Circo : Ciudad Tomada
Entre el III Festival Internacional de Circo y la llegada del Cirque Eloize, de Montreal, Buenos Aires se convierte en una gran pista
lanacionarRAIN, RECUERDOS EN SEPIA LLEGADOS DESDE LA LEJANA MONTREAL
SANTIAGO, CHILE.– Un narrador con mucho de clown pero sin nariz roja. Malabaristas, acróbatas y contorsionistas que cortan la respiración (por la risa o el asombro). Música interpretada en vivo en un viejo piano volador. Todo enmarcado en un sutil juego de luces que transforma estas imágenes en borrosos recuerdos de infancia color sepia.
Melancólico, nostálgico, divertido y definitivamente mágico resulta Rain, como la lluvia en tus ojos, el espectáculo de la compañía quebequense Cirque Eloize, que llega a Buenos Aires en paralelo al Festival Polo Circo, pero sin participar de él, como haciéndose mutua compañía. Ya tiene casi siete años esta bellísima y poética propuesta que creó el suizo Daniel Finzi Pasca para el grupo canadiense. Fueron sus fundadores y directores, Julie Hamelin y Jeannot Painchaud, quienes invitaron al teatrista suizo –fundador en su país del Teatro Sunil– a crear no una sino tres obras para el grupo. Y el hombre se despachó con La Trilogía del Cielo, que integran Nomade, Rain y Nebbia, y que tienen en común ese equilibrio casi perfecto entre humor y poesía. Aunque Finzi Pasca trabajó para el Cirque du Soleil creando y dirigiendo Corteo, sabe que no hace falta grandilocuencia o fastuosidad de medios para impresionar y dejar aleteando los sentidos.
Y Rain es muestra de ello. Le basta un teatro a la italiana para ponerse a jugar con la memoria de un público que comienza a respirar acompasadamente con esos doce artistas que cuentan un bello cuento. Arriba del escenario son una compañía de circo que ensaya y entrena para una próxima función. Hay complicidad, juegos, pequeñas trampas, errores, risas y bromas. Esos podrían ser los conectores de los impactantes números que van llevando a cabo y que, en su mayoría, podrían congelarse en una inolvidable pintura para enmarcar. En ese registro están las piruetas compartidas con un enorme aro rojo, el cuadro de las telas, el del trapecio y, ni hablar, cuando finalmente llueve.
El trabajo de la luz y de la música (mayormente interpretada en vivo por los mismos artistas) es fundamental para crear esa atmósfera de ensueño y nostalgia. Toda esa poesía se alimenta también del humor y de cuadros que parecieran haber salido de un viejo circo de los años treinta. Los colores –casi blanco y negro puro, con algunas pinceladas en rojo–, los peinados, las mallas, las medias se complotan para que uno se olvide de que eso es circo contemporáneo. Por momentos, no sorprendería que de una valija salga la mujer barbuda. Imposible no sonreír, imposible dejar de mirar. Hay algo de juego de niños, de juego entre hermanos que quieren mostrarle a la madre quién es el más forzudo: "Mirá mamá, ¡¡¡sin manos!!!"
Detrás de escena
Una de las características del grupo es que cada artista –casi todos egresados de la Escuela Nacional de Circo de Montreal– al unirse a la compañía se compromete a aprender otras disciplinas. Así como están los que tienen su fuerte en los malabares y las acrobacias, pronto tienen que subirse al mundo de la música, como Jonathon Roitman, que además de lucirse en las pruebas mano a mano descubre su bella voz para darle vida a una pequeña y triste historia de amor. Así se va construyendo cada obra, y la compañía en sí misma que se empeña en combinar circo, música, danza y teatro.
"Hay algo de dimensión humana en todo lo que crea el Cirque Eloize. De hecho somos una compañía pequeña que gira con poca gente. Los doce artistas que salen a escena son bastante autónomos, se hacen cargo de su vestuario, de maquillarse; muchos son los que ayudan a los técnicos cuando no están en escena", cuenta Stephanie Rodemann, la directora técnica de la obra, que llega a la entrevista montada en su skate. Cinco horas antes de que comience la función en el flamante Teatro Municipal de Las Condes de Santiago de Chile –donde viajó La Nacion invitado por Time For Fun– ya están todos entrenando en el escenario. La mayoría del elenco (que ya se renovó casi completamente desde el estreno) lleva casi un año de gira y sigue ensayando como para el debut.
"Es una cuestión de mantener el cuerpo en forma, de estar preparados para una función que tiene altos niveles de exigencia", sigue Rodemann que alista sus botas rojas, los guantes y la linterna que lleva sobre la frente para cuando todo comience. Ella sigue desde afuera una rutina tan coreografiada como la que los artistas cumplen a la vista del público. Es que más allá del aspecto creativo que le imprime a su trabajo cuando todo está en papeles ("hay que saber si es posible realizar algo –muchas veces alocado– que a un director se le puede ocurrir"), sino que está en los detalles para que la función discurra con normalidad. Y en Rain hay agua, lo más disfrutable de ver, pero lo que a ella más estrés le provoca. "Siempre sufro cuando hay que poner en marcha el sistema por el que llueve en escena, si algo pasa se pierde el gran momento final". Desde bambalinas, se entiende entonces su felicidad cuando por fin llueve y todos se abrazan como si fuese la primera vez.
Entre el III Festival Internacional de Circo y la llegada del Cirque Eloize de Montreal, con Rain, Buenos Aires se convierte en una gran pista. En total serán 13 días a puro trapecio, malabar y acrobacias para disfrutar y encontrarse con los nuevos lenguajes –siempre en desarrollo– de un arte milenario
PARA AGENDAR
Rain, como la lluvia en tus ojos, del Cirque Eloize. Gran Rex, Corrientes 857. Miércoles, jueves y viernes, a las 21; sábado, a las 22. Desde $ 160.
LAS NUEVAS TENDENCIAS EN EL FESTIVAL POLO CIRCO
Vuelve el Festival Internacional de Circo, tercera edición de este encuentro organizado por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires. Como en otras oportunidades, la movida se trasladará a Garay y Combate de los Pozos, donde funciona el Polo Circo. Y como sucedió en las dos ediciones anteriores, la apuesta volverá a girar sobre las inquietantes aguas del circo contemporáneo y bajo la inquietante y hasta entrañable "Marca Circo". Un género que caló tanto en las últimas generaciones que sigue atrayendo a públicos de todas las edades aunque, hay que reconocer, desde hace unas décadas hayamos conocido las versiones más desgastadas de los espectáculos circenses tradicionales. Pero la continuidad histórica de aquellas experiencias buscó la renovación, supo reconquistar al público y supo abrir nuevos caminos estéticos.
Esta vez, durante 12 días, 15 compañías de distintas partes del mundo ofrecerán espectáculos en los que despliegan escrituras sobre técnicas circenses diferentes y, a la vez, entablan sólidos vínculos con la danza, con el teatro, con la música y con las artes visuales. En esos cruces, mucho de estos trabajos coquetean con la experimentación escénica.
Esa marca definió a las ediciones anteriores y eso mismo, promete Gabriela Ricardes, directora del encuentro, volverá a desplegarse en esta movida que comenzará el jueves y culminará el lunes 9 de mayo. En los festivales previos, el público mayoritario pertenecía a una franja de 22 a 27 años. "Es el espectador que suele habitar las salas alternativas porteñas", apunta ella. Pero también están los chicos y, tras ellos, madres, padres, tutores y/o encargados indagando cuáles son los espectáculos adecuados para llevar a sus fieras. Ricardes, toda una dama del circo, sabe que esas preguntas son inevitables. También sabe otra cosa: "Los niños están mucho más preparados de lo que nosotros pensamos. Por lo cual, todos los espectáculos son adecuados para ellos." En medio de ese marco, quizá, la franja horaria de cada uno se convierta en un leve orientador.
El resto, riesgo, sea para el público como para los artistas. En última instancia, el factor común que une a los creadores que coparán el Polo Circo. Y no sólo el riesgo de estar en las alturas (como los belgas de Sway , por ejemplo, que trabajan el cuadro aéreo sobre una especie de rampa de skate; o los dos intérpretes de Rivages que usan dos bastones de más de tres metros buscando el momento justo de cuando el equilibrio deja de serlo). El riesgo, más allá de cualquier resolución técnica, pasa en estas propuestas por encontrar una poética propia. Es lo mismo que impulsa a Philippe Ménard (el que hace dos años presentó un increíble trabajo en el cual manipulaba hielo) y que, ahora, en La tarde de un fohen , manipula simples bolsas de supermercado ubicadas en medio de ventiladores. Y las bolsas bailan y se seducen, y hacen una especie de homenaje a Belleza americana ante la mirada asombrada de este artista francés. En realidad, habría que decir "artista francesa", porque ahora Ménard dejó de ser un hombre para asumirse como mujer llevando a su propio cuerpo ciertos principios de la manipulación que ella tan bien conoce.
De Africa a Francia
En el mapa de las visitas extranjeras que darán cuerpo al Festival Internacional de Circo, la presencia de espectáculos franceses volverá a ser una constante. No es casual. "Se debe a que, desde hace muchos años, Francia tiene una fuerte política de incentivo que va desde la enseñanza hasta la producción. Eso hace que la resultante no sea una mera casualidad", sostiene Ricardes, persona vital en el crecimiento del género en estas tierras.
A los elencos europeos y canadienses, esta vez vendrá un espectáculo de Guinea llamado Blanco n egro, de fuerte impronta musical. Y esta vez, luego de 26 años, una compañía internacional de circo contemporáneo volverá a pisar el escenario de la Martín Coronado, del San Martín. Serán los franceses de la compañía Sacékripa. Harán Coulisses , un homenaje a los que están en bambalinas. Pero más allá de ese corrimiento geográfico y simbólico, en términos de reconocimiento institucional a este tipo de creaciones, que implica "llegar" al San Martín, el festival concentrará sus energías expansivas en el predio de Polo Circo. En ese lugar, se ubican la variedad de carpas calefaccionadas y las butacas numeradas, el bar, la tienda y los espectáculos en continuado al aire libre, que servirán para matizar la espera mientras algunos de los 180 artistas que participan se preparan para salir al ruedo.
En la tercera edición de este festival, los elencos nacionales volverán a tener un lugar protagónico. En esa franja habrá otro homenaje: estará el payaso Chacovachi ("uno de los primeros que en nuestro país cuestionó al género", dixit Ricardes). También estarán los espectáculos nacidos en marcos universitarios: el de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, donde hay una carrera de circo, y el de la Universidad Nacional de San Martín, donde hay una diplomatura de artes circenses. "Si bien las dos compañías están en sus primeras etapas, es importante que nuestro circo esté presente y que ellos conozcan los parámetros de lo que significa ser un profesional del circo en el mundo", agrega la directora de esta movida.
Dato importante: para los espectáculos internacionales las entradas van de 20 a 50 pesos. Para los nacionales, cinco en total, la entrada es gratuita. Desde mañana, comienzan a entregarse las localidades gratuitas en la Casa de la Cultura y salen a la venta las localidades para obras internacionales. En general, todo se agota en cuestión de días. La movida concluirá el lunes 9. Esa noche se realizará la famosa gala. Y como el año pasado tuvieron que agregar una función por la cantidad de gente que quedó afuera, esta vez, previsores, programaron dos. El circo contemporáneo se expande, se afirma, cuestiona sus fronteras. Polo Circo y su festival tiene mucho que ver ese movimiento. Más información sobre la programación, en www.festivalpolocirco.gob.ar .
Más información. en www.festivalpolocirco.gob.ar
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