El cine erótico argentino clase B, como eje temático de un musical
A partir de un seminario en la Bienal, Gonzalo Quintana y Amalia Escobar crearon La encantadora David, una propuesta diferente
Hace sesenta años un desnudo en cine no era para nada algo habitual. Sin embargo, Armando Bó logró convencer a Isabel Sarli -por aquel entonces de apenas 21 años, que se convertiría en su esposa y actriz fetiche- de que se animara a quedar sin ropa frente a la cámara nada menos que en su primer protagónico, El trueno entre las hojas (1958), un largometraje cuyo guion escribió el paraguayo Augusto Roa Bastos y que terminó siendo un boom de taquilla.
Ninguno de los protagonistas de aquel suceso habrá imaginado que tantos años después sería el punto de partida para un musical del circuito off. Pero así fue nomás: en La Carpintería (Jean Jaurés 858) se estrenó La encantadora David, una obra escrita y dirigida por Gonzalo Quintana, con música original de Amalia Escobar, que nació hace unos meses en un programa intensivo de la Bienal de Arte Joven y que se presenta todos los jueves, a las 20.30.
Con su estética deliberadamente kitsch, este musical atípico remite también a las películas de monstruos de los años 50, cuya tradición acaba de poner en boga de nuevo la multipremiada La forma del agua, del mexicano Guillermo del Toro, que ganó cuatro Oscar. "Un amigo guionista, Javier Diment, me regaló una biografía de la Coca Sarli. Y justo yo estaba buscando ideas para un musical que hable del rol de la mujer en determinada época -cuenta Quintana-. Ese libro me sirvió como disparador para desarrollar una trama en los años 50. Una joven actriz llega con su abuela a una isla para filmar una película clase B. La esperan el director y una lugareña. Es un lugar hostil: hay tribus caníbales y animales salvajes. Y encima el equipo de rodaje no llega. Entonces la película la empiezan solo estas cuatro personas, que hacen lo que pueden con los pocos recursos con los que cuentan. Lo que importa realmente en la obra son los vínculos de estos cuatro personajes, que paulatinamente van liberando sus miserias y empiezan a tejer asociaciones que después se van destruyendo. La idea es centrarse en el camino de esta jovencita que es actriz más que nada por un mandato familiar, pero luego descubrirá quién quiere ser realmente".
Como era imposible recrear una isla en un espacio del off, Quintana optó por un dispositivo más simple y marcadamente artificial, al estilo de las producciones de cine muy baratas que eran moneda corriente en las tardes de la época de la televisión en blanco y negro. "Uno como espectador está obligado a creer, aunque el engaño esté a la vista, como en este caso. La historia sucede en una especie de estudio de cine y todo lo que está en escena se resignifica. Preferí que la artificialidad esté expuesta porque yo, como espectador, disfruto esas propuestas", señala.
En La encantadora David la música la produce en cada función un grupo que toca en vivo chacareras, zambas y vidalas compuestas por Escobar. Ella se hace cargo del piano, Eugenio Schraier de la guitarra, Federico Siksnys del bandoneón y Ciro Gargaglione de la percusión. "El trabajo en el marco de la Bienal fue muy intensivo. Hay que escribir un musical en tiempos muy limitados y eso te afina la creatividad. Yo me orienté a escribir canciones que no tuvieran únicamente el objetivo de ser funcionales a la acción, sino que contengan también sus propias historias. Obviamente, los textos de Gonzalo me ayudaron mucho porque él cuidó especialmente la métrica", sostiene esta marplatense que se dedica, sobre todo, al tango y al folclore.
El teatro musical atrae a Quintana desde hace años, pero tiene su propio enfoque sobre cómo producirlo: "Es un género maravilloso porque te permite un montón de licencias escénicas que el teatro más clásico no habilita -afirma-. Mi objetivo principal es buscar una identidad musical propia. Los que vengan a ver esta obra naturalmente no deben esperar algo al estilo Sugar, Cabaret o Chicago. A mí me importan mucho el trabajo actoral y la trama argumental. Y para nada pongo el acento en el virtuosismo. La encantadora David es una obra teatral con canciones que hacen avanzar la acción y que está apoyada primordialmente en las actuaciones". Precisamente esta será labor del elenco compuesto por los talentosos Belén Ucar, Mariel Vélez, Maiamar Abrodos y Sebastián Villagra.
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