Del Sel, un cómico totalmente solo

Los guiones, que deberían sostener la farsa, no se desarrollan por delante de los elementos formales del planteo inicial (por ejemplo, a la mesa servida y al invitado, Del Sel no le suma la prolongación humorística que podría tener su personaje si abrevara en la figura de Mirtha Legrand).

De modo que, tanto por la precariedad de los guiones como por su posible pero no respetada eficacia, los sketches y las entrevistas del programa terminan pareciéndose a un elástico que se estira sin que nunca llegue el momento en que se rompa. Para colmo, a las innumerables frases vacías de contenido y forma (no son serias, no son graciosas) debe agregarse el abuso del término "guacho" _y sus variables de género y número_ que brotan de la boca del conductor cada vez que parece quedarse sin recursos.

Este exceso de responsabilidad adjudicado a Miguel del Sel se debe a que la estructura de "Totalmente" lo plantea así. El programa no le permite al conductor ni al espectador descansar en otras figuras, tal como lo hacen Mirtha en sus almuerzos o Susana Giménez en sus sketches. Ellas siempre están, pero ceden a sus invitados el peso de las escenas o de las entrevistas.

"Totalmente" no sólo le exige a Del Sel una continuidad cómica sino que, además, lo expone al estilo de "Zelig", de Woody Allen. Así, el conductor aparece mimetizado como uno más del grupo folklórico Los Nocheros, Celia Cruz o Diego Torres. Logradas en mayor o menor medida, estas humoradas serían más efectivas de no ser por la ya excesiva presencia de Del Sel. Por eso son gratificantes los trabajos de producción como el "Chilagame", donde el jugador destruye futbolistas a los golpes y periodistas con escupitajos hasta que un juez declara el game over .

Menos insistencia en la figura de Del Sel o "la Tota" y mayor aporte de material de producción, equilibrarían la balanza de "Totalmente".

Por Miriam Molero

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