Las mujeres se rebelan frente al maltrato en el ambiente del tango
La mujer con cabeza de loba que aparece en la imagen del encuentro Tango hembra podría ser Marisa Vázquez. "La loba es un animal que puede cazar solo o en manada", reconoce simbólicamente la cantante y compositora que reunió a la manada dispersa. Lo que empezó como un concierto para visibilizar la falta de espacio para las mujeres en el tango, con la participación de artistas como Analía Goldberg, Julieta Laso, Elbi Olalla, Natalia Lagos, Natalí di Vincenzo, Nazarena Cáceres, Ana Stamponi, Verónica Bellini, Cintia Trigo, Rosa Príncipe, Viviana Scarlassa, Luciana Peyceré, Marina Ríos, Coni Banús, Bárbara Aguirre, Cyndi Harcha, se transformó en el puntapié inicial para un nuevo movimiento femenino de tango.
"El momento histórico generó un caldo de cultivo para este encuentro. En otro momento no hubiera participado tanta gente. Hoy todas quieren estar. Incluso la Tana Rinaldi mandó su adhesión. El hecho de que seamos tantas pensando lo mismo, con sus diferencias, nos posiciona en otro lugar. Está bueno que nos vean. Ya no somos dos locas que reclamamos espacios. Somos muchas", dice Vázquez.
Hoy, a las 21, tras la movilización del 8M , una veintena de compositoras, directoras de orquesta, cantantes, arregladoras, productoras y difusoras se presentarán en el C. C. Oliverio Girondo (Vera 574), como una manera de manifestar musical y reflexivamente su descontento ante las desigualdades que sufren todos los días en un ambiente machista. "Empezó con la idea de visibilizar la ausencia femenina en la programación de festivales, ciclos y espacios de tango, dominado en su gran mayoría por hombres, pero va mucho más allá". Como otras mujeres del tango, Marisa Vázquez siempre se sintió sola en un ambiente dominado por hombres. "Imaginate lo duro que fue para mujeres como Tita Merello, Azucena Maizani, Rosita Quiroga o Nelly Omar. Es un ambiente recalcitrantemente machista". Hace veinte años que la cantante recorre espacios y festivales. En todos los lugares, sin distinción generacional, vivió o conoció historias de otras mujeres que le contaron lo mismo: la desigualdad de oportunidades frente a los hombres, la subestimación, la misoginia, el maltrato, el acoso o el abuso de poder. "Todas las mujeres vivimos alguna situación de maltrato en este ambiente. No es que el feminismo me toca como una cuestión que explota ahora. Vengo trabajando desde hace rato para lograr un espacio para la mujer. Ya no estoy sola".
Alrededor de ella están Natalia Lagos, cantante de Alto Bondi; la pianista y compositora María Laura Antonelli; la difusora María Eugenia Rosi Gallo, programadora musical de Radio Malena, y la diseñadora Carolina Román. Todas coinciden en el momento histórico. Gallo dice: "Tenemos que dejar de pedir los espacios para tomarlos. Los hombres no piden permiso. Nosotras tampoco". Natalia, la más joven, reconoce: "Los hombres son los que te dicen si servís para el tango o no. Con el tiempo trabajé con hombres que tomaron conciencia. Mis compañeros no son los mismos de hace siete años. Van deconstruyendo cosas del machismo. Y una también como mujer está parada en un lugar distinto". Antonelli está cansada que los hombres se fijen en su imagen antes que en su obra: "Primero te miran cómo estás peinada, vestida o si sos simpática. Después recién se fijan en tu música. Es hora de que eso cambie".
Tango hembra busca marcar un cambio de conciencia y paradigma en el ambiente tanguero, incluso desde el nombre. "El nombre surgió por ese recitado famoso del tango que dice: 'Porque el tango es macho, porque el tango es fuerte'. Esa es la historia oficial del tango. Nosotras queremos contar la otra parte de esta historia".