El galán que llegó desde Brasil

Con sólo 17 años Cauã Reymond daba sus primeros pasos en el mundo del modelaje. París y Milán fueron dos grandes pasarelas que lo vieron crecer; sin embargo, Nueva York fue el lugar en donde la actuación comenzó a formar parte de su vida y a convertirse en su futuro. Desde 2002, su carrera viene creciendo paso a paso, aunque el gran momento llegó diez años después con el papel que marcaría un antes y un después en la vida del actor: Avenida Brasil.

Como es sabido, el límite del éxito no llegó a ser geográfico porque apenas Telefe puso en pantalla la novela creada por João Emanuel Carneiro, se convirtió en un fenómeno indiscutido. Esta exitosa fórmula autor-protagonista ahora se repite en El juego del pecado, la nueva tira que se emitirá a partir de este lunes, a las 16.30, por Telefe. "Esta novela es un poco diferente de las que vengo haciendo en Brasil porque es más oscura. Creo que los protagonistas, sobre todo Alexandre (Nero), tienen personajes muy ambiguos y eso le da un determinado tono a la novela en el que no están acostumbrados a verme. Son esos personajes muy ricos para interpretar", cuenta Reymond.

El actor se pondrá en la piel de Juliano Pereira, un ex luchador que luego de salir en libertad condicional buscará demostrar que fue encarcelado por una injusticia, que él y su padre fueron víctimas de la conspiración de una banda criminal.

"Comparado con Jorgito de Avenida Brasil Juliano es mucho más hombre y menos niño, no fue criado en un ambiente de mucha fortuna; pero sí es más decidido en lo que quiere hacer, y más limitado en cuanto a raciocinio por su clase social. Es más simple y elemental", explica el actor. Además cuenta que para el proceso creativo del personaje no sólo lo ayudaron mucho el director y sus compañeros de equipo, sino que también investigó a fondo la vida de los jefes comunitarios -como su personaje- y que incluso habló con muchos de ellos en las favelas brasileras para conocerlos mejor.

Entre el bien y el mal

El argumento base de la novela será la historia de una fundación creada por un hombre que rehabilita a ex convictos, pero que en realidad busca formar una gran organización delictiva. Es una fusión entre amor y delitos, pero más que nada sobre la delgada línea entre el bien y el mal, lo correcto e incorrecto, siempre dependiendo desde dónde se lo mire. Serán esos diferentes puntos de vista de las cosas lo que hará de la novela algo diferente, porque para demostrarlos con la mayor veracidad posible utilizaron una técnica de grabación completamente distinta a las que se utilizan para las novelas: la caja escénica.

Se trata de ocho cámaras de última generación ubicadas en diferentes posiciones del set de filmación, que logra que la historia sea aún más natural y realista. "La idea es romper la cuarta pared, que aunque a los actores nos da más libertad para interpretar, al mismo tiempo quita espacio físico porque no hay mucho lugar para desenvolverse. Muchas veces no sabíamos donde estaban ubicadas las cámaras y eso nos facilitó las cosas porque nos sacaba de la lógica de cómo actuar en una novela", argumenta Reymond. Esta innovadora técnica implica que la edición sea en vivo y que haya diferentes cortes de edición porque hay muchas más cámaras y planos; se acerca más a una producción cinematográfica.

El equipo creativo, el protagonista y una historia atrapante son los mismos elementos que utilizaron para crear el éxito de Avenida Brasil; sin embargo, Reymond explica que todo depende del momento en el que se dé la telenovela. "Nunca se sabe, pero siempre hacemos fuerza para que a la gente le guste nuestro trabajo. Es complicado repetir un éxito así, pero el trabajo está. Yo creo que el éxito de un trabajo, ya sea televisivo o no, está relacionado con el momento económico, social y político del país; por eso es que es difícil saber", dice.

Con fanáticas alrededor del mundo, Reymond está feliz de tener la posibilidad de reencontrarse con las argentinas por unos días, aunque hay esperanzas de tenerlo aquí por un período más largo. "Me gusta mucho el cine argentino. Estoy estudiando español porque estuve trabajando con un director argentino en una serie de la Rede Globo que se llama Justicia, y me di cuenta que tengo que saber hablar bien español si quiero venir a trabajar aquí", cuenta entre risas el actor, que claramente dejó una puerta abierta para un futuro -no muy lejano- de posibles proyectos en la Argentina. Por lo pronto y hasta que eso pase, podrán disfrutarlo como Juliano en El juego del pecado.