiado centrados o algún ralenti que subraya, algunos énfasis un tanto televisivos y algo de música demasiado presente, Voley tiene una noción general cinematográfica, una idea clara de su tema general, y en ese sentido el principio y el final hacen sistema, sostienen una propuesta coherente, que sabe qué es lo que se está narrando, lo que está en juego. Voley sabe cómo quiere terminar para poder reverberar.

4. En Voley hay sexo, hay miradas sexuales, hay conversaciones sexuales. Hay una naturalidad para el diálogo sobre sexo que no es del todo habitual para el cine argentino. Es una película en la que el espacio y el tiempo definidos -un fin de año en una casa del Tigre- se disponen como un tablero para definir atracciones y sentimientos. Comedia, y también comedia romántica entrecortada pero múltiple.

5. El motivo cinco es sencillo, y séxtuple: Martín Piroyansky, Violeta Urtizberea, Inés Efrón, Chino Darín, Vera Spinetta y Justina Bustos. Actrices y actores que se ensamblan, cuyas performances son performances de interacción, que -clave para la comedia sexual de verano- saben "picarse", molestarse, reaccionar. Voley es así una comedia de acción y reacción, una de esas en las que los actores no esperan a que el otro termine de hablar, una en la que felizmente se pisan, se discuten, se atraen y se pelean.

Por Javier Porta Fouz

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