En la previa de Arcade Fire, la banda de La Plata llenó el estadio cubierto de Tecnópolis y dio uno de sus shows más convocantes en la primera jornada del festival
“Gracias, gracias...”, agradecía con timidez Santiago Motorizado sobre el final del set de El Mató a un Policía Motorizado en el Festival BUE, mientras las casi diez mil personas que tenía enfrente coreaban el nombre de su banda. Con el estadio cubierto de Tecnópolis repleto, quedó flotando en el aire la idea de que el arribo de El Mató a su primer estadio porteño es inminente.
El último show del 2017 de la banda en Buenos Aires puso en perspectiva el gran año que acaba de terminar. Con La síntesis O’Konor, su último disco -elegido por Rolling Stone como uno de los cuatro mejores de la temporada-, no sólo pulió su sonido con destino pop y complejizó sus estructuras sumando un fuerte componente rítmico, sino también logró ubicar algunas de sus mejores canciones ya convertidas en verdaderos clásicos generacionales.
“El tesoro” -el primer corte del álbum, también elegido por RS como una de las 25 mejores canciones del año-, “Las luces”, "Mundo extraño” y “Destrucción” fueron algunas de las nuevas canciones que llevaron al grupo a transformarse en vivo en sexteto, con la inclusión de su stage Pablo Mena en percusiones. Dentro de ese listado -donde volvió a faltar “La casa fantasmal”, inédito incluido en su último simple, Ahora imagino cosas-, se sumaron clásicos internos como “Día de los muertos”, “Yoni B” y “Mi próximo movimiento”, en un show compacto y veloz, apuntalado por el carisma introspectivo de Santiago Motorizado y el juego de guitarras entre Niño Elefante y Pantro Puto.
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